Hace años, y tras muchas pruebas médicas, me diagnosticaron endometriosis. Hay personas que la tienen y ni lo saben, pero yo por desgracia no era una de ellas. Mis dolores eran de tal magnitud, que no permitían hacer vida normal. Me recetaron un anticonceptivo indicándome que debía tomarlo de por vida, que si ya tenía problemas ahora por supuesto imposible tener hijos y que no era recomendable operarme, por una operación previa que me habían realizado y porque no me aseguraban un buen resultado.
Comencé con el tratamiento con anticonceptivo pero tenía vómitos y otros efectos secundarios, sin que el dolor cesara, por lo que decidí dejarlo y buscar otras opciones.Casualmente un familiar me remitió un vídeo de Josep Pàmies y conocí la asociación la Dulce Revolución. Me decidí, cogí un avión a Barcelona, y de ahí me fui en moto un sábado por la mañana para conocerle en persona, contarle mi problema, escuchar el de los demás, comprar semillas y plantas varias.A la vuelta a casa, y tras ver que las 2 plantas de vitex agnus-castus que me había traído, se me terminarían pronto, busqué en herbolario, vitex en cápsulas.
Comencé a tomar 3 cápsulas al principio con 1 de onagra y posteriormente 2 al día de vitex y 1 de onagra, y por último 1 de vitex únicamente de mantenimiento. Los resultados fueron casi inmediatos. En cuestión de días ya noté la disminución de dolor y en 2 semanas no me dolía para nada. Tomaba el vitex y la onagra en ayunas (tal como me indicó el dueño del herbolario donde compro todo). De hecho en el bote indica: tomar 1 ó 2 capsulas al día fuera de las comidas (y recomienda NO superar esa dosis).
Yo tenía tanto dolor, que al principio decidí tomar 3 al día de vitex, pero los resultados fueron tan inmediatos, que, como he dicho, tomé 3 durante la primera semana únicamente.Seguí con éste "tratamiento" hasta diciembre del 2013 en que lo dejé a raíz de una operación. Al poco tiempo me quedé embarazada y hace casi 2 meses que soy mami. No sé si cuando me vuelva la regla, me volverán los dolores, ya que dicen que hay gente que con el embarazo se cura. De hecho, yo me quedé embarazada cuando me habían dicho mil veces que no podría ser madre, incluso antes de saber que tenía endometriosis. Así que gracias a Josep Pàmies, y a toda la gente que hace posible la Dulce Revolución, gracias en concreto al vitex, no sólo cesaron mis dolores de endometriosis, sino que he podido cumplir uno de mis mayores anhelos, ser madre.