Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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Mi nombre es Ramón, tengo 74 años (diciembre 2017) y vivo en Lérida. He sido agricultor toda mi vida, actualmente estoy jubilado. A lo largo de mi vida he gozado de buena salud, pero desde hace un par de años empecé a sufrir dos pinzamientos o hernias discales en diferentes puntos de la espalda, uno en la base del cuello que me causaba dolor hacia el brazo y me dificultaba mis actividades diarias y otro en la zona lumbar que irradiaba hacia la pierna derecha con ciática, causando también unos calambres dolorosos.
Sufría dolor en la rodilla, sobre todo cuando me agachaba, el dolor era fuerte. Fui al médico y me mandó una radiografía. Me dijo que el pinzamiento en el brazo estaba provocado por una artrosis de columna. En el caso del dolor ciático, no sé por qué no me hizo ninguna prueba. Para la rodilla tampoco me hizo pruebas, pero me dijo que casi seguro se trataba de una artrosis y que eso no tenía cura.
Me recetó analgésico y antiinflamatorio, que no los llegué a tomar. Decidí ponerme en manos de una persona que practica apiterapia en Lérida para que me tratara con picadas de abeja. Por miedo y precaución, primero empecé a tratarme el pinzamiento cervical a pesar de que él me informó que se podían tratar los dos pinzamientos a la vez. Después de la primera sesión sentí que empeoraba el dolor y la inflamación, cosa que me había indicado que podía ocurrir. Estuve a punto de no hacerme la segunda sesión, pero él me convenció.
Después de dicha sesión empecé a sentir algún alivio y, a partir de la tercera sesión, me desapareció casi por completo el dolor y la limitación que me producía el pinzamiento cervical.
Después, ya confiado, me traté la ciática y la rodilla con picaduras de abeja y en este caso, desde la primera sesión empecé a notar la mejoría. En unas pocas sesiones me desapareció casi por completo el dolor y la limitación.