Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
**ATENCIÓN** Hay imágenes de recuperación explícitas que pueden herir la sensibilidad del lector.
Mi nombre es Carmen, tengo 56 años (noviembre 2023) y vivo en Lérida.
Nuestro caso comienza como tantos otros, con diabetes tipo II, una enfermedad silenciosa que va haciendo por dentro.
Mi marido (62 años) fue perdiendo lentamente calidad de vida. Empezó a tener problemas circulatorios y le empezaron a salir úlceras en las piernas. Primero era alguna úlcera esporádica y después ya comenzaron a ser habituales en una pierna, en la otra o en ambas.
Al cabo de un tiempo empezaron a fallar los riñones y comenzaron las sesiones de diálisis. Meses después, empezaron los problemas respiratorios. Había noches que no podía tumbarse en la cama porque se ahogaba y pasaba parte de la noche sentado.
Las piernas se fueron complicando hasta que en la pierna izquierda le tuvieron que hacer un by-pass porque casi no tenía circulación.
La diabetes continuaba siendo un problema. No había manera de tener unos niveles correctos, ni estando ingresado.
Debido a todo lo que iba surgiendo, pasaba bastantes temporadas ingresado.
Por fin llegó el trasplante de riñón y parecía que les cosas mejoraban un poco. Su calidad de vida era mucho mejor.
Pero las úlceras continuaban apareciendo en las piernas. Los problemas respiratorios se fueron agravando hasta que le trajeron una bomba de oxígeno a casa. Tenía que llevar puesto el oxígeno durante toda la noche y algunas horas durante el día, de por vida.
Un día le salió una úlcera nueva, en la pierna izquierda, en la parte de atrás del tobillo, justo encima del tendón. No era la primera vez que pasaba y pensamos que volvería a estar meses abierta, como la vez anterior.
Pero las curas habituales no eran suficiente, cada vez estaba peor, hasta que quedó el tendón al descubierto. Y lo ingresaron.
El diagnóstico: La úlcera no se podía curar porque no le llegaba sangre. El by-pass se había taponado y no habían encontrado ninguna vena en el cuerpo, que pudieran aprovechar para poder cambiarlo. La única opción era la amputación de la pierna por debajo de la rodilla.
El mundo se nos vino abajo.
Empezaron los trámites para la intervención, pero los quirófanos estaban ocupados durante al menos dos días y nos mandaron para casa, a esperar hasta que nos avisaran.
Una vez en casa, nos empezamos a mover y llamamos a todas las puertas que se nos ocurrieron en aquel momento.
Había oído hablar de la ozonoterapia y consultamos si se podía hacer. Nos dijeron que en el estadio que se encontraba su enfermedad, ya no era posible.
Todo apuntaba que nos teníamos que resignar.
Teníamos en casa MMS y había leído "Salud prohibida" de Andreas Kalcker. Yo ya lo había tomado, pero nunca me había atrevido a dárselo a mi marido, por la medicación que tomaba.
Tenía miedo que interfiriera con la medicación del trasplante.
Lo estuvimos valorando y mi marido dijo que adelante, que lo quería probar. Así que comunicamos al hospital, que de momento, no se iba a operar.
Y así fue como me quedé en casa con un paciente trasplantado, con el by-pass taponado, necrosis y bomba de oxígeno.
En esos momentos, empezaba a andar el movimiento MAI (Movimiento Asistencia Integral) y compartisteis su teléfono en las redes. Llamamos. No recuerdo el nombre de la persona que nos atendió, pero muchísimas gracias. Le consultamos la manera de tomarlo y nos aconsejó empezar con un enema de MMS, porque si no había circulación, sería la manera más efectiva para que llegara a la herida.
¡Y funciona! Vaya si funciona
Al día siguiente la herida ya no hacía mal olor. Esto nos dio un poco de esperanza.
Una enfermera nos había dicho que debíamos vigilar la temperatura de la pierna y el olor. En el momento que ya no hubiera nada de circulación, la pierna se enfriaría rápidamente y tendríamos que correr al hospital.
Empecé a buscar información. Debíamos controlar la infección, destaponar el by-pass y atacar la diabetes.
Comenzó a tomar cada noche, un rato antes de la cena, un limón entero, con la piel incluida, triturado añadiendo un vaso de agua y colado. Dos infusiones de estevia, una después del almuerzo y otra después de la cena.
El enema lo preparaba con seis gotas activadas de MMS y para las curas, me preparé un spray con la mitad de MMS diluido y la mitad de DMSO.
Las curas, las hice una vez al día, durante un año, y después cada dos días. Lavaba la herida con agua de mar y jabón, después la rociaba con la mezcla del spray, la dejaba actuar 4 minutos, y antes de tapar la herida le ponía aceite de coco. También estuve alternando con miel.
Descubrí las propiedades de la ortiga y la incorporé a las infusiones de estevia.
También le puse trapos mojados con la infusión de ortiga, encima del by-pass.
Al cabo de 10 días tuvo una hemorragia y dedujimos que la circulación se había restablecido en parte.
A partir de ese momento cambiamos al CDS. Era más cómodo de usar. Sólo había que poner en el spray la mitad de CDS y la mitad de DMSO. También dejamos los enemas y nos pasamos al CDS de forma oral.
Cada día preparaba 1 litro de agua con el CDS (empezamos con 5 ml y fuimos aumentando hasta 20 ml) Este litro de agua lo repartía en dos botellas. Una botella se la tomaba a media mañana y la otra a media tarde. Así nunca se mezclaba con la medicación que se tomaba en las comidas y tampoco interfería con el limón que se tomaba antes de la cena.
A los tres meses de hacer todo esto, ya no necesitaba la bomba de oxígeno. Los niveles de azúcar se habían moderado, aunque aún eran elevados.
Le pidieron hacer analíticas y no había infección, que era lo que más nos preocupaba. Y los valores habían salido mejor que nunca.
Teníamos que insistir con el tema diabetes, pues era la causante de todo.
A parte de hacer un cambio de dieta, incorporamos a las infusiones, la tulsi, el cardo mariano y la bardana. Estos dos últimos los tuvimos que dejar porque interferían con la medicación del trasplante. Y fue una lástima porque realmente lo ayudaron a bajar los niveles de azúcar.
Vi el vídeo del Josep Pàmes, recomendando la Lepidium para deshacer las calcificaciones de las venas y arterias. La incorporamos también. Así que cada día se toma dos infusiones de estevia, juntamente con otra planta de las que he mencionado. Nunca repite el mismo día, vamos alternando las plantas.
De todo esto ya hace un año y medio.
Os paso un resumen de fotos de este último año y medio, donde podréis ver la evolución de la herida.
La herida aún no está cerrada, queda muy poquito.
Como en los últimos cuatro meses, no vemos ningún avance, hemos ido a consultar al especialista.
Nos dice que puede quedar como una herida crónica que habrá que curar dos veces por semana.
Tal vez tenga razón. Pero aún tengo esperanza que cierre completamente.
Lo más importante es que mi marido puede caminar. Nunca ha dejado de hacerlo. En todo este tiempo no ha aparecido ninguna úlcera nueva. No necesita la bomba de oxígeno, y descansa toda la noche.
Los niveles de azúcar han bajado tanto, que está a punto de dejar la insulina y pasar a tomar únicamente pastillas.
Agradezco a Josep Pàmies y a todo su equipo por toda la información que han compartido y que nos ha servido de tanto. Gracias por estar al lado de los que lo necesitan.
Gracias al personal médico, que sin aprobar lo que estábamos haciendo, lo han entendido y respetado. He de decir que he tenido la suerte de encontrar personas maravillosas.
También quiero agradecer a Sara de Vic que compartiera su testimonio. Me ha sido de gran ayuda.
Mi nombre es Juan Manuel, tengo 56 años (agosto 2023) y vivo en Benabarre (Huesca). Desde hace más de 4 años estoy afectado de hongos en la uña del dedo gordo del pie. El dedo se pone de marrón oscuro.
Los primeros 10 días (iba alternando, día sí, día no) me ponía: 2 gotas DMSO + 2/4 gotas CDS (cuentagotas separados, no mezclados).
El DMSO es un producto delicado de manejar, mejor informarse bien antes de usarlo y bajo la responsabilidad de cada uno.
A partir del día 11 seguí con la misma dosis 2 veces por semana, durante 3 semanas.
También me puse aceite de orégano, durante los 5 meses siguientes, 2 veces por semana.
Como era una lesión vieja costó recuperar. Los primeros 10 días se notó el cambio más claro de coloración. A los 3 meses y medio se empieza a ver la uña limpia. A los seis meses y medio la uña ya estaba prácticamente recuperada.
A fecha de hoy sólo me pongo aceite de orégano por sus propiedades desinfectantes.
Me llamo José Ángel, tengo 49 años (octubre 2017) y vivo en El Escorial (Madrid). Quería compartir que mi experiencia con el MMS es positiva en cuanto a varios tipos de dolencias:
1º- Me curé una gingivitis con la que llevaba varios años usando diferentes productos bucales y que no me hacían nada. Dos días consecutivos de enjuagues con MMS y al tercero ya estaba mucho mejor. En una semana me cepillaba los dientes con cerdas duras cuanto antes esto era imposible. Las encías dejaron de sangrar. La dosis fue: 5 gotas activadas en una taza pequeña de agua.
2º- Lo mismo con infección de muela con flemón. Quería evitar el antibiótico y realicé enjuagues en la zona con MMS bastante concentrado (poca agua) y con unas gotas de DMSO (Dimetil Sulfóxido) para ayudar a su penetración. Decir que el flemón se fue por donde vino. La dosis fue: 5 gotas activadas, ponía poca agua y luego añadía 5 gotas de DMSO para que penetrara bien en la encía. Lo aplicaba casi puro, hacía enjuagues en el lado de la dolencia.
3º- Infección intestinal severa. Mi familia una semana con fiebres. Yo que me lo empecé a tomar al tener síntomas, pasé la noche con fiebre leve y a la mañana después de dolores estomacales y evacuar, fui directo a desayunar sin síntomas y ahí terminó. La dosis fue: 8 gotas activadas al día. Tomaba 1 gota activada cada hora, durante 8 horas. Fue “milagroso”.
4º- Decir que contra la micosis o pie de atleta no me ha funcionado.
La verdad es que aunque se ha “demonizado” este producto, a mí siempre me ha ido bien y nunca he tenido efectos secundarios ni extraños.
Quiero compartir mi experiencia con las plantas medicinales. A mi hija le salió una verruga en el pie. La llevé a la pediatra para que nos dijera qué teníamos que hacer y me dijo que la llevara al hospital para que se la quitaran. Yo encontré un poco fuerte llevar a la niña a un hospital por este motivo y entonces reflexioné sobre la importancia de ser coherentes con lo que creemos y nuestras prácticas. Cogí la planta verruguera (celidonia) y le puse en el pie el zumo naranja que sale de las ramitas de la planta durante 15 días.
Le ponía un poquito de zumo de la planta por la noche cuando se iba a dormir y por la mañana antes de ir a la escuela. Al final ella salía sola al balcón y rompía una ramita y se la frotaba ella misma en su pie, siempre sobre la verruga y "voilaaaa"!! Así que desapareció la verruga y, además, le he hecho una reflexión a mi hija sobre la confianza que debemos tener en las plantas medicinales para curar nuestra salud y la importancia de aplicar nuevas prácticas en nuestras vidas cotidianas.
Hola, me llamo Quim Vilanó y vivo en Barcelona. Tenía hongos en los pies y lo he solucionado con el vinagre tal como escribió un testimonio en vuestra web de la Dolça Revolució. Puedo dar fe de ello. Los medicamentos como el Mycospor o el Ciclochem no funcionaron. Un abrazo.
Hola a todos, me he animado a participar para contaros como solucioné yo el tema del pie de atleta. Llevaba 20 años con este problema tratándolo con medicamentos recetados por profesionales de medicina tradicional. Estaba dos temporadas bien y una mal, durante años. Además de las típicas heridas entre los dedos, tenía mucho picor y descamación en la planta de los pies. También tengo atrofiadas las uñas de los pies (prohibidas las sandalias en verano). Hace un par de meses, encontré el remedio más natural, barato y accesible que hay en el mercado: el vinagre. Os cuento el tratamiento que yo hice.
Durante 1 mes, cada día por la noche sumergía los pies en un barreño con vinagre de vino blanco un poco caliente (tibio), unos 10 minutos, y los dejaba secar por si solos. A los 3/4 días empezaron a remitirme los síntomas. Debido a que el problema de las uñas es más persistente, he decidido seguir sumergiéndolos una vez a la semana, durante 3 meses. Espero poder ver una mejoría notable en mis uñas que ahora están negras, medio despegadas y con un sarro blanco por debajo de la uña, aunque cada vez va a menos.
Tengo una amiga que a pesar de tener los hongos controlados sigue bañándose los pies en vinagre una vez al mes y en 3 años no ha vuelto a saber de ellos.
¡Qué rabia me da haber intoxicado mi cuerpo con pastillas y pomadas y haber tenido la solución en mi casa, en el armario de mi cocina!.
Quiero comentar que el árbol del té a mi no me había funcionado del todo. Quizás lo apliqué mal, o no fui lo suficientemente constante.
Saludos.
Probé todo tipo de fungicidas, en crema y en pastillas, estuve en tratamiento cerca de 4 meses y aquello no pasaba. La solución no fue ningún fármaco, la solución fue: vinagre.
La receta: después de la ducha, en un balde se prepara un baño de la parte infectada en vinagre puro, secándolo suavemente después con una toalla limpia. He de decir que no duele, sólo pica un poco el primer día, después, ni siquiera eso.
Tras 7 días consecutivos con la misma práctica, la infección desapareció completamente hasta el día de hoy. La explicación es que los hongos se establecen en un entorno de pH básico: es su comida; al tratar la parte infectada con el vinagre, la piel se torna 100% ácida, con lo que los hongos simplemente mueren de hambre.
Espero que este fácil método beneficie a muchas personas.
Hola. Es buenísimo el vinagre para el tratamiento de los hongos en los pies. Había gastado un montón de dinero en cremas y ungüentos pero ni se quitaba la picazón ni había mejoría. Desesperada por la picazón y buscando otros remedios encontré la solución del vinagre. El tratamiento fue el lavado de pies con agua con vinagre y compresas una vez al día durante por lo menos 8 días. Después que dejé de hacerme el tratamiento no he tenido molestias y cuando siento que me empieza cierta picanzoncilla vuelvo a hacerme el tratamiento y se me quita.
El resultado es excelente y se explica porque los dermatofitos no pueden vivir en medio ácido y, aunque el pH de la piel es ligeramente ácido, el vinagre ayuda a mantener un ambiente no propicio para su desarrollo. Me han dicho que el limón también es bueno pero con la desventaja que expuesto a la luz puede manchar la piel. Así que yo recomiendo el vinagre, muchísimas gracias por mantener ese sitio en la web. Un dulce saludo de los usuarios de la medicina natural.
Mi problema empezó en invierno de 2007. Cuando me quitaba los calcetines por la noche sentía un picor entre los dedos índice y corazón del pie derecho. A medida que se acercaba el verano, el picor empezó a ser más insistente. Ese mismo verano acudí por primera vez a la consulta del médico. Me recetó Canespie crema para aplicarme 2 veces al día después de lavar y secar los pies y unos polvos para que los aplicase en los zapatos. En un principio el picor cedió.
Durante ese otoño y siguiente invierno los picores regresaron y sin acudir al médico yo seguí con el tratamiento. Esta vez no hubo ningún tipo de mejoría. Al llegar el verano el problema empeoró, ya que empezó a picarme entre los dedos de todo el pie y al llegar agosto de 2008 la piel se me abría y sangraba. Al mismo tiempo, en las palmas de las manos me salieron unas pequeñas vesículas blancas que también causaban picor. Regresé al médico y me dijo que lo que tenía era deshidrosis, una enfermedad de la piel de origen desconocido que se suponía tenía que ver con el estrés.
Está vez me recetaron una crema con corticoide y al mismo tiempo me derivó al dermatólogo. Las heridas desaparecieron y el picor de las manos también. El picor del pie no era tan agudo. Cuando fui al dermatólogo corroboró el diagnóstico y me dijo que era algo totalmente aleatorio, que tendría épocas mejores y épocas peores, aconsejándome que utilizase la crema corticoide. Pase el siguiente año muy molesta. El verano de 2009 y el verano de 2010 fueron una tortura con el pie lleno de heridas constantemente.
En junio de 2010 me percaté que las uñas de los pies habían pasado a ser oscuras y sobre todo uñas pulgares y meñiques de ambos pies muy oscuras y gruesas y en parte deformadas. Compre por mi cuenta en la farmacia un producto de Dr. School que aplicaba con un pincel en las uñas después de limar la parte superior. Como por arte de magia el picor desapareció. Me duró una semana.
Volví al médico, le comente mi sospecha que tenían que ser hongos. Me remitió a cremas fungicidas una vez más, también me hizo saber que los tratamientos orales para hongos eran realmente dañinos para órganos internos y me lo desaconsejaba totalmente.
Pasó el tiempo, y yo seguía con el pie hecho un verdadero cromo. En febrero de este año un buen día me empezó a picar entre los dedos anular y corazón del pie izquierdo. De la misma manera que en el otro pie, empezaron las grietas en la piel con un picor muy intenso.
Fue así como me puse a navegar por internet hasta dar con la página de Josep Pàmies en la que aconsejaba el vinagre. Empecé el tratamiento con el vinagre en abril y sumergí los pies en vinagre durante 15 días seguidos. Lo primero que noté fue como una sustancia blanca y gelatinosa se iba desprendiendo del pie junto con piel muerta. Creo que toda la zona de los dedos de ambos pies se renovó de piel nueva durante esos 15 días. Ahora, una vez al mes, coincidiendo con corte de uñas, sumerjo los pies en vinagre durante 3 días. Los picores no han vuelto y noto las uñas cada vez más claras y menos deformadas. Lo más oscuro está en la parte superior de la uña. También he seguido el consejo de no cortar demasiado, sobre todo en las esquinas, cortar en recto.
Mi marido también está siguiendo el tratamiento. Sus uñas eran una verdadera catástrofe. Siguen estando feas, aunque parece que poco a poco van aclarando. Para mi lo más importante es que durante más de 5 meses no he vuelto a sentir picor, un verdadero alivio.
Me encontré con mi dermatólogo el cuál al comentarle el tratamiento dijo: "Un ácido..... tiene sentido". También visité a mi médico de cabecera y me agradeció el consejo diciéndome que lo iba a aplicar a su hijo.
VINAGRE, VIVA EL VINAGRE.