Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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Me llamo Víctor, tengo 38 años (febrero 2021) y vivo en El Puig (Valencia). En agosto de 2020 tuve una otitis. Los dos primeros días tenía una molestia en el oído, pero al tercero pasó a ser un dolor muy fuerte. Ya había leído sobre el CDS y tenía en casa, pero no lo había probado todavía por lo que decidí ir al médico. Me recetaron antibiótico e ibuprofeno para el dolor, con el ibuprofeno solo tenía un dolor suave y al cuarto día que llevaba tomando los antibióticos, ya no tenía molestia, pero seguí tomándolos 5 días como me dijo el médico.
Acabado el tratamiento estaba bien, pero a los 6 días me volvió a dar la otitis. El inicio fue igual: dos días de molestia y el tercero dolor muy fuerte. Esta vez quise probar con el dióxido de cloro (CDS). Pensé en empezar con el Protocolo U (urgencia) y si no hacía nada siempre estaba a tiempo de ir al médico otra vez.
Hice una primera toma de 6 ml en un vaso de agua y a los 30/40 minutos me quedé asombrado de que el dolor fuerte había pasado a ser una molestia como cuando tomaba el ibuprofeno la otitis anterior, por lo que decidí seguir con el CDS. A las 2 horas tomé 6ml más y luego cada dos horas 2 ml. A partir del segundo día continué con el Protocolo C (cada hora 1 ml en 100 ml de agua). El tercer día (un día antes que con los antibióticos), ya no tenía molestia aunque seguí tomando CDS hasta el quinto día por si acaso.
Ya no me volvió a dar la otitis, ni tuve ningún efecto secundario indeseado, ni tomé ibuprofeno para el dolor. Me hice un análisis de sangre justo después de dejar de tomar el dióxido de cloro y todos los parámetros salieron bien como siempre me han salido en análisis anteriores.
Mi nombre es Maite, tengo 70 años (mayo 2021) y vivo en Hendaya – Francia. La noche del 29 al 30 de abril pasado, sobre las 2:45 h, mi nieta, de 10 años, empezó a quejarse de dolor de oído. Después de tratarle con aceite de caléndula, como antiinflamatorio que es, no hubo resultado. Probé con infusión de aceite de siempreviva, que en otras ocasiones ha funcionado, y esta vez, tampoco funcionó.
Me acordé del tratamiento de Andreas Kalcker del libro “Lo Esencial“. Activé 8 gotas de clorito de sodio con 8 gotas de ácido clorhídrico en un vaso de boca ancha y le apoyé la orejita en la boca del vaso y, santo remedio. Él en el libro recomienda 5 minutos máximo, yo le tuve 4 minutos. A los 5 minutos la niña no se movía, se quedó dormida enseguida.
Durante el día siguiente no se quejó, pero, por si acaso, le hice otra sesión por la tarde y ahí se acabó todo.
En mi casa tomamos CDS, mi hijo, mis nietas y yo. Las niñas 1ml, su padre y yo 2 ml. También utilizamos plantas para limpieza del organismo y para el sistema inmunológico. Mi hijo, que es un fumador, desde que toma la infusión ya no tose y yo las tomo de mantenimiento, sin más. He formado un grupo de 8/10 personas y quedamos para salir juntos al campo para que vayan aprendiendo a conocer las plantas y sus propiedades, a ver si entre todos hacemos algo que falta hace.
Mi nombre es Berta, tengo 38 años (febrero 2020) y vivo en El Vilar d´Urtx (Girona). Mi hijo con 3 años tenía problemas de otitis. Consultamos con Aleix Pàmies y nos dijo que utilizáramos gasas impregnadas de hierbas suecas (Maria Treben) y dos infusiones de perilla al día (mañana y noche).
El mismo día empezamos con la perilla. Cuando tenía dolor en los oídos le poníamos las gasas unas horas y dejaba de tener dolor. Por la noche, que suele ser cuando uno tiene siempre más dolor, le dejamos las gasas impregnadas toda la noche y ya pudo dormir sin dolor, sin antiinflamatorios, ni antibióticos, ni antihistamínicos, sólo perilla y hierbas suecas. Sólo necesitamos las hierbas suecas de María Treben un día. Seguimos una semana con la perilla para ayudar a drenar el moco del oído y en una semana, limpio.
Mi hijo tenía 2 años cuando le llevamos a un control con el otorrino porque le costaba hablar y pensaron que podía ser que oyera mal. Tenía los oídos taponados con moco por una mala ventilación. Esto es algo que va evolucionando con la edad a medida que se desarrollan los oídos, pero en cada niño es diferente.
En ese momento empezaron los tratamientos con antibióticos, cortisona, antihistamínico. Le hicieron una audiometría y tenía una audición del 50% aproximadamente.
Hizo dos de estos tratamientos pero le solucionaban el problema momentáneamente y luego volvía. Ahí el médico dijo que esperáramos un poquito y, si no mejoraba, tocaba operar i ponerle un drenaje en los oídos.
A los 3 años consultamos con un médico higienista y le recetó medicina homeopática y espagírica (Sales calcáreas compositum 1 y 2; Silícea compósitum; Regespag; Vipulam y Argentum). También me dijo que tenía que comer mucha zanahoria y remolacha. Mucho mar. Nada de harinas refinadas ni azúcar. Para entonces en casa ya estábamos empezando a cambiar la alimentación por todo ecológico, sin lácteos, sin trigo, sin conservantes, sin azúcar, sin refinados, etc. Obviamente no volvió a tomar ningún medicamento químico, ni ninguna vacuna más. Ni aún teniendo fiebre le hemos dado nada.
También ha estado tomando un jarabe que preparo yo.
Ingredientes (siempre es mejor si son ecológicos): miel, 1 cebolla mediana, 1 diente de ajo, zumo de limón y un poco de tomillo (además, también se puede añadir orégano y caléndula).
Preparación: En una olla pequeña se ponen unas ramitas de tomillo (y, si se quiere, el orégano y la caléndula) y un poco de agua. Se calienta hasta justo antes de que hierva, se apaga el fuego y se deja reposar hasta el día siguiente. La intención es que quede una infusión muy concentrada.
Por otro lado se pica el diente de ajo y la cebolla y se coloca en un recipiente de vidrio de base ancha. Esto se cubre con miel y se deja reposar también hasta el día siguiente.
Cuando ya ha reposado veréis que la miel está líquida porque el ajo y la cebolla han soltado zumo. Con un colador pequeño y un mortero se cuela presionando bien para que salga todo el líquido.
Para agregar el limón y el tomillo la proporción será: la mitad la miel obtenida, un cuarto de zumo de limón y otro cuarto de infusión de tomillo. Por ejemplo, si obtenemos 1/2 vaso de miel, agregaremos 1/4 de vaso de zumos de limón y 1/4 de infusión de tomillo. Yo preparo un frasco con la maceración de miel y la infusión y luego el zumo de limón lo agrego cada día para que sea recién exprimido y tenga más propiedades.
A mi hijo le encanta. Si queda muy ácido se puede agregar un poquito más de miel. Yo se lo he dado 3 o 4 veces al día y le ha ido de maravilla. Eso si... a lavarse los dientes después de tomarlo porque apesta un poquillo, jeje.
Todo este tratamiento lo ha hecho desde septiembre 2013 hasta junio 2014, ahora tiene 5 años. A finales del año pasado el otorrino dijo que los oídos estaban muy bien y ahora ya habla perfectamente. Ya no necesita operarse.
El doctor nos recomienda este tratamiento hasta los 7 años, que es la edad en la que acaba la primer etapa de desarrollo que está centrada en la cabeza, según la medicina antroposófica.
Bueno, espero haber sido de ayuda.
Mi hija Silvia tiene alergia a la naranja, al polen de las plantas salvajes, a los gatos, al colorante E-120 (imagino que será alérgica a la cochinilla, ya que eso es este colorante) y también al aloe vera, a la amoxicilina y a la lactosa. Desde que nació, su mucosidad era una constante en su vida. Al principio le diagnosticaban resfriados y tomaba un antibiótico, con lo cual empeoraba, le volvían a recetar otro y hasta 3 seguidos, junto con corticoides. Con el tiempo me propusieron operarla y ponerle una cánula en el oído para controlar el exceso de mucosidad, pues tenía mucho dolor por la otitis y sinusitis y no podía ni dormir tranquila.
Las pruebas de alergia siempre pasaban a un segundo plano porque me decían que los niños daban falsos positivos y falsos negativos. Estaba triste y desesperada hasta que un alergólogo me dijo que “el mejor alergólogo de tu hija vas a ser tú, como madre”. Mi marido y yo empezamos apuntar todo lo que comía y observábamos su reacción. No fue nada fácil, pero tras varios años fuimos descartando cosas y mejoró. La medicación que tomaba este último año eran dos pastillas al día para la alergia (Azomyr bucodispersable y Singulare) y mucolíticos. Decidí probar también con Pollens de Boirón, pero de ninguna forma bajaba de sus 6 o 7 paquetes de pañuelos al día, y eso cuando no se complicaba con otitis o sinusitis.
Un amigo de mi marido nos enseñó el vídeo de José Pamies de “Plantas prohibidas, plantas curativas” y me apasionó su labor y nos decidimos a probar con las plantas. El resultado ha sido fantástico, es como algo que te hace un bien casi en el acto. Silvia se levantaba por la mañana con su enorme mucosidad y en ayunas tomaba su infusión de Malva, Perilla, Ortiga y Siempreviva "Helichrisium" y en cuestión de una hora ya no había mocos. Su calidad de vida ha mejorado, descansa, duerme, su estado de cansancio y nerviosismo ha desaparecido... lo cual ha hecho que recupere defensas, aunque su punto débil sigue siendo la sinusitis (este año, sin embargo, solo ha pasado dos). Así que estoy muy contenta. Acabada la polinización, a partir de finales de junio, no está tomando nada de medicación, evidentemente no come nada de lo que sabemos que le provoca alergia, pero si algo tiene trazas y no lo hemos controlado, toma en ayunas su infusión y hasta que mejora y se recupera en 3 o 4 días.
Me encantaría compartir mi experiencia porque seguro que sirve de consuelo a muchas personas.
Septiembre 2013