Mi nombre es Vicente, tengo 61 años (abril 2018) y vivo en Madrid.
En septiembre de 2015, tras una biopsia y analítica con PSA de 9,35, me diagnostican un cáncer de próstata. Un mes después, en una revisión del cáncer que padecí en 2011 (linfoma del manto folicular grado 4) me detectan una recaída.
La medicina oficial me propuso lo siguiente: tratar primero el linfoma con quimioterapia y autotrasplante y realizar un bloqueo hormonal temporal del cáncer de próstata hasta ver la evolución del linfoma. Inicialmente me planteo renunciar a la medicina oficial y hacer sólo un tratamiento desde la medicina complementaria, pero finalmente decido hacer las dos cosas.
El tratamiento desde la medicina oficial lo realicé entre noviembre/2015 y marzo/2016. Para paliar los efectos secundarios de la quimioterapia, que fueron muy potentes, asesorado por una terapeuta floral tomé marihuana en diferentes preparados y, cuando el malestar digestivo me lo permitía, infusiones de una mezcla de plantas (té verde, uña de gato, ortiga, caléndula, milenrama, graviola, vara de oro y alcachofera).
En otoño de 2016 conozco información de Josep Pàmies y de la Dulce Revolución a quien solicito asesoramiento. Me proponen un tratamiento que inicio en diciembre/2016 y continúo en el momento de escribir este testimonio abril/2018.
Durante estos 17 meses he tomado:
Un aspecto muy importante, desde mi punto de vista, a tener en cuenta cuando hay enfermedades graves es la resolución de conflictos emocionales y la reestructuración de creencias negativas, por lo que trabajé y sigo trabajando con ambos aspectos.
Para resolver los conflictos emocionales realicé, durante 8 meses, terapia y, actualmente, cuando tengo una alteración emocional me autoaplico EFT.
Para reestructurar las creencias negativas me formé en el Método Integra y lo utilizo periódicamente.
Periódicamente recibo sesiones de terapia craneosacral biodinámica para potenciar los mecanismos de autoregulación y autosanación de mi organismo.
Todos los días me autoaplico Reiki.
La situación actual es que:
Agradezco a Josep Pàmies y a Dulce Revolución su lucha y dedicación en defensa y promoción de las plantas medicinales y animo a todo el mundo a incorporar las plantas en su dieta habitual y, por supuesto, a utilizarlas como tratamiento en el caso de padecer alguna enfermedad. Eso sí: sin prisas, sin expectativas y con mucho agradecimiento.