Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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Mi nombre es Régine Fache, tengo 72 años (septiembre 2023) y vivo en Caldes de Montbui, Barcelona. Quería compartir mi testimonio sobre cistitis. Me picaba mucho al orinar y durante 4 días tomé 10 ml de CDS (disuelto en agua) repartidos durante el día y 1 cucharada tamaño café de DMSO en un vaso de agua.
Normalmente hago uroterapia. La cistitis se fue en esos 4 días y no volvió.
Mi nombre es Isabel, tengo 45 años (abril 2023) y vivo en Valladolid. En 2021, a mi madre, con 75 años, le diagnosticaron tumores en la vejiga y uréter. Después de varias intervenciones, lavados, sondas… seguía teniendo muchísimo dolor.
Cuando vi que la sanidad pública no hacía nada por aliviar sus dolores, me puse las pilas para buscar algo alternativo. Desde Dulce revolución, Rubén nos ayudó. Por otra parte, investigué hasta que conseguí dar con el aceite de THC.
Esto fue lo que tomó durante 3 meses antes de volver a realizarle las pruebas:
Lo aplicaba en la zona afectada 3 veces al día. A los pocos días ya notó alivio en el dolor.
Lo único que le quitó el dolor y le ayudó, después de meses sin poder salir casi de la cama, fue el aceite de CBD con THC. Esto la devolvió a la vida normal.
También hacía mudras e intentaba visualizar como una luz la curaba.
A fecha de hoy sigue tomando las infusiones de Artemisa Annua, las gotas de CBD + THC, suplemento de vitamina C y Magnesio.
Tengo que decir que su confianza en probar otros remedios a pesar de que sentía miedo a priori y su fuerza de voluntad, ha sido de mucha ayuda para ella. A día de hoy, no puede entender cómo es posible que lo la ha ayudado no sea legal o alegal. Ella ha abierto su mente totalmente y gracias a todo ello, los resultados de sus últimas pruebas han dado todo negativo en células cancerígenas.
Mi nombre es Rebeca, tengo 28 años (abril 2020), soy psicóloga sanitaria y vivo en Huelva.
Llevo cuatro años tomando clorito de sodio activado con ácido clorhídrico. Llevo mucho tiempo sin ponerme mala, ni una gripe, ni ningún otro virus, lo más ha sido algún resfriado, en el que me he tomado unas dosis de esta sustancia durante uno o dos días y he percibido resultados muy positivos, remitiendo absolutamente.
Al igual me ha pasado con la cistitis. Gracias a mi experiencia positiva lo recomendé a mi familia y también lo toma.
Doy las gracias a Andreas Kalcker, por desarrollar el maravilloso trabajo que hace, con el que se han mejorado y salvado muchas vidas y se podrían salvar muchas más si recibiera los apoyos que necesita.
Así como también al equipo de Dulce Revolución por realizar la gran labor que hacen en favor de la humanidad.
Mi nombre es Manuel, tengo 55 años (abril 2020), soy director de empresa y vivo en Madrid.
Hace unos años me asocié a Dulce Revolución. Este correo lo dirijo a la familia Pàmies y a las personas que hacen posible este proyecto.
Acabo de escuchar en la Cadena Ser, en el programa de la Ventana, cómo se desprestigiaba a "un pobre agricultor de la provincia de Lérida que manipula, engaña, bla, bla, bla", nada nuevo que no sepáis o que no hayáis escuchado ya.
Escuchando la "noticia", la indignación me ha subido como la espuma, pero me ha durado muy poco, y de la indignación he pasado a la alegría. A la alegría de saber que lo estamos haciendo muy bien (me incluyo por lo que más tarde reseñaré); a la alegría de saber que son ellos los que nos tienen miedo a nosotros, los diferentes, los que estamos en otro territorio que ellos no pueden controlar o manipular. Y comienzan a darse cuenta que este movimiento no tiene marcha atrás; que más tarde o más temprano la consciencia individual de las personas llegará, esto es, que ya está llegando, y que la conciencia de muchas personas atenta contra sus intereses sociales, económicos, de control y de poder.
Por eso me he alegrado de la "noticia", porque comienzan a tenernos miedo. Porque las que están contadas son sus horas, no las nuestras, que son las de nuestra Madre Tierra, las de nuestra Madre Naturaleza.
Tuve la ocasión y la suerte de asistir a una charla de Teresa Forcades y de Josep Pàmies el pasado año en un pueblecito de la sierra de Madrid. Después de acabada la charla, intercambié con Teresa unas palabras. Le expliqué que mi padre que ahora cumple 91 años, hace más de dos años se curó de un cáncer de vejiga (según el cirujano que operó mi padre éste no duraría más de un año, y ya va camino de los tres con buena salud, edad aparte), gracias al CDS (no tengo palabras de agradecimiento para Andreas) y gracias a la dieta disociada de Suzanne Powell (idem para ella), y a las hierbas que me recomendasteis que tomara (en mi terraza tengo Kalanchoe para aburrir).
Los oncólogos del hospital donde se trató mi padre y con ni siquiera un ciclo de quimio (dejó de sangrar por la orina antes de que pasaran 30 días del inicio del cambio de dieta y de la toma de CDS), todavía se están preguntando por qué el tumor ha desaparecido, por qué mi padre está bien y no sangra. En resumen, por qué mi padre no ha fallecido como mandan las estadísticas para ese tipo de patología. Y les da igual averiguar la causa.
Este es el motivo de mi correo; daros todo mi ánimo y todo mi apoyo por vuestra labor. A Andreas, a Teresa a vosotros los Pàmies, a todos los que divulgáis.
Mi nombre es Gabriela, tengo 46 años (mayo 2020), soy licenciada en informática y con un máster de formación para profesorado con la especialidad de matemáticas y vivo en Banyeres del Penedès (Tarragona).
A mediados de mayo, mi hija de 9 años tenía infección de orina y como no quiero que tome antibióticos, le puse dos gotas activadas de MMS en medio vaso de agua y se las tomó.
Al ser ya hacia el atardecer, le dije que fuera a hacer pis antes de dormir. Ella tenía miedo por el fuerte dolor que había experimentado una hora antes. Cuando fue al baño me dijo: “Mamá, ya no me duele”.
Realmente maravilloso. En 1 hora le pasó la infección.
Mi nombre es Cristina, tengo 44 años (mayo 2020) y vivo en Cornellà (Barcelona). A mis 7 años de edad, me llevaron de urgencias, diagnóstico: “cólico renal, por arenilla”. De nuevo, este dolor se hizo presente en mi adolescencia, aunque con tratamiento natural “rompe-piedras”, desaparecía. A mis 17 años de edad, por decisión propia me realicé una reducción de pecho ya que las dimensiones de las mamas me dejaban sin respiración cuando tocaba el piano…
Es curioso, en los meses que se consideran de lactancia no tomé leche materna, un matriarcado en la familia, reducción de pechos…. ahí queda…
Un 14 de febrero del 2018, mi cuerpo siente malestar al miccionar, mmmm…. había iniciado una relación de pareja y aunque el joven era una amistad de la infancia… estaríamos hablando de una infección de orina…
Inicié tratamiento de cápsulas vegetales de “arándano rojo” de Nature Essential y, transcurridos unos quince días, orinaba sangre… y ¿ahora qué?, venga va, quedan unas cápsulas más, seguro que al acabarlas el sangrado remite, aunque no fue así…
En paralelo, la relación con la familia, había llegado al límite, sintiendo una rabia, odio, asco que me ahogaban… y así sin más, el 9 de marzo de 2018, la vida me lleva a cambiar de residencia, de Cornellá (Barcelona), marché a Calonge (Girona), con un nuevo trabajo. Mientras transcurría la adaptación laboral, que sinceramente era otra de las áreas de mi vida que se desmoronaba… sentía miedo, un miedo que me confrontaba:
“Aquí, en un lugar que desconozco, sin apoyo familiar, nadie en quién confiar, la relación de pareja resulta no hablar mi idioma, una “medicina” que pensar en ella me entraba de todo menos salud, literal orino sangre, presento taquicardias y para recuperar energía, he de parar interiormente, entrar en serenidad y respirar, respirar, respirar…”
Dado que el sangrado no remitía, a través de E.A., y a nivel privado, me visita la Dra. C. R.
El sistema público de “salud” se presentaba como mi mayor desafío en esta vivencia… jugándole un pulso en todo momento a mi convicción interior, basada en la medicina que me trasmitieron mis abuelos… y mi poder de decisión.
Continuaba trabajando y el 31/05/2018 el diagnóstico:
“Riñón izquierdo globuloso, de medidas aumentadas, con una extensa cicatriz parenquimatosa en el tercio superior, y un gran saco hidronefrótico crónico a calzos superiores de 7,7 cm, así como dos grandes litiasis obstructivas de 21 y 15 mm.”
El primer urólogo de la privada, argumentó que se trataba de una litiasis encastrada de años de evolución, que se había partido en dos y al querer descender había producido una fisura/cicatriz y con ello el sangrado.
Me comenta el facultativo que el tercio superior del riñón está necrosado y no funcionará jamás.
Proponen como intervención inicial, drenaje, Ureteroscopia y posterior tratamiento farmacológico… que sólo pensarlo muero en el intento… y a partir de aquí, según evolución, continuarían valorando…
Recuerdo un miedo, una fobia que me engullían… acompañado de… tiene que haber otro camino…sé que sí… y de la siguiente forma inicié la toma de:
Cada día 2 infusiones de “mezcla para la anemia”, hasta restablecer la deficiencia de hierro.
Toma durante el día y cuando quisiese, de la “mezcla isotónica de agua de mar” (1 parte de agua de mar + 3 partes de agua mineral + el zumo de un limón). Hoy, aún lo tomo!!!
Tratamiento para las litiasis/piedras:
2-3 infusiones de “Lepidio” durante 10 días, después continuar con 2-3 infusiones de mezcla de cólicos (10 días más).
Al finalizar éstas, tomé 2 infusiones al día de “Artemisa Annua”, durante veinte días.
“Batido de remolacha, manzana dulce, zanahoria, perejil, alga dulce, agua de mar”, dos al día, hasta restablecer deficiencia de hierro..
“Stimul'im” , 3 capsulas al día con las comidas, un bote de 60 cápsulas.
“Hierro más Vitaminas Floradix”, dos veces al día 10 ml media hora antes del desayuno y de la cena. Tomé tres frascos de 500ml, cada uno.
Infusión de "Vara de Oro”.
Jarabe/preparado de "Hierbas Suecas” de Maria Treben.
Doy fe que, en la primera infusión de Lepidio, remitió un cuadro febril que pujaba con fuerza… además, el dolor intercostal izquierdo… Qué alivio y gratitud sentí por ese instante… aunque la situación requería de atención inmediata.
El 12/07/2018 solicité la baja laboral, ya que la semana anterior, literal, no podía dar dos pasos desfallecía, rentabilizaba energía a través de mi respiración, era un encuentro entre dosis débiles de oxígeno y los límites de perder la conciencia…
Me encontraba sin fuerzas, era incapaz de batir un huevo… suerte que cerca de casa había una rosticería, cuya calidad-precio velaron por mi nutrición, bendito dinero que trabajó por mí!!!
A primera hora de la mañana, del día 12, me realizaron una analítica de sangre y otra de orina. A las 15:00h., me llamaron por teléfono del Hospital General de Palamós para ingresar urgentemente, me estaban esperando con todo preparado, porque a nivel clínico precisaba transfusión de sangre y hierro en vena.
Tumbada en el sofá, sentía una fobia atroz y unas taquicardias, que el corazón parecía salirse de mi cuerpo al pensar que podían venir los cuerpos de seguridad, bomberos… por el hecho de ir a contracorriente del sistema familiar, laboral y de salud.
Con mi vida en riesgo y una situación donde la única fuente de protección venía de mí, sentía la convicción de ofrecerme la oportunidad e intentar restablecer mi salud a través de la medicina tradicional, en caso de que no funcionase, siempre podía recurrir a la medicina convencional.
Sabía que llevaba 5 meses orinando litros de sangre y desde la humildad y respeto que siento en todo momento ante la vida, acogí hacer frente a la incertidumbre, que adora la interrogación, la duda... impulsándome a seguir lo que mi corazón y razón conversaban: Oponerme en tres ocasiones al ingreso, descansar, recuperar la pérdida de hierro con alimentación, suplemento orgánico y tratar mi dolencia renal con terapia/s no invasiva.
A toda esta situación, me sobrevenían unos dolores de cabeza de locura, sentía presión intracraneal y del cerebelo, hasta desencadenar en hemorragia nasal.
La “doctora” de cabecera se mostró en desacuerdo frente la decisión de no ingresar y bajo mi responsabilidad, solicité un control de analíticas quincenales.
Trascurridas las dos semanas, me presenté en consulta y en un primer momento la facultativa creyó equivocarse de expediente. Afortunadamente, los parámetros de análisis clínico que presentaban una notable mejora, eran míos.
No me hacía ni pizca de gracia que perfundieran mi brazo, pero continué realizándome análisis, todos ellos con éxito, hasta lograr restablecer por completo los parámetros de hierro, entre otros.
En paralelo, combinaba una alimentación rica en hierro y terapia de Par Biomagnético, ambas mitigaron malestar, aunque las piedras continuaban presentes.
Me cuestionaba… ¿estaré en un error? Siempre tenía la opción de llevar a cabo el Plan “B”.
El 06/06/2019 recibo el alta médica del Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas (ICAM), con visita en urología el 11/06/2019 para programar drenaje, urestoscopia. No hay que estudiar mucho, para ver que la “doctora” presenta falta de vocación y/o sentido común médico.
Del mismo modo, su manera de hacer, estar y sentir, carece de buen trato: no mantiene contacto visual cuando verbalicé: ¿me va a dar el alta médica con un órgano vital en riesgo? “Cualquier reclamación en el mostrador”, esa fue su respuesta, a la que sumé, “Ha estudiado para velar por la salud de las personas, porque está cometiendo una negligencia médica”, de nuevo respondió, “cualquier reclamación, al mostrador”.
Realicé la reclamación y como era de esperar, denegada, claramente una actuación economicista.
Un Terapeuta del barrio de Sants (Barcelona), con dos - tres sesiones de Ajuste Biomagnético, dio fin a las dos piedras, así lo mostraba la ecografía del 31/10/2019, día de comer castañas, boniatos y “panellets”.
Un día de CELEBRACIÓN!!!!
La alegría para ambos, el conjunto de profesionales y amigos, era y es indescriptible.
Hasta llegar aquí y a través del servicio público y privado de salud, fueron varias las pruebas de radiodiagnóstico por imagen que decidí realizarme (TAC sin contraste y ecografía).
Destacar que el “urólogo” de salud pública, aparte de carecer de empatía, cuestionar visitarme, omitir los resultados del informe y con ello, la mejora que presenta mi riñón, continúa a día de hoy, insistiendo en realizarme un renograma y drenaje.
En la actualidad, continúo fortaleciendo mi salud, según me oriente la experiencia y la consciencia del cuerpo de la piel hacia dentro.