Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
Mi nombre es Luciana, tengo 38 años (abril 2020) y vivo en Lérida. Deseo brindar un testimonio documentado de la aplicación del clorito de sodio para la remisión de una infección respiratoria de tipo viral que considero fue un Covid19.
El primer punto a aclarar es que no tuve un diagnóstico médico clínico, dado que decidí conscientemente no concurrir a ningún centro sanitario ni hacer ninguna consulta a ninguno de los números de “información telefónica”.
Informar que, pesar de no estar en el ejercicio de la profesión, yo soy técnica superior en laboratorio de análisis clínicos y también tengo cursados algunos años de biología en la universidad.
Como yo sé fehacientemente el tipo de sintomatología a tener en cuenta, al notar que iniciaba un estado gripal, comencé a controlar y medir la fiebre y las apneas. No pude registrar fiebre porque desde el inicio temprano de los síntomas empecé a tomar paracetamol de 1 gramo cada 8hs y un sobre de acetilcisteína (fluidificador mucolítico de las vías respiratorias) 600 mg al día.
Entonces inicié de inmediato la búsqueda del clorito de sodio por diferentes plataformas y redes hasta que di con una gente de confianza y me lo enviaron. Entre la búsqueda y la obtención del producto pasaron 4 días en los que pude constatar como los períodos de apneas eran cada vez más insuficientes del siguiente modo:
Día 1: 1’20” de capacidad
Día 2: 1’ con mucha dificultad
Día 3: 50” con mucha dificultad
Día 4: no llegaba a los 30” en ninguna de las mediciones
Día 5: el clorito llegó y de inmediato inicié su administración por vía oral y del siguiente modo:
Activación de 3:3 gotas de clorito de sodio al 24% con ácido clorhídrico al 4% durante 1’30” en un vasito de vidrio perfectamente limpio y seco. A continuación añadí 200 cm3 (un vaso) de agua y lo ingerí 1 hora después de la comida del mediodía.
De inmediato puse 7 alarmas consecutivas en el móvil pautadas cada 15’ para así completar las 8 tomas indicadas en el protocolo F y repetí el procedimiento lavando y secando perfectamente el vasito de activación del producto cada una de las veces.
Tuve alguna ligera molestia estomacal y en la madrugada de ese mismo día sentí molestias gastrointestinales que derivaron en una diarrea que comenzó a las 4 am de esa misma noche.
Las deposiciones no fueron más que 2 y lo que pude observar fue el olor característico de una infección intestinal de las que suelen tener a veces los recién nacidos. Evidentemente los microorganismos habían sido depurados por la vía digestiva y renal, dado que con todo ese líquido extra se orina con mucha frecuencia. Asimismo indicar que la orina no tenía la nitidez característica de las grandes ingestas de líquidos.
Al siguiente día pasé al protocolo C que consiste en activar 10:10 gotas en un litro de agua que va bebiendo en el transcurso del día. Este mismo día también comencé a aplicar 3 atomizaciones de tintura de artemisa en la garganta 2 a 3 veces por día. Indicar también que durante el transcurso del tratamiento dejé de tomar zumo de naranjas, café y té por sus efectos contrarios al producto al contener una alta concentración de antioxidantes.
Continuando este mismo protocolo durante 3 días consecutivos experimenté la total remisión de los síntomas, aunque cabe indicar que no tardé ni 24 horas en recuperar la capacidad respiratoria inicial.