Somos los hermanos Josep y Sergi, de 61 y 54 años (julio 2023), respectivamente, actualmente vivimos en Capellades (Barcelona). Tenemos una experiencia con nuestra madre de 83 años de edad, no vacunada desde 2016. A los 82 años, vivíamos en Barcelona capital, sufre una caída en casa y se hace daño en el costado. A los 3 días llamamos a la teleasistencia para que vengan a verla a casa, pues, tiene mucho dolor y no puede descansar. Acude una doctora del 061 y, por protocolo le hace un test Covid que da positivo.
Afirma oír un ruidito en la parte baja de los pulmones y mejor llevarla al hospital para hacerle una radiografía de control, dice textualmente: “Consol, para el mediodía ya estarás en casa”.
Mi madre sale de casa con su bastón caminando por su propio pie hacia la ambulancia. No me dejan acompañarla a pesar de ser su cuidador - Josep R-. Tiene párkinson y una dependencia del 80 %. Ingresa en el hospital por urgencias para hacerle la radiografía y más o menos a las 6 horas me llama una doctora diciéndome que mi madre tiene una neumonía bilateral y que eso se podía haber evitado si hubiese estado vacunada (se produce un cambio de opiniones, sin comentarios). La conectan a una máquina de oxígeno y la derivan a otro hospital. Estamos dos días, casi tres, para poder verla. Una neumóloga dice que nuestra madre está muy grave, que no llega a un 15% de probabilidades de sobrevivir en las próximas 24-48 horas. Le aplican el protocolo Covid con corticoides y morfina a demanda (tratamiento para terminales).
Consigo un pase y puedo entrar a verla. Se le había acabado la pila del audífono, estaba sorda, aislada y muy desorientada. La cambian de una habitación compartida a una individual debido a su estado terminal. Pido un pase para que mi hermano pueda entrar a verla (concepto del pase: “fin de vida”).
Sin entrar en más detalles, que los hay. Valoramos, decidimos e iniciamos conjuntamente con mi hermano un tratamiento de choque para infecciones graves, víricas y bacterianas con MMS, detallado más abajo. Todo esto como complemento al protocolo médico y sin comentarlo con el equipo médico, claro está.
También tomaba complementos homeopáticos: descritos más abajo también.
La mejora en los valores de oxígeno, fueron inmediatos y contundentes, pasando por ejemplo de una oxipulsimetría de 84 a 93 durante la primera hora, hora y media del primer tratamiento de choque.
Al cabo de 27 días mi madre, sorpresivamente para el equipo médico, está en casa sin oxígeno, muy débil, en silla de ruedas y con mucha necesidad de recuperación y rehabilitación por delante, pero en casa.
En esos momentos pesaba 45 kg.
El tratamiento por días fue el siguiente:
Primer día:
Tratamiento de choque: 8 gotas activadas en 800 ml de agua. Dosis 100 ml cada 15’. Dos horas de reposo. Tratamiento de refuerzo: 16 gotas activadas en 1000 ml de agua. Dosis 100 ml cada hora.
Segundo día:
Tratamiento de choque completo. Cuatro horas de reposo. Medio tratamiento de choque (hasta que no toleraba más líquido).
Dos días después 6 pastillas de “artemisa annua” ( tienda Pàmies vitae) al día durante 4 días.
Además, tomaba al día:
Dos cucharaditas de espirulina diluidas en un caldo vegetal ecológico.
1 cápsula de Magnesio 1000
1 cápsula de 1g de vitamina C
2 cápsulas de levadura de cerveza.
2000 mcg de vitamina B12 a la semana.