Mi nombre es Teresa, tengo 71 años (abril 2020) y vivo en Vilert (Girona). Mi testimonio es sobre el proceso de recuperación de una intervención de implantación de prótesis de rodilla el 17 de enero de este año. En el hospital, tuve reacción al tramadol con náuseas y mareo por lo que lo tuvieron que suspender y sustituir por antiinflamatorios, analgésico y protector de estómago. Lo mismo me prescribieron al darme el alta, además del anticoagulante.
Al estar en casa inicié una búsqueda de cómo sustituir los antiinflamatorios y analgésicos.
Por mi cuenta inicié tratamiento homeopático:
Árnica montana 30 CH 5 gránulos siempre que tenía dolor 2/3 H
Aconitun naphellus 30 CH 5 gránulos cada 4-6 h
Staphysagria 9 CH 5 gránulos cada 4-6 h
Aceite de Árnica para masajes en las piernas
Además jengibre y cúrcuma como complementos alimenticios.
A los 10 días tenía décimas de fiebre por la tarde, la herida muy inflamada, caliente y mucho dolor.
Me derivaron a urgencias desde el Centro de Salud donde acudí para quitarme las grapas, por si tenía infección interna. Me hicieron analítica, placas y punción para extraer líquido de la rodilla y dio negativo.
Me dirigí por correo a Dulce Revolución, a Aleix Pàmies, para hacer una consulta sobre tratamiento alternativo para inflamación y dolor.
Enseguida me escribió recomendándome:
La mezcla de: ulmaria, corteza de Sauce, raíz de harpagofito, hojas de grosello negro y stevia, infusión 3 veces al día. Inicio el 5 de febrero.
Dolohelp PV: 2 comprimidos al día. Inicio el 5 de febrero.
Y para la herida Rosa Mosqueta + Aloe vera (por recomendación de la fisioterapeuta no lo apliqué hasta tener la herida cerrada).
Este tratamiento me permitió reducir las dosis de homeopatía.
También empecé a tomar aceite de CBD al 5%: 3 gotas sublinguales mañana y por la noche y al medio día si lo veía necesario. Sobre todo por las tardes para poder dormir unas horas seguidas, sin tener que despertarme por el dolor.
A principios de marzo la herida seguía caliente, inflamada y el dolor intenso persistía.
Volví a escribir de nuevo a Dulce Revolución preguntando dónde podía encontrar MMS. Me dieron el contacto de un colaborador y le escribí.
Para mejorar la cicatriz, que aún tenía costras y algún punto supuraba, me recetó:
• Aceite de cloruro de Magnesio + DMSO 10% + agua de mar (para aplicar con compresas sobre la rodilla) - 2/3 veces al día. La mejora fue rápida. A mediados de marzo la herida se fue cicatrizando, fue perdiendo calor y se fue desinflamando. También disminuyó el dolor. Estas aplicaciones todavía las mantengo, sobre todo después de hacer ejercicios o caminar para controlar la inflamación y el dolor. La cicatriz ha sanado muy bien.
Desde mediados de marzo estoy tomando infusiones de Artemisa annua (3 veces al día), para fortalecer mi sistema inmunológico, siguiendo los consejos de Josep Pàmies, ya que, debido a la operación tenía falta de hierro y, como preventivo para la presente pandemia del coronavirus estoy tomando MMS tres veces al día: 2 gotas de clorito de Sodio 28% + 2 gotas Ácido clorhídrico 4% por cada toma, según protocolo de Andreas Kalcker.
Os doy las gracias por la orientación terapéutica, por el apoyo recibido para aliviar mi proceso de recuperación y el dolor. Estoy muy recuperada y me siento fuerte y con salud.
No pierdo ocasión para hacer difusión del trabajo tan importante que estáis haciendo para promover los tratamientos naturales y el empoderamiento del propio individuo y su comunidad.
Gracias de todo corazón.