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Cálculos renales (Piedras en los riñones)

Cólico nefrítico muy doloroso y que se manifiesta cuando las piedras (a veces minúsculas) se mueven por el tracto urinario en la vejiga y los uréteres, provocando fuertes dolores en el bajo vientre, zona lumbar, la vejiga y genitales. Posibles hemorragias. Litiasis renal, cálculos en los riñones.

Testimonios de Cálculos renales (Piedras en los riñones)

Todavía no hay testimonios para esta enfermedad. Si lo deseas puedes enviar el tuyo aquí.

Vicente, Madrid - Piedras en el riñón

Mi nombre es Vicente, tengo 55 años (marzo 2024) y vivo en Madrid. En el año 2018, después de varios cólicos nefríticos, me diagnostican una piedra de unos 3mm (tamaño considerable) en el riñón. Me programan una cita para una litotricia (romper la piedra con ondas de choque), procedimiento con no pocos posibles efectos adversos.

Decido empezar a tomar el "lepidium latifolium" (rompepiedras) en infusión en la dosis terapéutica recomendada. El día programado para la litotricia, acudo al hospital y me hacen una radiografía para localizar la piedra. No salen de su asombro porque la piedra no aparece. Así que deciden hacerme una ecografía y ¡ni rastro!

El técnico de la litotricia no lo entiende porque para expulsarla, en el caso de que se hubiera convertido en arenilla, habría tenido que sentir dolor. Pero nada. Como si se hubiera volatilizado. Desde el 2018 ninguna molestia ni cólicos.

Durante este año aparece alguna molestia y un poco de sangre en la orina. Empiezo a hacerme analíticas y ecografías. Hay una nueva piedra en el riñón, esta vez de 5 mm. De nuevo programan litotricia. Empiezo de nuevo con las infusiones y de nuevo desaparece la piedra. No sentí ni una molestia al expusarla.

Tanto en el 2018 como ahora, en el 2024, hice dos períodos de 10 días tomando 3 infusiones al día y descansando 10 días entre medio. Me hacía 1 litro de infusión con una cucharada sopera de hierba seca. Lo que no hice fue tomar alguna vez dosis preventiva y es lo que sí haré ahora.

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Isabel, Barcelona - Piedras riñones

Mi nombre es Isabel, tengo 43 años (noviembre 2023) y vivo en Barcelona. Hace 6 años empecé a tener cólicos y fui diagnosticada con piedras en los riñones (3,5 mm, 4,5 mm y 7 mm).

Hace unos 3 meses empecé a tomar lo que me recomendasteis Lepidium latifolium (rompepiedras) y la mezcla de Amrenavita: Hoja de Mejorana (Origanum majorana), Corteza de Uña de Gato (Uncaria tomentosa), Raíz de Consuelda (Symphytum officinale), Semilla de Hinojo (Foeniculum vulgare), Raíz de Achicoria (Chichorium inntybus), Uva Ursi (Gayuba), Raíz de Hortensia (Hydrangea arborescens), Raíz de Eupatoria Púrpura (Eupatorium purpureum), Raíz de Malvavisco (Althaea officinalis), Vara de oro (Solidago virga-urea) y la tomé haciendo novenas (tomaba 9 días y descansaba otros 9). Así desaparecieron las piedras.

Tomé 1 litro al día de la mezcla de las dos 9 días y los 9 días siguientes sólo la amrenavita (1 litro al día también). Y así sucesivamente.

En 2 meses me hice una ecografía y su resultado ha sido objetivo: NI RASTRO de las 3 piedras que tenía. A fecha de hoy, estoy repitiendo este tratamiento por si quedara algo de arenilla.

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Cristina, Cornellà - Problema renal

Mi nombre es Cristina, tengo 44 años (mayo 2020) y vivo en Cornellà (Barcelona). A mis 7 años de edad, me llevaron de urgencias, diagnóstico: “cólico renal, por arenilla”. De nuevo, este dolor se hizo presente en mi adolescencia, aunque con tratamiento natural “rompe-piedras”, desaparecía. A mis 17 años de edad, por decisión propia me realicé una reducción de pecho ya que las dimensiones de las mamas me dejaban sin respiración cuando tocaba el piano…

Es curioso, en los meses que se consideran de lactancia no tomé leche materna, un matriarcado en la familia, reducción de pechos…. ahí queda…

Un 14 de febrero del 2018, mi cuerpo siente malestar al miccionar, mmmm…. había iniciado una relación de pareja y aunque el joven era una amistad de la infancia… estaríamos hablando de una infección de orina…

Inicié tratamiento de cápsulas vegetales de “arándano rojo” de Nature Essential y, transcurridos unos quince días, orinaba sangre… y ¿ahora qué?, venga va, quedan unas cápsulas más, seguro que al acabarlas el sangrado remite, aunque no fue así…

En paralelo, la relación con la familia, había llegado al límite, sintiendo una rabia, odio, asco que me ahogaban… y así sin más, el 9 de marzo de 2018, la vida me lleva a cambiar de residencia, de Cornellá (Barcelona), marché a Calonge (Girona), con un nuevo trabajo. Mientras transcurría la adaptación laboral, que sinceramente era otra de las áreas de mi vida que se desmoronaba… sentía miedo, un miedo que me confrontaba:

“Aquí, en un lugar que desconozco, sin apoyo familiar, nadie en quién confiar, la relación de pareja resulta no hablar mi idioma, una “medicina” que pensar en ella me entraba de todo menos salud, literal orino sangre, presento taquicardias y para recuperar energía, he de parar interiormente, entrar en serenidad y respirar, respirar, respirar…”

Dado que el sangrado no remitía, a través de E.A., y a nivel privado, me visita la Dra. C. R.

El sistema público de “salud” se presentaba como mi mayor desafío en esta vivencia… jugándole un pulso en todo momento a mi convicción interior, basada en la medicina que me trasmitieron mis abuelos… y mi poder de decisión.

Continuaba trabajando y el 31/05/2018 el diagnóstico:

“Riñón izquierdo globuloso, de medidas aumentadas, con una extensa cicatriz parenquimatosa en el tercio superior, y un gran saco hidronefrótico crónico a calzos superiores de 7,7 cm, así como dos grandes litiasis obstructivas de 21 y 15 mm.”

El primer urólogo de la privada, argumentó que se trataba de una litiasis encastrada de años de evolución, que se había partido en dos y al querer descender había producido una fisura/cicatriz y con ello el sangrado.
Me comenta el facultativo que el tercio superior del riñón está necrosado y no funcionará jamás.
Proponen como intervención inicial, drenaje, Ureteroscopia y posterior tratamiento farmacológico… que sólo pensarlo muero en el intento… y a partir de aquí, según evolución, continuarían valorando…
Recuerdo un miedo, una fobia que me engullían… acompañado de… tiene que haber otro camino…sé que sí… y de la siguiente forma inicié la toma de:

Cada día 2 infusiones de “mezcla para la anemia”, hasta restablecer la deficiencia de hierro.

Toma durante el día y cuando quisiese, de la “mezcla isotónica de agua de mar” (1 parte de agua de mar + 3 partes de agua mineral + el zumo de un limón). Hoy, aún lo tomo!!!

Tratamiento para las litiasis/piedras:
2-3 infusiones de “Lepidio” durante 10 días, después continuar con 2-3 infusiones de mezcla de cólicos (10 días más).

Al finalizar éstas, tomé 2 infusiones al día de “Artemisa Annua”, durante veinte días.
“Batido de remolacha, manzana dulce, zanahoria, perejil, alga dulce, agua de mar”, dos al día, hasta restablecer deficiencia de hierro..
“Stimul'im” , 3 capsulas al día con las comidas, un bote de 60 cápsulas.
“Hierro más Vitaminas Floradix”, dos veces al día 10 ml media hora antes del desayuno y de la cena. Tomé tres frascos de 500ml, cada uno.
Infusión de "Vara de Oro”.

Jarabe/preparado de "Hierbas Suecas” de Maria Treben.

Doy fe que, en la primera infusión de Lepidio, remitió un cuadro febril que pujaba con fuerza… además, el dolor intercostal izquierdo… Qué alivio y gratitud sentí por ese instante… aunque la situación requería de atención inmediata.

El 12/07/2018 solicité la baja laboral, ya que la semana anterior, literal, no podía dar dos pasos desfallecía, rentabilizaba energía a través de mi respiración, era un encuentro entre dosis débiles de oxígeno y los límites de perder la conciencia…

Me encontraba sin fuerzas, era incapaz de batir un huevo… suerte que cerca de casa había una rosticería, cuya calidad-precio velaron por mi nutrición, bendito dinero que trabajó por mí!!!

A primera hora de la mañana, del día 12, me realizaron una analítica de sangre y otra de orina. A las 15:00h., me llamaron por teléfono del Hospital General de Palamós para ingresar urgentemente, me estaban esperando con todo preparado, porque a nivel clínico precisaba transfusión de sangre y hierro en vena.
Tumbada en el sofá, sentía una fobia atroz y unas taquicardias, que el corazón parecía salirse de mi cuerpo al pensar que podían venir los cuerpos de seguridad, bomberos… por el hecho de ir a contracorriente del sistema familiar, laboral y de salud.

Con mi vida en riesgo y una situación donde la única fuente de protección venía de mí, sentía la convicción de ofrecerme la oportunidad e intentar restablecer mi salud a través de la medicina tradicional, en caso de que no funcionase, siempre podía recurrir a la medicina convencional.

Sabía que llevaba 5 meses orinando litros de sangre y desde la humildad y respeto que siento en todo momento ante la vida, acogí hacer frente a la incertidumbre, que adora la interrogación, la duda... impulsándome a seguir lo que mi corazón y razón conversaban: Oponerme en tres ocasiones al ingreso, descansar, recuperar la pérdida de hierro con alimentación, suplemento orgánico y tratar mi dolencia renal con terapia/s no invasiva.

A toda esta situación, me sobrevenían unos dolores de cabeza de locura, sentía presión intracraneal y del cerebelo, hasta desencadenar en hemorragia nasal.

La “doctora” de cabecera se mostró en desacuerdo frente la decisión de no ingresar y bajo mi responsabilidad, solicité un control de analíticas quincenales.

Trascurridas las dos semanas, me presenté en consulta y en un primer momento la facultativa creyó equivocarse de expediente. Afortunadamente, los parámetros de análisis clínico que presentaban una notable mejora, eran míos.

No me hacía ni pizca de gracia que perfundieran mi brazo, pero continué realizándome análisis, todos ellos con éxito, hasta lograr restablecer por completo los parámetros de hierro, entre otros.

En paralelo, combinaba una alimentación rica en hierro y terapia de Par Biomagnético, ambas mitigaron malestar, aunque las piedras continuaban presentes.

Me cuestionaba… ¿estaré en un error? Siempre tenía la opción de llevar a cabo el Plan “B”.

El 06/06/2019 recibo el alta médica del Instituto Catalán de Evaluaciones Médicas (ICAM), con visita en urología el 11/06/2019 para programar drenaje, urestoscopia. No hay que estudiar mucho, para ver que la “doctora” presenta falta de vocación y/o sentido común médico.

Del mismo modo, su manera de hacer, estar y sentir, carece de buen trato: no mantiene contacto visual cuando verbalicé: ¿me va a dar el alta médica con un órgano vital en riesgo? “Cualquier reclamación en el mostrador”, esa fue su respuesta, a la que sumé, “Ha estudiado para velar por la salud de las personas, porque está cometiendo una negligencia médica”, de nuevo respondió, “cualquier reclamación, al mostrador”.
Realicé la reclamación y como era de esperar, denegada, claramente una actuación economicista.

Un Terapeuta del barrio de Sants (Barcelona), con dos - tres sesiones de Ajuste Biomagnético, dio fin a las dos piedras, así lo mostraba la ecografía del 31/10/2019, día de comer castañas, boniatos y “panellets”.

Un día de CELEBRACIÓN!!!!

La alegría para ambos, el conjunto de profesionales y amigos, era y es indescriptible.

Hasta llegar aquí y a través del servicio público y privado de salud, fueron varias las pruebas de radiodiagnóstico por imagen que decidí realizarme (TAC sin contraste y ecografía).

Destacar que el “urólogo” de salud pública, aparte de carecer de empatía, cuestionar visitarme, omitir los resultados del informe y con ello, la mejora que presenta mi riñón, continúa a día de hoy, insistiendo en realizarme un renograma y drenaje.

En la actualidad, continúo fortaleciendo mi salud, según me oriente la experiencia y la consciencia del cuerpo de la piel hacia dentro.

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Carmen, Zamora - Piedras y arenilla en riñón

Me llamo Carmen, tengo 66 años (enero 2017) y vivo en Zamora. Hace unos años tuve dolores muy fuertes en la zona lumbar-riñones y el dolor pasaba hacia adelante. La primera vez que fui al médico por urgencias, me pusieron una inyección para el dolor, pero a las 6 horas el dolor volvió. Fui de nuevo a urgencias, pero esta vez al hospital y me diagnosticaron arenilla en el riñón y me dieron más analgésicos. Al ver los análisis, el médico de cabecera me dijo que viendo los resultados, tenía los riñones en muy malas condiciones y me mandó hacerme una ecografía a los 3 meses.

A los 8 o 10 días empecé a tomar las hierbas de la limpieza renal de Andreas Moritz (AMRENAVITA): 2 cucharadas soperas al día durante 21 días. Empecé con una alimentación sin productos de origen animal ni productos con conservantes o añadidos químicos, ni café, ni chocolate y bebiendo de 6 a 8 vasos de agua al día. Durante los primeros días la orina estaba muy turbia y con arenillas. Durante este tiempo también salió una pequeña piedra. A partir de los 10 días la orina salía mucho más clara.

A los 3 meses me hicieron la ecografía y el médico me dijo que estaba todo bien en mis riñones.

Volví a hacer la limpieza a los pocos meses otra vez y luego una por año, durante dos años.
No he vuelto a padecer ningún dolor de este tipo y, cada vez que hago la limpieza, bajo de peso.

También comentar que estaba sin fuerzas cuando me daban los dolores y el aceite de comino negro me ayudó a reponerme. Ahora lo uso cada vez que me encuentro débil o siento que me voy a poner enferma (catarros, dolor de garganta, etc). Con una cucharadita de este aceite (una toma al día durante 3 días), mis defensas se activan.

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Carlos, Madrid - Diabetes tipo II y otras enfermedades

Me llamo Carlos, tengo 58 años (2016) y vivo en Madrid desde los 6 años. En octubre de 2015, me diagnosticaron Diabetes Mellitus tipo II (causada por una hemocromatosis). Mis síntomas eran, sobre todo, cansancio, todo me costaba mucho. Cuando fui a la consulta del médico de familia, me hicieron una primera analítica y una posterior en un intervalo de unos 10 días y el diagnóstico fue: es usted diabético. Quedé perplejo, no me pareció de rigor la forma de diagnosticar una enfermedad tan seria, y exigí una analítica más exhaustiva. La doctora de familia me derivó a la especialista de digestivo y sí, en este caso, me realizo unos análisis completos, incluído un estudio genético, así como un fibroscan y ecografía.

Se confirmaba la diabetes tipo II, y una hemocromatosis, con una fibrosis grado 3. Me eché a temblar, pero pasado ese primer susto me dije...”esto no va a poder conmigo”...y lo primero que hice fue documentarme. Empecé a estudiar, devoraba todo lo que caía en mis manos. El primer paso fue inscribirme en la asociación de hemocromatosis de Madrid, no estaba por la labor de tomar ese medicamento que recetan: la deferoxamina. Con este panorama seguí estudiando y leyendo cada día un montón de horas, hasta que di con Josep Pàmies y Andreas Kalcker en internet. Me compré el libro de Andreas, (lo leí y vuelta a leer), el libro de la botica del Señor. Conocí la estevia y ataqué con todo lo que estaba en mi mano de una forma natural. Es decir dejé mis hábitos y comencé lo que yo llamo una “vida espartana”, de alimentación, ejercicio y las infusiones de la Asociación Dulce Revolución.

A las 7:00 horas de la mañana, en ayunas: un zumo de limón, una cucharadita de comino negro molido, un ajo crudo y una pizca de cilantro. Añadimos un buen vaso de agua caliente-tibia y para dentro. Es difícil de tomar, pero mi salud lo vale.

Después, camino rapidito 4 km por la mañana y, al atardecer, otros 4 km. Respiro y me oxigeno. Al llegar, en la cocina me espera la batidora en la que echo una manzana, 4 cucharadas soperas de avena ecológica, una de salvado de avena, otra de germen de trigo, otra de levadura de cerveza y día sí y día no, salvado de trigo sarraceno. Añado también una cucharadita de semillas de sésamo, semillas de lino, chia, otra de hierba de trigo (alterno con hierba de cebada) y, de vez en cuando, cúrcuma con su pimienta (no abuso de la cúrcuma). También una cucharada de aceite de lino, una gota de aceite de orégano, maca andina, estevia en polvo (mucha porque soy muy goloso) y, para rematar, espirulina y chlorella en polvo una cucharadita no muy colmada. Luego en el apartado de hortalizas: media cebolla o un cuarto dependiendo del tamaño de la cebolla, zanahoria, rabanitos, apio, un buen trozo de jengibre, pepino... lo que da la huerta. Todo esto lo baño con bebida de avena, o de soja, o de arroz, alpiste (voy alternando).

Al batirlo sale como una especie de “papilla” y me como un buen tazón de unos 400 gramos todos los días. Está deliciosa. A continuación, me tomo una infusión, que ha estado toda la noche macerando con la estevia, con romero, con la mezcla de hígado (alcachofera, boldo y diente de león). Añado cardo mariano y desmodium ascendens y, semana si y semana no, ortiga. Para terminar mi orotato de Calcio, mi orotato de magnesio y más cápsulas de calcio y una capsula de ácido alfa lipoico, (que tengo que comprar fuera de España). Acabo el desayuno a las 8:45. Sobre las 11:30 hago mi primera toma de MMS: 4 gotas activadas por toma. Así he estado durante  meses, después mantenimiento 5 gotas en una toma diaria por la tarde, este mantenimiento lo hice durante 2 meses volví a repetir el protocolo 1000, esta vez 2 meses. Ahora estoy haciendo el mantenimiento, pero dentro de unos tres meses volveré hacer el protocolo 1000 para no dejar de estar alcalino, esto formará parte de mi vida.

Cuando me hicieron las analíticas se vieron dos piedras en el riñón izquierdo. Para ello tomé durante 9 días, 3 infusiones de Lepidium (mañana tarde y noche) y al mes otra novena. Nunca más se supo y ha pasado un año. Tampoco sé si fue por el MMS o por el Lepidium, pero padecía de Tinnitus (acufeno) y ya no me molesta el oído.

También me he hecho unos cuantos enemas con MMS y me han ido de maravilla.

Mi dieta se basa en vegetales, no tomo alcohol ni carnes, tampoco lácteos. La única proteína que tomo son tres huevos duros por semana, así como un poco de salmón o sardinas a la plancha. Cremas de avena con todo tipo de verduras, gazpacho a toneladas, ensaladas de todos los colores, algas del mar de todo tipo, setas, una botellita de agua de mar isotónica...en fin he cambiado mi vida, mis hábitos... No paso hambre, estoy nutrido, he recobrado mi lívido.

A día de hoy, con este régimen, tengo unas analíticas para poner en un marco, el hierro está casi en niveles: ferritina 162 ng/ml, transferrina 246 mg/dl cuando hace 4 meses la tenía en 500. Los índices de glucosa no suben de 96. Me siento fenomenal.

Quiero desde aquí invitar a cualquiera que no se dejen comer el coco.

Una vida alcalina, y mucho ánimo...hay que resetear nuestra vida.

El miedo sí que es una enfermedad y además mata, así pues, alegría y ganas de vivir.

Salud para todos.

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Miguel, Valladolid - Piedras en riñón

Me llamo Miguel y soy de Valladolid. En 2013, en una revisión, me encontraron unas piedras en el riñón. Yo pensaba que era una lumbalgia porque me dolía muchísimo la zona lumbar. Me hicieron radiografías y ecografías de esa zona, pero no encontraban nada que me provocase el dolor en la espalda. Sí vieron dos o tres piedras en un riñón y me dijeron que podía ser por eso.

Yo me puse a buscar por internet y encontré la página de la Dulce Revolución y decidí probar lo que allí aconsejan. Estuve tomando gotas de tintura de “Lepidium latifolium” (rompepiedras) 10 o 15 días. Lo tomaba al levantarme, en ayunas y por la tarde. Cuando me volvieron a mirar, las piedras habían desaparecido. Se lo conté al médico y él me dijo que era imposible que ese producto hubiera desecho las piedras. En fin, los dolores lumbares los tuve un poco de tiempo más, pero al final desaparecieron.

Después de todo esto compré la planta y la tengo plantada. Una vez al año voy a hacer el tratamiento de los nueve días que pone en la web por precaución. Ahora estoy bien.

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SIlvia - Piedras en el riñón e infección de orina en perro

Me llamo Silvia y quiero explicar la experiencia que hemos tenido con el Lepidium Latifolium. Hace tres años mi marido tuvo el primer ataque de piedras en el riñón. Estuvo más de diez días para expulsar a las piedras, y el médico de cabecera sólo le daba antiespasmódicos y analgésicos. Consiguió expulsarla aplicándose electroacupuntura en el meridiano del riñón ya base de reflexología podal que le hacía yo misma (tengo titulación de reflexóloga). Al poco tiempo, buscando información sobre otras plantas conocimos el Lepidium Latifolium a través de la asociación 'Dolça Revolució' y fuimos a buscarla. Así que cuando empezó a sentir que volvía a dolerle y que empezaba el siguiente ataque de piedra, fue directamente a la planta -que está en el patio en una maceta-, limpió una hoja y la fue masticando muy lentamente , y fue bebiendo un poco de agua (porque el gusto es muy picante). Al cabo de un rato hizo la orina bastante oscura y desapareció el dolor.

Después se ha encontrado cuatro o cinco veces más, pero siempre hace lo mismo: Cuando empieza a tener molestias en el riñón o en el conducto urinario toma una hoja de la planta y la mastica lentamente. Siempre ha funcionado y no ha tenido más ataques de piedra. Alguna vez que no se ha ido del todo la molestia, hace una segunda toma al cabo de unas horas y desaparece del todo. El tamaño de la hoja es de unos 8 x 4 cm. (sin contar la cola, que también se come), y si las hojas que tiene la planta son mayores, las parte y deja la otra mitad en el frigorífico por si le hiciera falta una segunda toma. Para amortiguar el sabor picante, generalmente le acompaña de agua o infusión fría de stevia.

También quiero explicaros que el pasado mes de julio mi perro cogió una infección de orina bastante importante. Cuando nos dimos cuenta hacía algo de sangre con el pipí. Empecé a darle infusión preparada con un vaso de agua con una hoja fresca de Lepidium (también 8x4cm. aprox.) y media cucharadita de cola de caballo y media de tomillo (ambas secadas). Es un perro acostumbrado a comer de todo (no le damos pienso) y no tiene problema para bebérselo. Le di la infusión (ya enfriada) en ayunas por la mañana durante 4 ó 5 días, una sola toma. Él iba bebiendo tanto como quería. Al principio se lo bebía todo, y los dos últimos días no lo acababa. Cuando lo llevamos al veterinario para asegurarnos de que ya estaba bien, la infección había desaparecido.

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Deborah, Tarragona - Cálculo renal

Contaré mi caso.

Por casualidad, en unos análisis de seguimiento anuales al trabajo, me diagnosticaron una infección de orina. Bien es verdad que yo últimamente no me encontraba muy fina, porque estaba muy cansada físicamente.. no me dolía nada, pero no estaba bien...

Así que fui al médico de cabecera y después de varías pruebas, me envió al urólogo. Después de radiografías, ecografías, cultivos varios, etc.. me diagnosticaron una piedra en el riñón, gracias a que un día, por sorpresa mía, tuve un cólico de riñón.

Rápidamente me enviaron al hospital Valle de Hebrón para una litotricia (deshacer las piedras con un láser) debido a mis mil y una infecciones urinarias.

Entonces, en el hospital, pasé uno de los peores días de mi vida. Esta operación la hacen con sedación, a la cual resulté a alérgica. Intentaron hacerlo sin ningún tipo de anestesia, pero aquello fue IMPOSIBLE y MUY doloroso... Sufrí y no me la pudieron romper, ni deshacer...

Mientras esperaba la operación programada con anestesia total, empecé a indagar por la web buscando opiniones de medicina natural sobre los cálculos de riñón o infecciones urinarias. Y hablé con el Sr. Pàmies (o uno de sus trabajadores) que me aconsejó cómo tomar esta planta y me la proporcionaron. Todo esto contrarreloj, porque me quedaban 15 días para la operación y el tratamiento con el lepidium era de 9 días. Y así lo hice. Una novena que se suele decir, un litro de agua al fuego hasta que llega a cocción, se aparta del fuego y se pone la hoja al agua (en mi caso tierna). Se aparta y se toma medio litro por la mañana en ayunas y medio litro por la noche.

Noté que orinaba mucho más, pero nada más.

El día que me citaron de nuevo para la operación en el Valle de Hebrón, allí estaba yo... muy asustada, pero esperando la solución a mi problema.

La sorpresa mía y la de los médicos fue que al ponerme en la máquina y querer detectar la piedra, arriba y abajo, no estaba! Había desaparecido, sin tener ningún cólico de riñón, ni nada... era un milagro!!! Pero hasta que no me hicieron varías pruebas posteriores, no lo pude creer. Pero, efectivamente, no tengo ninguna piedra.

Espero que mi historia pueda ayudar a muchas personas que, como yo, no habían oído hablar ni de la medicina natural, ni de las plantas medicinales ecológicas.

Marzo 2013

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Sílvia, Cálculos renales

Me llamo Sílvia y quiero explicar la experiencia que hemos tenido con el Lepidium Latifolium. Hace cosa de tres años mi marido tuvo el primer ataque de piedras al riñón. Estuvo más de diez días para expulsar las piedras y el médico de cabecera sólo le daba antiespasmódicos y analgésicos. Consiguió expulsarla aplicándose electroacupuntura en el meridiano del riñón y a base de reflexología podal que le hacía yo misma (tengo titulación de reflexóloga). Al poco tiempo, buscando información sobre otras plantas conocimos el Lepidium Latifolium por medio de la asociación Dulce Revolución y fuimos a buscar. Así que cuando empezó a sentir dolor y que empezaba el siguiente ataque de piedra, fue directamente a la planta -que está en el patio en un tiesto-, limpió una hoja y la fue masticando muy lentamente. Fue bebiendo un poco de agua porque el gusto es muy picante. Al poco rato hizo la orina bastante oscura y desapareció el dolor.

Después se ha encontrado en la misma situación cuatro o cinco veces más, pero siempre hace lo mismo: Cuando empieza a tener molestias en el riñón o en el conducto urinario, se toma una hoja de la planta y la mastica lentamente. Siempre ha funcionado y no ha tenido más ataques. Alguna vez que no ha desaparecido del todo la molestia, se toma por segunda vez la planta y, al cabo de unas horas, desaparece del todo. La medida de la hoja es de unos 8 x 4 cm. (sin contar la cola, que también se come), y si las hojas que tiene la planta son más grandes, las parte y deja la otra mitad en la nevera por si le hiciera falta una segunda toma. Para disminiuir el gusto picante, generalmente lo acompaña de agua o infusión fría de Estevia.

También quiero explicaros que el pasado mes de julio mi perro cogió una infección de orina bastante importante. Cuando nos dimos cuenta hacía un poco de sangre con el pipí. Empecé a darle infusión preparada con un vaso de agua con una hoja fresca de Lepidium (también 8x4cm. aprox.) y media cucharadita de Cola de caballo y media de Tomillo (ambas secadas). Es un perro acostumbrado a comer de todo (no le damos pienso) y no tiene problema para bebérselo. Le di la infusión (ya enfriada) en ayunas por la mañana durante 4 o 5 días, una sola vez. Él iba bebiendo tanto como quería. Al principio se lo bebía todo, y los dos últimos días no se lo acababa. Cuando lo trajimos al veterinario para asegurarnos que ya estaba bien, la infección había desaparecido.

Septiembre 2012

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Merche, Cálculos renales

En noviembre mi marido estuvo ingresado 3 días, tenía una infección de orina provocada por una piedra en el riñón. Le dijeron que había que operar lo más pronto posible, aunque en otro hospital le dieron la opción de litotricia. Casualmente me llegó información de Josep Pamies, vi que había plantas para las piedras del riñón y buscando en internet todo lo que pude, encontré el lepidium.

Comencé a darle una hoja grande en 2 ó 3 vasos de agua, como una infusión. Hervía el agua y echaba la hoja partida a pedacitos con la mano y lo dejaba enfriar. Lo hacía por la tarde y toda la noche se pasaban las hojas en el agua. Al día siguiente lo colaba y se bebía el primer vaso antes del desayuno y lo que le quedaba a lo largo del día. Así durante trece días. Le dolía de vez en cuando, pero era soportable. A los trece días continuados la expulsó (9 mm). Eso fue por la mañana y estuvo expulsando sangre 12 horas, pero como no tenía fiebre no le dimos importancia, y no la tuvo claro!

Si las hojas no son grandes, creo que con 2 o 3 pequeñas valdría, pero cortadas con la mano.

Septiembre 2012

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Anónimo, Cálculos renales

Me condenaba a tener cada primavera ataques de riñón muy dolorosos. Aún bebiendo más de 5 litros de agua al día, los cálculos no se iban. Hasta que descubrí por internet la planta llamada "rompepiedras" y de nombre botánico Lepidium latifolium. Una empresa dedicada a hierbas medicinales hacía un jarabe de esta planta que compré en la dietética del barrio. Con tres botellas que tomé me deshizo los cálculos, que con toda probabilidad eran de oxalato cálcico. Hay que ir con un poco de cuidado con el jarabe para no abusar ya que es un diurético muy potente y podría bajar mucho el potasio de la sangre si se toma muy seguido, pero yo no necesité más. También se dice que en tratamientos muy prolongados puede descalcificar un poco los huesos. Ahora mismo y según tengo entendido el jarabe ya no se comercializa, pero la misma empresa fabrica otro en gotas, que contiene el Lepidium latifolium, otra planta llamada Arctostaphylos uva-ursi Sprengel, y la Solidago virga-aurea.

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Publicaciones sobre Cálculos renales (Piedras en los riñones)

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