Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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Mi nombre es Paco, tengo 72 años (febrero 2021) y vivo en Marín (Pontevedra). En el año 2019 tuve una prostatitis que me diagnosticaron como crónica, o sea, que de vez en cuando me dará un ataque. Estuve tomando un antibiótico que me dio una tendinitis en los tendones de Aquiles tremenda. Estuve varios meses en rehabilitación y aún, tengo secuelas.
A finales de mayo 2020 empecé a tener problemas otra vez, fundamentalmente dolor de testículos. Para los hombres que lean esto, es parecido al dolor típico del calentón de jóvenes, yo tengo ahora 72, pero bastante intenso. También se alivia eyaculando, pero luego vuelve.
A principios de abril, con el tema de la Covid 19, una buena amiga me habló del MMS. Yo me compré el libro y empecé a buscar información.
Empecé a tomar el protocolo B para el tema de la prostatitis. Tuve diarrea, pero nada más empezar, noté que cada toma me aliviaba el dolor.
Como seguía con diarrea, me pasé al protocolo C con CDS. Me fue genial, sin dolor alguno y sin problemas, hasta el día 15, que empecé a tener dolor de nuevo. Subí entonces 20 ml en 1 litro de agua, en diez tomas diarias.
Volvió a aliviarme durante una semana, pero luego volvió el dolor. Consulté a la Asociación Dulce Revolución y empecé a tomar Artemisa annua y decidí subir la dosis. He ido subiendo, siempre recordando el alivio en el dolor de los primeros días, y actualmente estoy tomando 50 ml a día.
En julio de 2020 fui a la consulta del urólogo y me dijo que tengo la próstata en muy buen estado y que mi único problema ahora mismo (seguía teniendo un leve dolor de testículos de vez en cuando) era una ligera inflamación en el conducto del epidídimo y que se resuelve solo. Seguí tomando 50 ml al día en 1 litro de agua y sin dolor. Mi idea fue seguir así durante otro mes y medio para quitar la cronicidad.
Lo único que como tiene que estar en nevera te hace estar un poco dependiente, aunque durante el confinamiento no hubo problema, pero al fin y al cabo estoy jubilado y me puedo organizar.
Me he curado sin ningún efecto secundario negativo porque positivos sí que he tenido.
Otro de estos efectos positivos es que prácticamente, continuamente tengo bastantes cardenales, sobre todo en el brazo derecho y me han desaparecido.
Yo seguí las recomendaciones de Andreas y Jim Humble: experimenta con tu cuerpo. Seguí sus tres reglas: