Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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Mi nombre es Andrés, tengo 57 años (septiembre 2018) y vivo en Asturias. Mi hija Carmen actualmente tiene 29 años de edad.
Cuando tenía 18 años fue diagnosticada de Trastorno de Personalidad antisocial. Esta enfermedad hace que sean incapaces de relacionarse normalmente, no controlan los impulsos y carecen de empatía, causando gran sufrimiento en los que la sufren y sus allegados.
Estuvimos 6 años de psiquiatra en psiquiatra, cambiando medicación cada dos por tres, pero la cosa no mejoraba. Atiborraron a Carmen con antiepilépticos, antidepresivos, tranquilizantes.... lo único que consiguieron fue convertirla en un zombi.
Entonces oí hablar de Teresa Forcades y del MMS. Yo siempre había sido muy escéptico en cuanto a tratamientos alternativos, pero pensé: “¿qué podemos perder?”
Seguí investigando, conocí la Dulce Revolución y Carmen comenzó a seguir un tratamiento con MMS y una mezcla de Pasiflora, Hipérico y Hierbaluisa.
La dosis que tomó fue la siguiente:
Las explosiones de ira comenzaron a disminuir, estaba más tranquila y al cabo de un año y medio, aquella enfermedad se convirtió en un mal recuerdo. Hoy en día, está terminando ingeniería industrial, está embarazada de gemelos y es feliz.
Sólo quiero dar las gracias a quien difunde que es posible la curación pese a todas las trabas que se encuentran.
Mi nombre es Javi, tengo 35 años (diciembre 2017) y vivo en Olesa de Montserrat (Barcelona). Yo nací con muchos miedos, nunca me había planteado siquiera estar en el universo y formar parte de un todo. Era consciente de muy poca verdad debido a mis miedos, y poco a poco con la expansión de consciencia, con hacerme consciente cada vez de más verdad, de más realidad, en mí hay cada vez menos miedos y más amor, como no puede ser de otra manera.
A los 33 años me diagnosticaron TOC (trastorno obsesivo compulsivo), de nivel medio, según el siquiatra que me visitó. Decidí ir por voluntad propia al siquiatra, ya que los pensamientos de hacerme daño o hacer daño a los demás eran muy repetitivos e intensos, y porque llevaba un mes que no dormía casi nada. Acabé por perder el sueño completamente. No puedo tener queja alguna de los siquiatras ya que me trataron muy bien. Me mandaron dos clases de pastillas, me tomaba 6 pastillas al día de dos medicamentos diferentes.
Las pastillas me devolvieron el sueño, cosa que en aquellos momentos era necesario para mí, y respecto a los pensamientos, no sé si las pastillas me ayudaban, pero por lo menos, el creer que quizás sí, también ayudaba un poquito, junto con la ayuda, sobretodo, de mis amados padres.
Yo no quería medicarme de por vida (aunque el siquiatra me dijo que sería así y que no podría dejar la medicación), y veía que no mejoraba lo suficiente. Empecé a abrirme a probar cosas nuevas con las que en principio no tenía ninguna afinidad, pero estaba dispuesto a darlo todo por mí, y si existía cualquier otra opción mejor, más sana, y que, además, me ayudara de verdad, que no me sedara y ya está, pues prefería cogerla. Solo con las pastillas no hubiera podido salir del miedo, no hubiera podido salir de ese tremendo terror en el que entré y que no me permitía prácticamente salir de casa solo, no me permitía no poder estar sin mis padres, llegó a no permitirme hacer prácticamente nada.
En la época en la que estuve peor, no podía salir a la calle, ni estar solo porque tenía pánico, no dormía si no era con medicación. Actualmente vivo solo y hago vida normal, no tengo esos miedos y duermo bien. No me medico. Aunque sigo teniendo el trastorno (días en los que mi mente está muy agitada), lo tengo en una importante menor medida y continúa mejorando día a día. La vida me ha ofrecido unas herramientas, unas personas y una sabiduría que me ayudan a llevarlo mucho mejor y sin medicación.
Es muy importante la voluntad en este proceso y acompañarte en todo momento, acompañarte quiere decir ser amable contigo pase lo que pase, ser comprensivo, aunque un día falle la voluntad, aunque un día estés más loco que otro, aunque un día no te ames o no ames, respeta eso, pase lo que pase acompañarte en tu locura o en tu cordura, en tu proceso, no exigirte.
Empecé con una sicóloga joven y amable. Esta chica me ayudó mucho y estuve con ella cerca de un año y mientras iba a ella también empecé a adentrarme en el mundo espiritual, lo cual no es más que empezar a conocer quién eres, empezar a descubrirte a ti de verdad y dejar a un lado lo que creíste ser.
Y así empecé a moverme en el mundo espiritual, primero con las constelaciones familiares, las cuales conocí por mi hermana, y aunque yo no creía en nada de eso y tenía muchas reticencias, decidí probar. El caso es que las Constelaciones familiares son una maravilla, sobre todo si tienes una persona que las sepa guiar bien, y que te cuide en el proceso.
He hecho muchos talleres espirituales y de crecimiento personal, y algún retiro de tantra y cuestionamiento de creencias, donde he practicado algo que para mí fue clave en mi recuperación, "TheWork." He hecho también el 1er nivel de Reiki y Un Curso de Milagros.
Todo lo que he hecho me ha ayudado a ir encontrándome, a ir aclarando mi mente e ir deshaciendo ese lío, y así poder conectar conmigo, con mi corazón. Porque ahí está la clave, con el embrollo en tu mente no puedes ver, no puedes verte, no puedes sentirte y escucharte, no puedes acceder a tu corazón, a tu casa, no puedes estar en ti y eso te mata.
He tomado agua de mar sobre todo cuando peor estaba. Tomaba hipotónica por la noche para relajar e hipertónica por las mañanas para animarme un poco. Tomo infusiones frecuentemente, sobretodo digestivas.
Me alimento de una manera muy normal diría, aunque en los últimos años he rebajado el consumo de carne, los embutidos, y sobre todo los fritos, la bollería y los químicos. He subido un poco el consumo de pescado y como mucha más verdura y fruta.
Bebo alcohol de vez en cuando y no me pasa nada, me refiero a beberme una cerveza o una copa de vino de vez en cuando. Hace unos años dejé de fumar, cosa que me alteraba más la mente.
Hoy en día soy consciente de que en la vida ni sobra nada ni falta nada (aunque a veces se me olvida). Todo es perfecto. Sin todo lo que he hecho no podía estar como estoy ahora, por eso estoy muy agradecido a todos esos recursos y a todas esas personas que me han ayudado y me siguen ayudando tanto, entre ellas mi novia, la cual conocí en un retiro.
Aun así, si tuviera que hablar de dos cosas claves en mi mejora serían las siguientes:
- Reiki: (me funcionó y me sigue funcionando para el insomnio)
Con el reiki acabé de recuperar el sueño. En mi proceso, conforme yo iba mejorando fui reduciendo la dosis de pastillas poco a poco (no se puede dejar de golpe). Y cuando ya tomaba nada más que media pastilla de cada, al aprender el 1er nivel de reiki, el formador nos aconsejó hacer 21 días de autoreiki. Cuál fue mi sorpresa que me di cuenta que haciéndolo me quedaba dormido y probé a dejar las pastillas, al acabar los 21 días dormía sin pastilla alguna y sin reiki. El reiki me acabó de devolver el sueño de una manera natural, solo con la energía sanadora de la tierra pasando a través de mis manos.
Actualmente cuando tengo que hacer turnos de noche, se me descontrola un poco el sueño, y me cuesta dormir algunos días. Cuando eso me pasa me hago reiki durante unos cuantos días y el sueño vuelve a estabilizarse.
- TheWork de Byron Katie (para los pensamientos, la claridad mental, paz mental)
Un método que con solo unas preguntas te ayuda a tener claridad mental y a darte cuenta de lo locos que estamos actualmente la mayoría de los seres humanos, de cómo utilizamos la mente de una manera inconsciente que nos hace daño y nos separa de nosotros y de los demás.
Te hace ver que el sufrimiento no proviene de fuera sino de dentro. Te ayuda a darte cuenta de que tú no eres tu mente, de que tu mente no es mala, no es tu enemiga, sino que ha creído cosas que no son verdad y que le hacen reaccionar de esa manera. Te ayuda a volverte cuerdo, a obtener más presencia, a desidentificarte de tu mente. TheWork consiste en cuestionarte tus propios pensamientos, en cuestionarte tus creencias, las historias que hay en tu cabeza, las cuales la mayoría (por no decir todas) son mentira. Puedes utilizar TheWork de por vida y sin necesidad de nadie una vez aprendas bien a utilizarlo.
Otra cosa que a mí particularmente me va muy bien, es practicar yoga. Me ayuda a estar presente y es muy sanador e importante. Presencia y no estar metido en la mente, en lo imaginado, sino estar en la vida, en el aquí, en el ahora.
Actualmente, hace más de un año que no tomo pastillas, el TOC ha mejorado considerablemente y continúa mejorando, y sigo utilizando TheWork y Reiki sobretodo.