Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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A lo largo de la vida, encontramos con una frecuencia desaforada personas mediocres que, de forma endémica, creen saberlo todo sin tener más idea que la información que reciben a través de los medios de comunicación.
Los encontramos por doquier donde quiera que vayamos: en las tertulias televisivas, en la política, en la medicina, en el mundo empresarial de cualquier índole.
Desgraciadamente, esta lacra social ha sido y está siendo promovida desde hace muchos años. Poco queda de aquellas tertulias con substancia de los años 70 donde dos personas podían expresar libremente sus opiniones de forma educada y respetuosa aunque sus puntos de vista fueran antagónicos. Y uno escuchaba a los tertuliantes e iba aprendiendo, casi sin darse cuenta, que ambas opiniones enriquecían el intelecto.
Poco queda del concepto de ciencia, donde la curiosidad y creatividad del hemisferio cerebral derecho se combina en perfecta armonía y encaje con la capacidad de análisis y organización del hemisferio izquierdo. Ahora la ciencia ya es un acto de fe, simplemente se repite lo que dice alguien importante, o bien comités de expertos oficiales que nadie conoce o que incluso al final resultan inexistentes.
Pero esta fe del mediocre lo ha ido impregnando casi todo. Una fe que consiste en no tener ni idea de nada (a excepción de futbol, cervezas, modelos de móviles y trapitos) pero percibirse como un sabio, un gran erudito de gran cultura general. Una sabiduría que consiste en repetir convulsivamente lo que dice la tele, lo que la versión oficial desea comunicar sin cuestionar nada.
Y de vez en cuando, casi por arte de magia aparecen algunos individuos, que son diferentes. No se sabe porqué no se lo creen todo a pies juntillas, recelan de las informaciones oficiales, tienen capacidad de unir puntos que a priori parecen ser inconexos. Lo ponen todo en duda.
Algunos de estos individuos, incluso tienen la suficiente conciencia y el coraje necesario para exponer sus discrepancias con las versiones oficiales de forma pública, cualesquiera que sean las consecuencias que, sin duda alguna, pueden llegar a ser importantes.