Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
Mi nombre es Vicente, tengo 55 años (marzo 2024) y vivo en Madrid. En el año 2018, después de varios cólicos nefríticos, me diagnostican una piedra de unos 3mm (tamaño considerable) en el riñón. Me programan una cita para una litotricia (romper la piedra con ondas de choque), procedimiento con no pocos posibles efectos adversos.
Decido empezar a tomar el "lepidium latifolium" (rompepiedras) en infusión en la dosis terapéutica recomendada. El día programado para la litotricia, acudo al hospital y me hacen una radiografía para localizar la piedra. No salen de su asombro porque la piedra no aparece. Así que deciden hacerme una ecografía y ¡ni rastro!
El técnico de la litotricia no lo entiende porque para expulsarla, en el caso de que se hubiera convertido en arenilla, habría tenido que sentir dolor. Pero nada. Como si se hubiera volatilizado. Desde el 2018 ninguna molestia ni cólicos.
Durante este año aparece alguna molestia y un poco de sangre en la orina. Empiezo a hacerme analíticas y ecografías. Hay una nueva piedra en el riñón, esta vez de 5 mm. De nuevo programan litotricia. Empiezo de nuevo con las infusiones y de nuevo desaparece la piedra. No sentí ni una molestia al expusarla.
Tanto en el 2018 como ahora, en el 2024, hice dos períodos de 10 días tomando 3 infusiones al día y descansando 10 días entre medio. Me hacía 1 litro de infusión con una cucharada sopera de hierba seca. Lo que no hice fue tomar alguna vez dosis preventiva y es lo que sí haré ahora.
Mi nombre es Isabel, tengo 43 años (noviembre 2023) y vivo en Barcelona. Hace 6 años empecé a tener cólicos y fui diagnosticada con piedras en los riñones (3,5 mm, 4,5 mm y 7 mm).
Hace unos 3 meses empecé a tomar lo que me recomendasteis Lepidium latifolium (rompepiedras) y la mezcla de Amrenavita: Hoja de Mejorana (Origanum majorana), Corteza de Uña de Gato (Uncaria tomentosa), Raíz de Consuelda (Symphytum officinale), Semilla de Hinojo (Foeniculum vulgare), Raíz de Achicoria (Chichorium inntybus), Uva Ursi (Gayuba), Raíz de Hortensia (Hydrangea arborescens), Raíz de Eupatoria Púrpura (Eupatorium purpureum), Raíz de Malvavisco (Althaea officinalis), Vara de oro (Solidago virga-urea) y la tomé haciendo novenas (tomaba 9 días y descansaba otros 9). Así desaparecieron las piedras.
Tomé 1 litro al día de la mezcla de las dos 9 días y los 9 días siguientes sólo la amrenavita (1 litro al día también). Y así sucesivamente.
En 2 meses me hice una ecografía y su resultado ha sido objetivo: NI RASTRO de las 3 piedras que tenía. A fecha de hoy, estoy repitiendo este tratamiento por si quedara algo de arenilla.
Mi nombre es Vanessa, tengo 44 años (noviembre 2023) y vivo en Barcelona. Tengo un diagnóstico de autismo asperger y debido a esa condición, soy más propensa a infecciones, en mi caso, de orina.
Me encanta nadar y voy a la piscina cada día, desde hace años, pero esto me trae muchos problemas de infecciones de orina. He estado años luchando contra infecciones con muchos productos de farmacia, pero me destruía la flora vaginal y era un desastre. Probé mil cosas. También productos naturales, pero el día que descubrí el CDS fue un antes y un después radical. Lo aplico externamente con una toallita de las de bebé después de volver de la piscina y no falla. Pongo 10 gotas de CDS en la toallita y me lo aplico en la vulva. No he vuelto a tener infecciones de orina.
Ha sido un grandísimo alivio. Llevo 3 años usándolo cada día y lo voy a seguir haciendo. Ha mejorado mi calidad de vida y mis ganas de hacer actividades en agua sin miedo.
Mi nombre es Régine Fache, tengo 72 años (septiembre 2023) y vivo en Caldes de Montbui, Barcelona. Quería compartir mi testimonio sobre cistitis. Me picaba mucho al orinar y durante 4 días tomé 10 ml de CDS (disuelto en agua) repartidos durante el día y 1 cucharada tamaño café de DMSO en un vaso de agua.
Normalmente hago uroterapia. La cistitis se fue en esos 4 días y no volvió.
Mi nombre es Isabel, tengo 45 años (abril 2023) y vivo en Valladolid. En 2021, a mi madre, con 75 años, le diagnosticaron tumores en la vejiga y uréter. Después de varias intervenciones, lavados, sondas… seguía teniendo muchísimo dolor.
Cuando vi que la sanidad pública no hacía nada por aliviar sus dolores, me puse las pilas para buscar algo alternativo. Desde Dulce revolución, Rubén nos ayudó. Por otra parte, investigué hasta que conseguí dar con el aceite de THC.
Esto fue lo que tomó durante 3 meses antes de volver a realizarle las pruebas:
Lo aplicaba en la zona afectada 3 veces al día. A los pocos días ya notó alivio en el dolor.
Lo único que le quitó el dolor y le ayudó, después de meses sin poder salir casi de la cama, fue el aceite de CBD con THC. Esto la devolvió a la vida normal.
También hacía mudras e intentaba visualizar como una luz la curaba.
A fecha de hoy sigue tomando las infusiones de Artemisa Annua, las gotas de CBD + THC, suplemento de vitamina C y Magnesio.
Tengo que decir que su confianza en probar otros remedios a pesar de que sentía miedo a priori y su fuerza de voluntad, ha sido de mucha ayuda para ella. A día de hoy, no puede entender cómo es posible que lo la ha ayudado no sea legal o alegal. Ella ha abierto su mente totalmente y gracias a todo ello, los resultados de sus últimas pruebas han dado todo negativo en células cancerígenas.
Mi nombre es Juan Carlos, tengo 47 años (marzo 2021) y vivo en Sevilla. Tomaba pastillas para el colesterol, triglicéridos, pastillas para la próstata al tener dificultad para orinar. También tomaba pastillas para la ansiedad casi todos los días pues tenía problemas para dormir (duermo con máquina), antiinflamatorios para el dolor de espalda. Llegaron a infiltrarme por los dolores de espalda.
Un día me decidí a probar con el dióxido de cloro, después de leer los libros de Andreas Kalcker.
Empecé a tomarlo en noviembre de 2020 aproximadamente y dejé de golpe todas las pastillas. A fecha de hoy, marzo de 2021, me encuentro bien de todo. Orino bien (ha sido lo mejor de todo, pues lo pasaba fatal), incluso he dormido varias veces sin la máquina.
Estoy muy contento.
He comprado el MMS (activador y clorito) que me puede durar cerca de 1 año. Me he quitado toda la química de encima.
Mi dosis ha sido: Al inicio 2 gotas activadas en un vaso de agua, 3 veces al día. Después subí a 5 gotas, 3 veces al día. Me lo he tomado durante unos 3 meses.
Los efectos fueron inmediatos, muy buenos resultados.
Ahora lo uso esporádicamente.
Mi nombre es Rebeca, tengo 28 años (abril 2020), soy psicóloga sanitaria y vivo en Huelva.
Llevo cuatro años tomando clorito de sodio activado con ácido clorhídrico. Llevo mucho tiempo sin ponerme mala, ni una gripe, ni ningún otro virus, lo más ha sido algún resfriado, en el que me he tomado unas dosis de esta sustancia durante uno o dos días y he percibido resultados muy positivos, remitiendo absolutamente.
Al igual me ha pasado con la cistitis. Gracias a mi experiencia positiva lo recomendé a mi familia y también lo toma.
Doy las gracias a Andreas Kalcker, por desarrollar el maravilloso trabajo que hace, con el que se han mejorado y salvado muchas vidas y se podrían salvar muchas más si recibiera los apoyos que necesita.
Así como también al equipo de Dulce Revolución por realizar la gran labor que hacen en favor de la humanidad.
Mi nombre es Manuel, tengo 55 años (abril 2020), soy director de empresa y vivo en Madrid.
Hace unos años me asocié a Dulce Revolución. Este correo lo dirijo a la familia Pàmies y a las personas que hacen posible este proyecto.
Acabo de escuchar en la Cadena Ser, en el programa de la Ventana, cómo se desprestigiaba a "un pobre agricultor de la provincia de Lérida que manipula, engaña, bla, bla, bla", nada nuevo que no sepáis o que no hayáis escuchado ya.
Escuchando la "noticia", la indignación me ha subido como la espuma, pero me ha durado muy poco, y de la indignación he pasado a la alegría. A la alegría de saber que lo estamos haciendo muy bien (me incluyo por lo que más tarde reseñaré); a la alegría de saber que son ellos los que nos tienen miedo a nosotros, los diferentes, los que estamos en otro territorio que ellos no pueden controlar o manipular. Y comienzan a darse cuenta que este movimiento no tiene marcha atrás; que más tarde o más temprano la consciencia individual de las personas llegará, esto es, que ya está llegando, y que la conciencia de muchas personas atenta contra sus intereses sociales, económicos, de control y de poder.
Por eso me he alegrado de la "noticia", porque comienzan a tenernos miedo. Porque las que están contadas son sus horas, no las nuestras, que son las de nuestra Madre Tierra, las de nuestra Madre Naturaleza.
Tuve la ocasión y la suerte de asistir a una charla de Teresa Forcades y de Josep Pàmies el pasado año en un pueblecito de la sierra de Madrid. Después de acabada la charla, intercambié con Teresa unas palabras. Le expliqué que mi padre que ahora cumple 91 años, hace más de dos años se curó de un cáncer de vejiga (según el cirujano que operó mi padre éste no duraría más de un año, y ya va camino de los tres con buena salud, edad aparte), gracias al CDS (no tengo palabras de agradecimiento para Andreas) y gracias a la dieta disociada de Suzanne Powell (idem para ella), y a las hierbas que me recomendasteis que tomara (en mi terraza tengo Kalanchoe para aburrir).
Los oncólogos del hospital donde se trató mi padre y con ni siquiera un ciclo de quimio (dejó de sangrar por la orina antes de que pasaran 30 días del inicio del cambio de dieta y de la toma de CDS), todavía se están preguntando por qué el tumor ha desaparecido, por qué mi padre está bien y no sangra. En resumen, por qué mi padre no ha fallecido como mandan las estadísticas para ese tipo de patología. Y les da igual averiguar la causa.
Este es el motivo de mi correo; daros todo mi ánimo y todo mi apoyo por vuestra labor. A Andreas, a Teresa a vosotros los Pàmies, a todos los que divulgáis.
Mi nombre es Gabriela, tengo 46 años (mayo 2020), soy licenciada en informática y con un máster de formación para profesorado con la especialidad de matemáticas y vivo en Banyeres del Penedès (Tarragona).
A mediados de mayo, mi hija de 9 años tenía infección de orina y como no quiero que tome antibióticos, le puse dos gotas activadas de MMS en medio vaso de agua y se las tomó.
Al ser ya hacia el atardecer, le dije que fuera a hacer pis antes de dormir. Ella tenía miedo por el fuerte dolor que había experimentado una hora antes. Cuando fue al baño me dijo: “Mamá, ya no me duele”.
Realmente maravilloso. En 1 hora le pasó la infección.
Mi nombre es Cristina, tengo 44 años (mayo 2020) y vivo en Cornellà (Barcelona). A mis 7 años de edad, me llevaron de urgencias, diagnóstico: “cólico renal, por arenilla”. De nuevo, este dolor se hizo presente en mi adolescencia, aunque con tratamiento natural “rompe-piedras”, desaparecía. A mis 17 años de edad, por decisión propia me realicé una reducción de pecho ya que las dimensiones de las mamas me dejaban sin respiración cuando tocaba el piano…
Es curioso, en los meses que se consideran de lactancia no tomé leche materna, un matriarcado en la familia, reducción de pechos…. ahí queda…
Un 14 de febrero del 2018, mi cuerpo siente malestar al miccionar, mmmm…. había iniciado una relación de pareja y aunque el joven era una amistad de la infancia… estaríamos hablando de una infección de orina…
Inicié tratamiento de cápsulas vegetales de “arándano rojo” de Nature Essential y, transcurridos unos quince días, orinaba sangre… y ¿ahora qué?, venga va, quedan unas cápsulas más, seguro que al acabarlas el sangrado remite, aunque no fue así…
En paralelo, la relación con la familia, había llegado al límite, sintiendo una rabia, odio, asco que me ahogaban… y así sin más, el 9 de marzo de 2018, la vida me lleva a cambiar de residencia, de Cornellá (Barcelona), marché a Calonge (Girona), con un nuevo trabajo. Mientras transcurría la adaptación laboral, que sinceramente era otra de las áreas de mi vida que se desmoronaba… sentía miedo, un miedo que me confrontaba:
“Aquí, en un lugar que desconozco, sin apoyo familiar, nadie en quién confiar, la relación de pareja resulta no hablar mi idioma, una “medicina” que pensar en ella me entraba de todo menos salud, literal orino sangre, presento taquicardias y para recuperar energía, he de parar interiormente, entrar en serenidad y respirar, respirar, respirar…”
Dado que el sangrado no remitía, a través de E.A., y a nivel privado, me visita la Dra. C. R.
El sistema público de “salud” se presentaba como mi mayor desafío en esta vivencia… jugándole un pulso en todo momento a mi convicción interior, basada en la medicina que me trasmitieron mis abuelos… y mi poder de decisión.
Continuaba trabajando y el 31/05/2018 el diagnóstico:
“Riñón izquierdo globuloso, de medidas aumentadas, con una extensa cicatriz parenquimatosa en el tercio superior, y un gran saco hidronefrótico crónico a calzos superiores de 7,7 cm, así como dos grandes litiasis obstructivas de 21 y 15 mm.”
El primer urólogo de la privada, argumentó que se trataba de una litiasis encastrada de años de evolución, que se había partido en dos y al querer descender había producido una fisura/cicatriz y con ello el sangrado.
Me comenta el facultativo que el tercio superior del riñón está necrosado y no funcionará jamás.
Proponen como intervención inicial, drenaje, Ureteroscopia y posterior tratamiento farmacológico… que sólo pensarlo muero en el intento… y a partir de aquí, según evolución, continuarían valorando…
Recuerdo un miedo, una fobia que me engullían… acompañado de… tiene que haber otro camino…sé que sí… y de la siguiente forma inicié la toma de:
Cada día 2 infusiones de “mezcla para la anemia”, hasta restablecer la deficiencia de hierro.
Toma durante el día y cuando quisiese, de la “mezcla isotónica de agua de mar” (1 parte de agua de mar + 3 partes de agua mineral + el zumo de un limón). Hoy, aún lo tomo!!!
Tratamiento para las litiasis/piedras:
2-3 infusiones de “Lepidio” durante 10 días, después continuar con 2-3 infusiones de mezcla de cólicos (10 días más).
Al finalizar éstas, tomé 2 infusiones al día de “Artemisa Annua”, durante veinte días.
“Batido de remolacha, manzana dulce, zanahoria, perejil, alga dulce, agua de mar”, dos al día, hasta restablecer deficiencia de hierro..
“Stimul'im” , 3 capsulas al día con las comidas, un bote de 60 cápsulas.
“Hierro más Vitaminas Floradix”, dos veces al día 10 ml media hora antes del desayuno y de la cena. Tomé tres frascos de 500ml, cada uno.
Infusión de "Vara de Oro”.
Jarabe/preparado de "Hierbas Suecas” de Maria Treben.
Doy fe que, en la primera infusión de Lepidio, remitió un cuadro febril que pujaba con fuerza… además, el dolor intercostal izquierdo… Qué alivio y gratitud sentí por ese instante… aunque la situación requería de atención inmediata.
El 12/07/2018 solicité la baja laboral, ya que la semana anterior, literal, no podía dar dos pasos desfallecía, rentabilizaba energía a través de mi respiración, era un encuentro entre dosis débiles de oxígeno y los límites de perder la conciencia…
Me encontraba sin fuerzas, era incapaz de batir un huevo… suerte que cerca de casa había una rosticería, cuya calidad-precio velaron por mi nutrición, bendito dinero que trabajó por mí!!!
A primera hora de la mañana, del día 12, me realizaron una analítica de sangre y otra de orina. A las 15:00h., me llamaron por teléfono del Hospital General de Palamós para ingresar urgentemente, me estaban esperando con todo preparado, porque a nivel clínico precisaba transfusión de sangre y hierro en vena.
Tumbada en el sofá, sentía una fobia atroz y unas taquicardias, que el corazón parecía salirse de mi cuerpo al pensar que podían venir los cuerpos de seguridad, bomberos… por el hecho de ir a contracorriente del sistema familiar, laboral y de salud.
Con mi vida en riesgo y una situación donde la única fuente de protección venía de mí, sentía la convicción de ofrecerme la oportunidad e intentar restablecer mi salud a través de la medicina tradicional, en caso de que no funcionase, siempre podía recurrir a la medicina convencional.
Sabía que llevaba 5 meses orinando litros de sangre y desde la humildad y respeto que siento en todo momento ante la vida, acogí hacer frente a la incertidumbre, que adora la interrogación, la duda... impulsándome a seguir lo que mi corazón y razón conversaban: Oponerme en tres ocasiones al ingreso, descansar, recuperar la pérdida de hierro con alimentación, suplemento orgánico y tratar mi dolencia renal con terapia/s no invasiva.
A toda esta situación, me sobrevenían unos dolores de cabeza de locura, sentía presión intracraneal y del cerebelo, hasta desencadenar en hemorragia nasal.
La “doctora” de cabecera se mostró en desacuerdo frente la decisión de no ingresar y bajo mi responsabilidad, solicité un control de analíticas quincenales.
Trascurridas las dos semanas, me presenté en consulta y en un primer momento la facultativa creyó equivocarse de expediente. Afortunadamente, los parámetros de análisis clínico que presentaban una notable mejora, eran míos.
No me hacía ni pizca de gracia que perfundieran mi brazo, pero continué realizándome análisis, todos ellos con éxito, hasta lograr restablecer por completo los parámetros de hierro, entre otros.
En paralelo, combinaba una alimentación rica en hierro y terapia de Par Biomagnético, ambas mitigaron malestar, aunque las piedras continuaban presentes.
Me cuestionaba… ¿estaré en un error? Siempre tenía la opción de llevar a cabo el Plan “B”.
El 06/06/2019 recibo el alta médica del Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas (ICAM), con visita en urología el 11/06/2019 para programar drenaje, urestoscopia. No hay que estudiar mucho, para ver que la “doctora” presenta falta de vocación y/o sentido común médico.
Del mismo modo, su manera de hacer, estar y sentir, carece de buen trato: no mantiene contacto visual cuando verbalicé: ¿me va a dar el alta médica con un órgano vital en riesgo? “Cualquier reclamación en el mostrador”, esa fue su respuesta, a la que sumé, “Ha estudiado para velar por la salud de las personas, porque está cometiendo una negligencia médica”, de nuevo respondió, “cualquier reclamación, al mostrador”.
Realicé la reclamación y como era de esperar, denegada, claramente una actuación economicista.
Un Terapeuta del barrio de Sants (Barcelona), con dos - tres sesiones de Ajuste Biomagnético, dio fin a las dos piedras, así lo mostraba la ecografía del 31/10/2019, día de comer castañas, boniatos y “panellets”.
Un día de CELEBRACIÓN!!!!
La alegría para ambos, el conjunto de profesionales y amigos, era y es indescriptible.
Hasta llegar aquí y a través del servicio público y privado de salud, fueron varias las pruebas de radiodiagnóstico por imagen que decidí realizarme (TAC sin contraste y ecografía).
Destacar que el “urólogo” de salud pública, aparte de carecer de empatía, cuestionar visitarme, omitir los resultados del informe y con ello, la mejora que presenta mi riñón, continúa a día de hoy, insistiendo en realizarme un renograma y drenaje.
En la actualidad, continúo fortaleciendo mi salud, según me oriente la experiencia y la consciencia del cuerpo de la piel hacia dentro.
Mi nombre es Maite, tengo 69 años (enero 2020) y vivo en Hendaya (País Vasco Francés).
Quería contar el testimonio de un amigo de 43 años que le costaba orinar. Me dijo que le costaba un poco empezar a orinar y luego iba normal, sin molestias. Le pregunté si se tomaría una infusión de unas plantitas para probar si le solucionaba y me dijo que sí, así que le recomendé que tomara una mezcla con: lepidium, harpagofito, caléndula, cola de caballo y diente de león.
A los cuatro días de empezar a tomar, me llamó diciendo que, había empezado a orinar bien. Tomó dos infusiones al día durante unos dos meses. Hoy por hoy se toma una en ayunas. No le ha vuelto a pasar.
Mi nombre es Juan Enrique, tengo 58 años (diciembre 2017) y vivo en México. Paso a contar mi proceso con el cáncer de riñón que me diagnosticaron el año pasado.
7 de enero de 2016: diagnóstico tumor bipolar de 14 cm en riñón izquierdo, Furhman grado IV con metástasis de 1.2 cm en pulmón derecho.
3 de febrero 2016: operación para extirpar el riñón izquierdo.
07 de marzo 2016: metástasis en pulmón derecho crece 40% a 1.7 cm y aparece otra de 0.5cm en pulmón izquierdo, aparte de 2 ganglios retroperitoneales de 2 cm.
12 de marzo 2016: empiezo con quimioterapia en cápsulas solo una semana. El médico me dice que es solo tratamiento paliativo, que arregle mis asuntos. No me da esperanza de sanar.
19 de marzo 2016: dejo la quimioterapia y empiezo con los tratamientos alternativos.
12 de abril de 2016: desaparece tumor de pulmón izquierdo, y reduce más del 50% el tumor del pulmón derecho. Los ganglios siguen igual.
4 de junio 2016: desaparece tumor del pulmón derecho, ganglios retroperitoneales reducen más del 75%.
6 de septiembre 2016: desparecen todos los tumores.
11 de marzo del 2017: último estudio, libre totalmente de cáncer.
Tratamiento: 3 antígenos por semana a base del sedimento de la orina del Dr. Salvador Capistrán; planta kalanchoe draigremontiana mexicana y gastonis 20 gramos diarios combinadas, té de hoja de guanábana (graviola) una taza 3 veces al día, plantas depurativas, dieta alcalina, no sal, no azúcar, baños de sal 1 vez por semana.
Mantenimiento: sigo con 20 gramos de kalanchoe diarios y 1 antígeno por semana, extracto de plantas depurativas, diente de león, cardo mariano, epilobio, ortiga, stevia.
Alimentación: basada en el tratamiento del Dr. Alberto Martí Bosch, 3 días veganos y los demás igual, incluyendo una comida con proteína animal cada día.
Terapia: acupuntura.
Me llamo Andrés, tengo 54 años (febrero 2017) y vivo en Sevilla. Soy diabético desde los 8 años y, como consecuencia de ello he tenido muchas complicaciones. Hace 15 años me diagnosticaron insuficiencia renal crónica y me prepararon para diálisis.
En ese momento me hablaron de una persona que practicaba la Medicina Tradicional China. Fui a verle, me hizo acupuntura y la capacidad renal paso del 8% al 23% . Estuve así un tiempo. Como también había cambiado de estilo de vida y empezaba a cuidarme pensaba que no había sido la acupuntura solamente. Dejé de ir y la capacidad renal bajo de nuevo, por lo que desde hace 15 años no he dejado la acupuntura. Aún no he probado la máquina infernal. Me tomo todas las pastillas que me mandan en el hospital, pero como dice la doctora, no tiene pastillas para curarme, solo para bajar tensión, fósforo, sodio, pero no para curarme.
Él me habló de la stevia y, desde hace dos años tomo dos infusiones al día. Estoy pensando no ir más al hospital. Estoy muy agradecido, ya que, me dio un infarto y me salvaron la vida, pero tengo demostrado la mafia que hay con las pastillas.
Tengo muchas cosas y no sé si habrá plantas para todo lo mío, pero estoy decidido a dejar las 20 pastillas diarias, porque convencido estoy que no me matarán las enfermedades, lo harán las pastillas. Nadie cree que lleve 15 años con mi diagnóstico y aún no esté haciéndome diálisis. En estos momentos sigo con sesiones semanales de acupuntura y moxibustion. Me encuentro muy bien.
Me llamo Carmen, tengo 66 años (enero 2017) y vivo en Zamora. Hace unos años tuve dolores muy fuertes en la zona lumbar-riñones y el dolor pasaba hacia adelante. La primera vez que fui al médico por urgencias, me pusieron una inyección para el dolor, pero a las 6 horas el dolor volvió. Fui de nuevo a urgencias, pero esta vez al hospital y me diagnosticaron arenilla en el riñón y me dieron más analgésicos. Al ver los análisis, el médico de cabecera me dijo que viendo los resultados, tenía los riñones en muy malas condiciones y me mandó hacerme una ecografía a los 3 meses.
A los 8 o 10 días empecé a tomar las hierbas de la limpieza renal de Andreas Moritz (AMRENAVITA): 2 cucharadas soperas al día durante 21 días. Empecé con una alimentación sin productos de origen animal ni productos con conservantes o añadidos químicos, ni café, ni chocolate y bebiendo de 6 a 8 vasos de agua al día. Durante los primeros días la orina estaba muy turbia y con arenillas. Durante este tiempo también salió una pequeña piedra. A partir de los 10 días la orina salía mucho más clara.
A los 3 meses me hicieron la ecografía y el médico me dijo que estaba todo bien en mis riñones.
Volví a hacer la limpieza a los pocos meses otra vez y luego una por año, durante dos años.
No he vuelto a padecer ningún dolor de este tipo y, cada vez que hago la limpieza, bajo de peso.
También comentar que estaba sin fuerzas cuando me daban los dolores y el aceite de comino negro me ayudó a reponerme. Ahora lo uso cada vez que me encuentro débil o siento que me voy a poner enferma (catarros, dolor de garganta, etc). Con una cucharadita de este aceite (una toma al día durante 3 días), mis defensas se activan.
Me llamo Carlos, tengo 58 años (2016) y vivo en Madrid desde los 6 años. En octubre de 2015, me diagnosticaron Diabetes Mellitus tipo II (causada por una hemocromatosis). Mis síntomas eran, sobre todo, cansancio, todo me costaba mucho. Cuando fui a la consulta del médico de familia, me hicieron una primera analítica y una posterior en un intervalo de unos 10 días y el diagnóstico fue: es usted diabético. Quedé perplejo, no me pareció de rigor la forma de diagnosticar una enfermedad tan seria, y exigí una analítica más exhaustiva. La doctora de familia me derivó a la especialista de digestivo y sí, en este caso, me realizo unos análisis completos, incluído un estudio genético, así como un fibroscan y ecografía.
Se confirmaba la diabetes tipo II, y una hemocromatosis, con una fibrosis grado 3. Me eché a temblar, pero pasado ese primer susto me dije...”esto no va a poder conmigo”...y lo primero que hice fue documentarme. Empecé a estudiar, devoraba todo lo que caía en mis manos. El primer paso fue inscribirme en la asociación de hemocromatosis de Madrid, no estaba por la labor de tomar ese medicamento que recetan: la deferoxamina. Con este panorama seguí estudiando y leyendo cada día un montón de horas, hasta que di con Josep Pàmies y Andreas Kalcker en internet. Me compré el libro de Andreas, (lo leí y vuelta a leer), el libro de la botica del Señor. Conocí la estevia y ataqué con todo lo que estaba en mi mano de una forma natural. Es decir dejé mis hábitos y comencé lo que yo llamo una “vida espartana”, de alimentación, ejercicio y las infusiones de la Asociación Dulce Revolución.
A las 7:00 horas de la mañana, en ayunas: un zumo de limón, una cucharadita de comino negro molido, un ajo crudo y una pizca de cilantro. Añadimos un buen vaso de agua caliente-tibia y para dentro. Es difícil de tomar, pero mi salud lo vale.
Después, camino rapidito 4 km por la mañana y, al atardecer, otros 4 km. Respiro y me oxigeno. Al llegar, en la cocina me espera la batidora en la que echo una manzana, 4 cucharadas soperas de avena ecológica, una de salvado de avena, otra de germen de trigo, otra de levadura de cerveza y día sí y día no, salvado de trigo sarraceno. Añado también una cucharadita de semillas de sésamo, semillas de lino, chia, otra de hierba de trigo (alterno con hierba de cebada) y, de vez en cuando, cúrcuma con su pimienta (no abuso de la cúrcuma). También una cucharada de aceite de lino, una gota de aceite de orégano, maca andina, estevia en polvo (mucha porque soy muy goloso) y, para rematar, espirulina y chlorella en polvo una cucharadita no muy colmada. Luego en el apartado de hortalizas: media cebolla o un cuarto dependiendo del tamaño de la cebolla, zanahoria, rabanitos, apio, un buen trozo de jengibre, pepino... lo que da la huerta. Todo esto lo baño con bebida de avena, o de soja, o de arroz, alpiste (voy alternando).
Al batirlo sale como una especie de “papilla” y me como un buen tazón de unos 400 gramos todos los días. Está deliciosa. A continuación, me tomo una infusión, que ha estado toda la noche macerando con la estevia, con romero, con la mezcla de hígado (alcachofera, boldo y diente de león). Añado cardo mariano y desmodium ascendens y, semana si y semana no, ortiga. Para terminar mi orotato de Calcio, mi orotato de magnesio y más cápsulas de calcio y una capsula de ácido alfa lipoico, (que tengo que comprar fuera de España). Acabo el desayuno a las 8:45. Sobre las 11:30 hago mi primera toma de MMS: 4 gotas activadas por toma. Así he estado durante meses, después mantenimiento 5 gotas en una toma diaria por la tarde, este mantenimiento lo hice durante 2 meses volví a repetir el protocolo 1000, esta vez 2 meses. Ahora estoy haciendo el mantenimiento, pero dentro de unos tres meses volveré hacer el protocolo 1000 para no dejar de estar alcalino, esto formará parte de mi vida.
Cuando me hicieron las analíticas se vieron dos piedras en el riñón izquierdo. Para ello tomé durante 9 días, 3 infusiones de Lepidium (mañana tarde y noche) y al mes otra novena. Nunca más se supo y ha pasado un año. Tampoco sé si fue por el MMS o por el Lepidium, pero padecía de Tinnitus (acufeno) y ya no me molesta el oído.
También me he hecho unos cuantos enemas con MMS y me han ido de maravilla.
Mi dieta se basa en vegetales, no tomo alcohol ni carnes, tampoco lácteos. La única proteína que tomo son tres huevos duros por semana, así como un poco de salmón o sardinas a la plancha. Cremas de avena con todo tipo de verduras, gazpacho a toneladas, ensaladas de todos los colores, algas del mar de todo tipo, setas, una botellita de agua de mar isotónica...en fin he cambiado mi vida, mis hábitos... No paso hambre, estoy nutrido, he recobrado mi lívido.
A día de hoy, con este régimen, tengo unas analíticas para poner en un marco, el hierro está casi en niveles: ferritina 162 ng/ml, transferrina 246 mg/dl cuando hace 4 meses la tenía en 500. Los índices de glucosa no suben de 96. Me siento fenomenal.
Quiero desde aquí invitar a cualquiera que no se dejen comer el coco.
Una vida alcalina, y mucho ánimo...hay que resetear nuestra vida.
El miedo sí que es una enfermedad y además mata, así pues, alegría y ganas de vivir.
Salud para todos.
Me llamo Miguel y soy de Valladolid. En 2013, en una revisión, me encontraron unas piedras en el riñón. Yo pensaba que era una lumbalgia porque me dolía muchísimo la zona lumbar. Me hicieron radiografías y ecografías de esa zona, pero no encontraban nada que me provocase el dolor en la espalda. Sí vieron dos o tres piedras en un riñón y me dijeron que podía ser por eso.
Yo me puse a buscar por internet y encontré la página de la Dulce Revolución y decidí probar lo que allí aconsejan. Estuve tomando gotas de tintura de “Lepidium latifolium” (rompepiedras) 10 o 15 días. Lo tomaba al levantarme, en ayunas y por la tarde. Cuando me volvieron a mirar, las piedras habían desaparecido. Se lo conté al médico y él me dijo que era imposible que ese producto hubiera desecho las piedras. En fin, los dolores lumbares los tuve un poco de tiempo más, pero al final desaparecieron.
Después de todo esto compré la planta y la tengo plantada. Una vez al año voy a hacer el tratamiento de los nueve días que pone en la web por precaución. Ahora estoy bien.
Me llamo Silvia y quiero explicar la experiencia que hemos tenido con el Lepidium Latifolium. Hace tres años mi marido tuvo el primer ataque de piedras en el riñón. Estuvo más de diez días para expulsar a las piedras, y el médico de cabecera sólo le daba antiespasmódicos y analgésicos. Consiguió expulsarla aplicándose electroacupuntura en el meridiano del riñón ya base de reflexología podal que le hacía yo misma (tengo titulación de reflexóloga). Al poco tiempo, buscando información sobre otras plantas conocimos el Lepidium Latifolium a través de la asociación 'Dolça Revolució' y fuimos a buscarla. Así que cuando empezó a sentir que volvía a dolerle y que empezaba el siguiente ataque de piedra, fue directamente a la planta -que está en el patio en una maceta-, limpió una hoja y la fue masticando muy lentamente , y fue bebiendo un poco de agua (porque el gusto es muy picante). Al cabo de un rato hizo la orina bastante oscura y desapareció el dolor.
Después se ha encontrado cuatro o cinco veces más, pero siempre hace lo mismo: Cuando empieza a tener molestias en el riñón o en el conducto urinario toma una hoja de la planta y la mastica lentamente. Siempre ha funcionado y no ha tenido más ataques de piedra. Alguna vez que no se ha ido del todo la molestia, hace una segunda toma al cabo de unas horas y desaparece del todo. El tamaño de la hoja es de unos 8 x 4 cm. (sin contar la cola, que también se come), y si las hojas que tiene la planta son mayores, las parte y deja la otra mitad en el frigorífico por si le hiciera falta una segunda toma. Para amortiguar el sabor picante, generalmente le acompaña de agua o infusión fría de stevia.
También quiero explicaros que el pasado mes de julio mi perro cogió una infección de orina bastante importante. Cuando nos dimos cuenta hacía algo de sangre con el pipí. Empecé a darle infusión preparada con un vaso de agua con una hoja fresca de Lepidium (también 8x4cm. aprox.) y media cucharadita de cola de caballo y media de tomillo (ambas secadas). Es un perro acostumbrado a comer de todo (no le damos pienso) y no tiene problema para bebérselo. Le di la infusión (ya enfriada) en ayunas por la mañana durante 4 ó 5 días, una sola toma. Él iba bebiendo tanto como quería. Al principio se lo bebía todo, y los dos últimos días no lo acababa. Cuando lo llevamos al veterinario para asegurarnos de que ya estaba bien, la infección había desaparecido.
En esos momentos, lo único que hacía era beber 1 litro de agua al día. Luego hice un tratamiento durante tres meses con el Dr. Martí Bosch con baños de sal (4 o 5 a la semana) y fitoterapia, homeopatía y naturoterapia. El caso es que no solo no mejoró sino que se mantuvo igual y el colesterol y los triglicéridos, que era otro de los motivos del tratamiento, incluso empeoró. Evidentemente perdí la fe en este doctor y no sabía qué hacer.
Entonces llamé a Josep Pàmies y me mandó las hierbas del Dr. Moritz, las tomé durante un mes pero no dieron resultado tampoco.
Finalmente este último verano fui a Balaguer a ver de nuevo a Josep (en el que sí confío) y me dio unas hierbas para la ATROFIA RENAL para tomarlas en tisanas. Preparaba un litro por día de estas hierbas y lo bebía a lo largo del día. Cuando me hice los análisis al cabo de un mes había bajado TODO.
No ha sido nada espectacular respecto a los valores, pero ya no hay ácido úrico, la urea esta muy bien y la creatinina bajó por debajo de 1 por primera vez en 2 AÑOS!!! Con lo recalcitrante que era.
Los primeros días de tomar las tisanas incluso noté como bajaban por el uréter pequeñas arenillas que solo molestaban un poco sin llegar a doler. A la semana noté mas abundancia de caudal de urea y diferente color y ya hasta el final no volví a notar ninguna arenilla más.
Ahora sigo con tratamiento para el colesterol y voy bebiendo un litro de agua al día (siempre más en verano que en invierno) y espero hacerme otro análisis en abril y ya veremos si se estabiliza o solo fue suerte.....pero yo estoy ENCANTADO.
SEGUIMIENTO SEPTIEMBRE 2014
Como dije, desde un principio me funcionó la mezcla de plantas para la ATROFIA RENAL (vara de oro, galio y ortiga muerta) pero, como soy médico, no me fié de un éxito aislado y me hice otros análisis a los 6 meses (abril 2014) para ver como evolucionaba y me encantó ver que aún había bajado otro poco y además la urea se había vuelto totalmente normal.
Este verano he vuelto a limpiarme con estas hierbas y me he hecho otro análisis de sangre (en septiembre 2014) y los resultados han vuelto a mejorar por tercera vez consecutiva.
La urea sigue anclada en 32 lo que es perfecto (el máximo es sobre 53), el ácido úrico ha vuelto a bajar a 6.2 (por debajo de 7.2 que es lo normal) y la creatinina, que siempre fue lo más rebelde, ha vuelto también a bajar un poco más hasta 1.07, siempre por debajo del 1.26 crítico.
Así que puedo afirmar que un caso tan rebelde se ha mejorado.
SEGUIMIENTO DICIEMBRE 2014
Últimamente he hecho de nuevo un mes de tratamiento para el riñon con las mismas hierbas y he tomado durante tres meses un litro al día de un agua mineral llamada "agua mineral de monchique" con la maxima alcalinidad del mundo (9.5 de ph) que encuentro en un balneario de Portugal.
RESULTADO de los análisis de diciembre:
Han vuelto a subir los parametros renales, aunque de forma discreta, por lo cual descartaré el agua mineral (al ser tan alcalina supuse que me limpiaría el cuerpo de tóxicos) y me vuelvo a centrar en un litro de agua mineral al día (la que sea) y un mes de tisanas con las hierbas para la atrofia.
El colesterol casi lo he dejado por imposible pues me hallo en la encrucijada de quedarme con mi colesterol endógeno o tomar estatinas y, a pesar de que soy médico o gracias a ello, no me parece correcto intoxicarse más con estas pastillas. Así que haré dieta y beberé dos vasos al día de zumo de alpiste que eso sí que me baja los triglicéridos (demostrado), aunque no el colesterol.
Actualmente tengo 64 años (2013) y hacia el año 2000 los médicos se empeñaron en que tenía la tensión alta (en realidad lo que tenía era la vida- laboral, familiar etc.,- muy alta) y me mandaron tomar un medicamento que se llamaba ATACAND. Así estuve más o menos hasta 2010, cuando un día, tras una práctica de kyudo, tuve que ir a urgencias porque se me había puesto un pie como un botijo. El médico de guardia me dijo que era un ataque de gota, y tras un auténtico calvario de análisis y pruebas de todo tipo, concluyeron que tenía INSUFICIENCIA RENAL, CRONICA, PROGRESIVA E IRREVERSIBLE de segundo grado, y que, excluido el factor herencia, ni la alimentación, ni el alcohol ni el tabaco, me dijeron que lo más probable es que el ATACAND habría sido el culpable! Después me he enterado de que, efectivamente, los medicamentos contra la hipertensión tienen multitud de efectos secundarios y que concretamente éste ya no se suministra.
De la insuficiencia renal me está tratando una nefróloga desde hace tres años y medio, con medicación para esta dolencia y con un antihipertensivo, porque dice que la tensión por encima de 13'8 ya es tensión alta y hay que tratarla para contener la insuficiencia.
Los resultados eran desiguales y con altibajos, pero con la constante sensación de cansancio extremo, cabeza embotada y un punto de gota en el pie izquierdo que, con cualquier descuido en la alimentación, se me disparaba.
La culminación del asunto la sufrí en el invierno del año pasado, cuando todos los síntomas antes descritos llegaron al máximo, a pesar de obedecer estrictamente con la medicación y, por supuesto, control de la alimentación. La nefróloga me decía que "esto es así, así y para siempre" porque, según la medicina occidental, la insuficiencia renal de segundo grado, crónica, progresiva e irreversible conlleva la inexorable degeneración de TODOS los órganos, pues falla la limpieza general del sistema, hasta el punto de que se considera un tremendo éxito simplemente contener la enfermedad. Es más, si no obedecía estrictamente me esperaba la máquina de diálisis.
Entonces, tras probar otras vías, fue cuando unos compañeros de kyudo me comentaron que conocían a un médico chino, Chen Chang. Así hace algo más de un año visité al citado médico y comencé a acudir a él una vez a la semana, sin abandonar, por consejo del mismo, la medicina tradicional. A partir de la tercera sesión noté una mejora y, muy poco a poco, he ido mejorando hasta el presente en puedo asegurar que soy otra persona. Estoy disfrutando del simple hecho de levantarme descansado, poder caminar normalmente, practicar kyudo en sesiones que antes me resultaban insufribles y desarrollar labores tanto caseras como intelectuales, cuando antes no podía casi ni enterarme de lo que estaba leyendo.
A pesar de que me encontraba infinitamente mejor, los resultados en las analíticas no daban mejoría "significativa". Así que, hace un par de meses, me enteré de la existencia de nuestro querido Josep Pàmies y su visión de la cuestión médica y farmacéutica, que coincidía al cien por cien con la idea a la que he llegado por mi experiencia. Le escribí contándole y me contestó de inmediato, amabilísimamente, y me recomendó la mezcla Vara de oro, ortiga muerta y galio, además de baños de asiento. Estoy tomando esta mezcla una vez por la mañana en ayunas y otra por la tarde, y también, dos veces al día, estevia para la tensión que, sin que suba mucho nunca, no he logrado más que por temporadas controlar por debajo de 13'8, por lo que no he podido librarme de tomar media pastillita para ello.
Bien, pues, por primera vez, la analítica ha dado un retroceso claro en la CREATININA, que es lo que al parecer mide el grado de funcionamiento de los riñones, lo que ha dejado pasmada a la nefróloga, porque, según la medicina occidental, ESTO ES IMPOSIBLE. De todas formas, creo, es pronto para sacar conclusiones. Hemos de seguir insistiendo.
Contaré mi caso.
Por casualidad, en unos análisis de seguimiento anuales al trabajo, me diagnosticaron una infección de orina. Bien es verdad que yo últimamente no me encontraba muy fina, porque estaba muy cansada físicamente.. no me dolía nada, pero no estaba bien...
Así que fui al médico de cabecera y después de varías pruebas, me envió al urólogo. Después de radiografías, ecografías, cultivos varios, etc.. me diagnosticaron una piedra en el riñón, gracias a que un día, por sorpresa mía, tuve un cólico de riñón.
Rápidamente me enviaron al hospital Valle de Hebrón para una litotricia (deshacer las piedras con un láser) debido a mis mil y una infecciones urinarias.
Entonces, en el hospital, pasé uno de los peores días de mi vida. Esta operación la hacen con sedación, a la cual resulté a alérgica. Intentaron hacerlo sin ningún tipo de anestesia, pero aquello fue IMPOSIBLE y MUY doloroso... Sufrí y no me la pudieron romper, ni deshacer...
Mientras esperaba la operación programada con anestesia total, empecé a indagar por la web buscando opiniones de medicina natural sobre los cálculos de riñón o infecciones urinarias. Y hablé con el Sr. Pàmies (o uno de sus trabajadores) que me aconsejó cómo tomar esta planta y me la proporcionaron. Todo esto contrarreloj, porque me quedaban 15 días para la operación y el tratamiento con el lepidium era de 9 días. Y así lo hice. Una novena que se suele decir, un litro de agua al fuego hasta que llega a cocción, se aparta del fuego y se pone la hoja al agua (en mi caso tierna). Se aparta y se toma medio litro por la mañana en ayunas y medio litro por la noche.
Noté que orinaba mucho más, pero nada más.
El día que me citaron de nuevo para la operación en el Valle de Hebrón, allí estaba yo... muy asustada, pero esperando la solución a mi problema.
La sorpresa mía y la de los médicos fue que al ponerme en la máquina y querer detectar la piedra, arriba y abajo, no estaba! Había desaparecido, sin tener ningún cólico de riñón, ni nada... era un milagro!!! Pero hasta que no me hicieron varías pruebas posteriores, no lo pude creer. Pero, efectivamente, no tengo ninguna piedra.
Espero que mi historia pueda ayudar a muchas personas que, como yo, no habían oído hablar ni de la medicina natural, ni de las plantas medicinales ecológicas.
Marzo 2013
Me llamo Sílvia y quiero explicar la experiencia que hemos tenido con el Lepidium Latifolium. Hace cosa de tres años mi marido tuvo el primer ataque de piedras al riñón. Estuvo más de diez días para expulsar las piedras y el médico de cabecera sólo le daba antiespasmódicos y analgésicos. Consiguió expulsarla aplicándose electroacupuntura en el meridiano del riñón y a base de reflexología podal que le hacía yo misma (tengo titulación de reflexóloga). Al poco tiempo, buscando información sobre otras plantas conocimos el Lepidium Latifolium por medio de la asociación Dulce Revolución y fuimos a buscar. Así que cuando empezó a sentir dolor y que empezaba el siguiente ataque de piedra, fue directamente a la planta -que está en el patio en un tiesto-, limpió una hoja y la fue masticando muy lentamente. Fue bebiendo un poco de agua porque el gusto es muy picante. Al poco rato hizo la orina bastante oscura y desapareció el dolor.
Después se ha encontrado en la misma situación cuatro o cinco veces más, pero siempre hace lo mismo: Cuando empieza a tener molestias en el riñón o en el conducto urinario, se toma una hoja de la planta y la mastica lentamente. Siempre ha funcionado y no ha tenido más ataques. Alguna vez que no ha desaparecido del todo la molestia, se toma por segunda vez la planta y, al cabo de unas horas, desaparece del todo. La medida de la hoja es de unos 8 x 4 cm. (sin contar la cola, que también se come), y si las hojas que tiene la planta son más grandes, las parte y deja la otra mitad en la nevera por si le hiciera falta una segunda toma. Para disminiuir el gusto picante, generalmente lo acompaña de agua o infusión fría de Estevia.
También quiero explicaros que el pasado mes de julio mi perro cogió una infección de orina bastante importante. Cuando nos dimos cuenta hacía un poco de sangre con el pipí. Empecé a darle infusión preparada con un vaso de agua con una hoja fresca de Lepidium (también 8x4cm. aprox.) y media cucharadita de Cola de caballo y media de Tomillo (ambas secadas). Es un perro acostumbrado a comer de todo (no le damos pienso) y no tiene problema para bebérselo. Le di la infusión (ya enfriada) en ayunas por la mañana durante 4 o 5 días, una sola vez. Él iba bebiendo tanto como quería. Al principio se lo bebía todo, y los dos últimos días no se lo acababa. Cuando lo trajimos al veterinario para asegurarnos que ya estaba bien, la infección había desaparecido.
Septiembre 2012
En noviembre mi marido estuvo ingresado 3 días, tenía una infección de orina provocada por una piedra en el riñón. Le dijeron que había que operar lo más pronto posible, aunque en otro hospital le dieron la opción de litotricia. Casualmente me llegó información de Josep Pamies, vi que había plantas para las piedras del riñón y buscando en internet todo lo que pude, encontré el lepidium.
Comencé a darle una hoja grande en 2 ó 3 vasos de agua, como una infusión. Hervía el agua y echaba la hoja partida a pedacitos con la mano y lo dejaba enfriar. Lo hacía por la tarde y toda la noche se pasaban las hojas en el agua. Al día siguiente lo colaba y se bebía el primer vaso antes del desayuno y lo que le quedaba a lo largo del día. Así durante trece días. Le dolía de vez en cuando, pero era soportable. A los trece días continuados la expulsó (9 mm). Eso fue por la mañana y estuvo expulsando sangre 12 horas, pero como no tenía fiebre no le dimos importancia, y no la tuvo claro!
Si las hojas no son grandes, creo que con 2 o 3 pequeñas valdría, pero cortadas con la mano.
Septiembre 2012
Me condenaba a tener cada primavera ataques de riñón muy dolorosos. Aún bebiendo más de 5 litros de agua al día, los cálculos no se iban. Hasta que descubrí por internet la planta llamada "rompepiedras" y de nombre botánico Lepidium latifolium. Una empresa dedicada a hierbas medicinales hacía un jarabe de esta planta que compré en la dietética del barrio. Con tres botellas que tomé me deshizo los cálculos, que con toda probabilidad eran de oxalato cálcico. Hay que ir con un poco de cuidado con el jarabe para no abusar ya que es un diurético muy potente y podría bajar mucho el potasio de la sangre si se toma muy seguido, pero yo no necesité más. También se dice que en tratamientos muy prolongados puede descalcificar un poco los huesos. Ahora mismo y según tengo entendido el jarabe ya no se comercializa, pero la misma empresa fabrica otro en gotas, que contiene el Lepidium latifolium, otra planta llamada Arctostaphylos uva-ursi Sprengel, y la Solidago virga-aurea.