Mi nombre es Maya, tengo 44 años (febrero 2021) y vivo en Las Palmas (Gran Canaria). Me gustaría contar mi testimonio y el de mi padre 80 años.
Padezco de Fibromialgia y posible sensibilización. Al bajarme las defensas brutalmente padezco de continuas aftas, infecciones. Me salían coágulos de sangre en la boca, tenía desequilibrios (no han podido hacerme dos pruebas porque no aguantaba el dolor). Muchos médicos no comprenden lo agudo que puede ser nuestro dolor. Desde que empecé a tomar el CDS, junto con los remedios de plantas (tomo varias según mi estado de salud), combinado con lo que me enseñó mi abuela de Japón que se transmite de hijo a hijo: Reiki, shiatsu, meditación, yoga...... He mejorado en la intensidad de mis dolores. Ahora son soportables.
Los medicamentos que me daban me hicieron tocar la locura. Nunca había tomado tantos medicamentos en mi vida. Siempre fui de tomar medicina natural, pero al verme con esta enfermedad desconocida, decidí medicarme. Esto me hizo mucho mal, me dejó empotrada en una cama y mi mente más cerca del delirio.
Mi padre se enteró de cómo estaba y me hizo levantar y recordarme que yo era terapeuta, que, si no sabía de la enfermedad, pues que la estudiara y que buscara solución. Así hice.
Tengo días muy duros, pero no he tirado la toalla. Mis hijos, mi padre, mi compañero están sorprendidos del cambio que estoy generando con mi enfermedad. Mis hijos me ven con otros ojos. Ven una madre que lucha día a día para derrotar la enfermedad. Si mi padre no me hubiera recordado quién era, seguramente estaría con los parches. Preferí aguantar el dolor y estudiar mi cuerpo. Estoy teniendo mejores resultados que la medicina tradicional.
Mi padre tiene varias enfermedades: diabético, tensión alta, problema cardíaco, problema pulmonar, pero está mejor que nunca desde que toma el CDS, ya no se asfixia y la flema, que era oscura, está cada día más clara. Ya no tose. No quiere dejar de tomar el CDS por el alivio que le está dando a su salud.
Esta es nuestra dosis de CDS:
Yo empecé con 7 tomas de 1 ml CDS a 100 ml de agua y fui subiendo hasta 3 ml. Cuando me recupero voy bajando la dosis. Me he dado cuenta que soy sensible a las antenas. Cuando veo que soy afectada subo la dosis. A veces me preparo una botella de 700 ml con 7 ml de CDS y la reparto en tomas de 100 ml de agua, 7 vasos al día. Voy viendo en función de mis dolores y subo o bajo la dosis. El tope al que he llegado son 21 ml de CDS en una botella de 700ml diarios. Gracias al CDS las crisis de convulsiones no me están dando.
A mi padre, en una botella de 700ml de agua potable, le introduzco 10ml de dióxido de cloro y se toma 7 vasos de 100ml durante el día. Aún no se lo subo porque me gustaría que fuera quitándose paulatinamente las medicaciones para ver cómo su cuerpo va reaccionando. Tiene antenas alrededor de la vivienda y se le inflama las piernas puntualmente. Ya le digo que hay cosas que no podemos sanar porque tenemos antenas y tanques de combustibles alrededor de la casa. El CDS también ha mejorado su salud. Ya no tose (cuando lo hacía parecía que se iba a morir). Tuvimos hasta quejas de los vecinos porque mi padre tosía. Él también sigue tratamiento de Reiki, shiatsu y masaje. Lo importante también es que procuramos comer alimentos frescos y ecológicos. Usamos productos biodegradables en la higiene y limpieza para cuidar nuestra salud.