Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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Mi nombre es Brenda Macías, tengo 39 años (septiembre 2017) y vivo en Guanajuato (México), gracias a Dios y a la kalanchoe, soy sobreviviente de cáncer.
Hace dos años empecé con malestar en mi seno izquierdo. Detecté un pequeño bulto, acudí al médico a revisión y después de hacerme un ultrasonido, la doctora determinó que solo era un quiste y me recetó pastillas. Me las tomé durante un tiempo y después dejé de tomarlas pues me causaban bastante malestares: náuseas, me bajaba la tensión….. Cabe mencionar que el bulto se hacía más palpable cuando tenía mi periodo menstrual y al terminar, se hacía pequeño de nuevo. Así transcurrió el tiempo hasta que en noviembre de 2015 comencé con fuertes dolores en la espalda y acudí nuevamente al médico. Me recetaron hormonas. Por fin, decidí acudir a otro doctor en febrero de 2016, ya que el bulto creció y ya no disminuía al terminar la menstruación. Ahí empezó todo. La doctora inmediatamente me envió a un centro médico especializado para un ultrasonido tridimensional y una mamografía. Después de eso me hicieron una biopsia, pero no dio un resultado concreto, ya que la muestra de tejido fue insuficiente. Decidí acudir a un oncólogo particular que me realizó una biopsia abierta. Los resultados dieron: tumor triple negativo etapa 2. Esto fue el 14 de marzo de 2016.
Desde febrero yo había decidido cambiar mi alimentación, eliminar toxinas y empezar a alcalinizar mi cuerpo.
Dentro de todo el shock por la noticia decidí buscar, leer e investigar y fue así que encontré a Josep Pàmies. Le escribí un correo y para mi sorpresa, me contestaron rápidamente con recomendaciones sobre cómo consumir la kalanchoe, así como algunas otras cosas que podrían ayudarme a sanar. Yo estaba un poco angustiada, ya que no encontraba la planta cerca de mi región, pero buscando en facebook, encontré a una persona cerca que, amablemente me donó plantitas, hojas y plantas adultas.
Así inicié mi consumo de kalanchoe tanto cruda, como en infusiones y licuados. También la use en cataplasmas sobre la piel. Inicié quimioterapia el 25 de mayo de 2016 y terminé en septiembre del mismo año.
El panorama que el oncólogo (un segundo doctor) me dio al examinarme por primera vez fue muy desalentador, ya que a pesar de que los estudios previos decían que el tumor estaba en etapa 2, este médico se atrevió a decir que tenía metástasis y que estaba muy avanzado. Me sentí mal, confundida y un poco derrotada, pero no quise hacerle caso y aun así me mandó hacer otros estudios. Los resultados dijeron que el tumor seguía siendo del mismo tamaño y que el cáncer estaba encapsulado.
Cuando tuve la segunda quimioterapia, el tumor empezó a hacerse gelatinoso y la piel dejó de estar rojiza. El tono de la piel empezó a ser normal.
Los médicos estaban sorprendidos y no sabían cómo el tratamiento había resultado tan exitoso llevando solo dos sesiones de quimio (yo sí sabía, fue la Kalanchoe). Mi vida seguía ahí, entre kalanchoe, cúrcuma, moringa y muchos otros súper alimentos. A la tercera quimio yo ya no tenía tumor. Aun así terminé la quimioterapia en septiembre y para el 1 de noviembre fui sometida a una mastectomía del seno izquierdo. En febrero de este año (2017) inicié las radioterapias que terminé el 7 de marzo. Hoy sigo consumiendo la kalanchoe en dosis de 2 hojas crudas masticadas cada mañana durante 30 días y descansando una semana entre la siguiente toma.
Sé que la kalanchoe fue primordial en el éxito de mi tratamiento y sanación así como la alimentación alcalina y la actitud positiva.
Actualmente tengo un grupo llamado Kalanchoe medicinal México y entre una servidora y varios amigos, apoyamos a personas donando plantas, dando nuestro testimonio y canalizándolas con posibles donadores cerca de su región y eso me hace muy feliz. Espero mi testimonio sirve de aliento a muchas personas; que sepan que el cáncer no es sinónimo de muerte, ya no.