Mi nombre es Nieves, tengo 45 años (enero 2020) y vivo en Ibi (Alicante). En junio de 2018 Pepe (con 68 años) empezó a notar dolores de cabeza todas las tardes, no le dio demasiada importancia y lo achacaba a los problemas que tenía con la dentadura porque tenía una infección en las muelas. Así pasó el mes de junio y el mes de julio. Durante el mes de agosto además de los dolores de cabeza, empezó a encontrarse mal, tenía náuseas, vómitos y poco a apetito por lo que empezó a perder peso. Fuimos al médico en varias ocasiones, pero no nos daban ningún diagnóstico.
Teníamos cita en el dentista y se lo dijimos al médico, nos dijo que una vez que el dentista lo tratara, si a los 15 días no se encontraba mejor, que volviéramos a su consulta. Fuimos al dentista, le quitó los dientes de la parte superior que le estaban ocasionando problemas y le pusieron dentadura postiza. A pesar de esto, seguía encontrándose mal. Durante todo el mes de septiembre fue un ir y venir del dentista al centro de salud y al hospital y Pepe seguía perdiendo peso y deteriorándose.
Fue a mitad de septiembre en una de estas visitas al centro de salud, que mientras esperaban para consulta, un médico, conocido de la familia, lo saludó y le preguntó qué hacía allí. Le explicó todo lo que estaba pasando y como se sentía y este médico lo envió a rayos para hacerle una radiografía. En la radiografía aparecía una mancha en el pulmón derecho, en seguida lo ingresaron en el hospital para hacerle más pruebas, entre ellas un TAC en el pecho y ahí estaba. Un tumor en el pulmón derecho. Estuvo ingresado una semana. Durante su ingreso empezaron a medicarlo con corticoides para la inflamación y notó mejoría, ya no le dolía la cabeza, ni tenía vómitos. Le hicieron un nuevo TAC, esta vez en cerebro para saber si había metástasis y desgraciadamente sí que había. Comenzó con el tratamiento de quimioterapia la última semana de septiembre 3 días seguidos, los días 25, 26 y 27, de martes a jueves. No tuvo apenas efectos secundarios de esta primera quimioterapia.
El diagnóstico era muy grave, los médicos nos dijeron que iban a hacer todo lo posible, pero que teníamos que estar preparados porque iba a ser muy duro. No fueron específicos en el pronóstico, pero no era nada positivo.
Cuando nos dan la noticia de que tiene un tumor en el pulmón derecho, un tumor que mide 8 cm con metástasis en el cerebro y que le quedaban pocos meses de vida y con mucho sufrimiento, nos hundimos, pero después de unas horas pensamos que no podíamos quedarnos de brazos cruzados, que teníamos que hacer algo. Durante los días que estaba ingresado, no paramos de investigar, leer, ver vídeos, testimonios de otras personas que habían superado el cáncer y cómo lo habían hecho.
El cáncer es una consecuencia de malos hábitos que contaminan el cuerpo y esto crea un entorno tóxico para las células, así que había que cambiar los malos hábitos por otros buenos y depurar ese cuerpo para que las células cancerígenas desaparecieran. Así que lo primero que había que hacer era eliminar las toxinas a través de una alimentación adecuada. Hace unos cuatro años estuvimos en una conferencia que hablaban de alimentación y enfermedades. Unos de los ponentes era un nutricionista que tiene su consulta en Castalla. El 25 de septiembre nos pusimos en contacto con él y nos dio cita para el 1 de octubre.
El viernes día 28 de septiembre le dieron el alta y nos fuimos a casa. Estábamos hundidos, tristes, impotentes, pero nos negábamos a aceptar la noticia, a aceptar que no había nada que hacer. Esa misma tarde fuimos a Alicante a la consulta de un médico homeópata al que hace años que visitamos cuando tenemos cualquier problema de salud o queremos hacerle alguna consulta relacionada con la salud. Cuando leyó el informe médico, nos confirmó el diagnóstico del médico del hospital: “la situación es muy grave y no hay nada que hacer. Va a morir de este cáncer. Os esperan tiempos muy duros. Disfrutarlo mientras esté con vosotros”.
La noticia nos cayó como un jarro de agua fría. Habíamos acudido a él con la esperanza de que nos dijera que había terapias y tratamientos alternativos o complementarios para luchar contra el cáncer y que nos dijera qué podíamos hacer o dónde acudir. Sin embargo, eso no pasó. Nos dijo que lo sentía mucho y que nos daba mucha fuerza y ánimo. Que le diéramos mucho amor y cariño y nos dijo algo muy importante: “permitiros y permitirle llorar. Soltar todos esos sentimientos y esa pena porque es muy necesario para sentir alivio y poder seguir día a día. No pretendáis hacer como que no pasa nada, haciéndoos los fuertes y no exteriorizando lo que lleváis dentro porque es peor y podéis enfermar”. Salimos de la consulta destrozadas ¿Cómo podía ser? ¿Ya estaba? ¿Eso era todo? ¿Era este el fin? La única persona que pensábamos que nos podía ayudar nos acababa de decir que no se podía hacer nada, FIN. En ese momento nos hundimos más todavía, no podíamos hacer nada más.
El día 1 de octubre fuimos a nuestra primera consulta con el nutricionista y a partir de ahí, empezó una dieta para limpiar y depurar su cuerpo y su organismo. Había que cambiar el hábitat de acidez donde vivían las células por un hábitat alcalino.
A principios de octubre un amigo de la familia, Paco, se ofreció para hacerle sesiones de Reiki. Nosotros aceptamos porque creemos mucho en la fuerza sanadora de la energía y eso sería una ayuda más para conseguir detener el tumor. Venía todos los días a casa a hacerle reiki, él sabía que estábamos investigando y buscando respuestas, por eso nos habló de Josep Pàmies, un señor de Cataluña que había demostrado que el cáncer se podía curar a través de plantas medicinales. Nosotros habíamos oído hablar de él anteriormente y por eso nos sonaba el nombre.
Los días 15, 16 y 17 de octubre le dieron la segunda sesión de quimioterapia, pero en esta ocasión sí que hubo efectos secundarios. Le bajaron las defensas y tuvo una infección que le provocó fiebre. Le salieron llagas por la boca y la garganta. El miércoles 24 de octubre por la mañana, al no bajarle la fiebre lo llevamos al hospital e ingresó en estado muy crítico. El médico nos dijo que la infección lo había debilitado mucho y que podía fallecer. Así estuvo durante 48h. El viernes 26 de octubre salió de peligro y el lunes 29 de octubre le dieron el alta. Durante el tiempo que estuvo ingresado, nosotros seguíamos investigando y leyendo todo lo que caía a nuestras manos. Paco iba al hospital a hacerle Reiki todos los días.
Estando en el hospital conseguimos el email de Josep Pàmies y el 25 de octubre nos pusimos en contacto con su sobrino Aleix, le enviamos el historial y los informes médicos y nos sugirió un tratamiento a base de infusiones y extractos de plantas, entre ellas la graviola. El día 27 de octubre hicimos el pedido de plantas y a principios de noviembre empezamos con el tratamiento de Pàmies. Casualmente, hablando de la enfermedad con una amiga, nos dijo que su hermana tenía una herboristería en Galicia, que conocía la graviola y que la tenía en cápsulas de manera que el concentrado de graviola era mayor que tomarla en infusión. Nos pusimos en contacto con ella para comprarle las cápsulas y nos recomendó que tomara también cúrcuma para la inflamación y moringa para mejorar sus defensas.
El 8 de noviembre, Paco, vino a casa con un producto llamado MMS, Clorito de Sodio. Es un concentrado depurativo para hacer el agua potable. Nos explicó que había sabido que puede combatir el cáncer y quería que lo conociéramos. Nos pusimos a investigar durante los días siguientes para saber más y tener más información. Pepe estaba dispuesto a tomarlo, así que hicimos el pedido y empezó a tomarlo el 12-13 de noviembre. Lo estuvo tomando desde noviembre de 2018 a mayo de 2019. Empezó con 3 gotas activadas y fue subiendo hasta una dosis máxima que en él, fueron 15 gotas diarias.
De esta manera empezamos el tratamiento complementario al tratamiento del hospital para acabar con el tumor: nutricionista, tratamiento a base de plantas, Reiki y MMS.
El día 15 de noviembre le hicieron el segundo TAC. El día 22 de noviembre, nos llamó el oncólogo y nos dio los resultados del TAC, el tumor había reducido y la metástasis tampoco había ido a más. ¡Fue una gran noticia! Cuando fuimos a consulta, decidieron no seguir con el tratamiento de quimioterapia porque no la había tolerado bien, y decidieron darle 10 sesiones de radioterapia en el cerebro.
Mientras tanto, nosotros seguíamos leyendo e investigando y aprendimos mucho sobre la enfermedad y el funcionamiento del cuerpo y la mente de las personas. Aprendimos que una persona no está formada solamente de un cuerpo y unos órganos, las personas somos también energía, poseemos una mente que es muy poderosa y que nuestros pensamientos, emociones y experiencias pasadas influyen de forma muy significativa en nuestra vida y nuestra salud.
Analizamos todo lo que estábamos haciendo:
Estábamos trabajando el cuerpo a través de la alimentación, las infusiones y los concentrados de hierbas y la energía a través del reiki y la meditación. Pero teníamos que sanar también una parte muy importante: la mente, a través de los pensamientos y las emociones. A principios de diciembre hicimos una terapia familiar con caballos para ayudarnos a detectar y liberar problemas, emociones y traumas que arrastrábamos del pasado. Esta terapia fue solo un paso más en este proceso, fue hacernos más conscientes del poder que tienen las experiencias pasadas en nuestra vida y cómo aprender a soltarlas para que no nos afecten en nuestra vida actual. Hacernos más conscientes también de que es un trabajo constante el gestionar las emociones y los pensamientos que son muy poderosos y pueden ocasionarnos enfermedades y no vivir una vida plena, sana y feliz.
Durante el mes de diciembre recibió el tratamiento de las 10 sesiones de radioterapia que acabó el 24 de diciembre. En enero le hicieron un nuevo TAC y el 8 de febrero nos dieron los resultados. El tumor había reducido de 8cm a 3cm, la metástasis del cerebro también había reducido. Se consideró darle otras 10 sesiones de radioterapia en la zona paratraqueal porque ahí quedaban células cancerosas activas. Pero las noticias fueron muy buenas y animaron a Pepe a seguir luchando porque todo el esfuerzo estaba valiendo la pena y estaba dando resultados.
En marzo le dieron las sesiones de radio y en abril le hicieron un nuevo TAC, en mayo nos dieron los resultados y en esta ocasión fueron extraordinarios. En el cerebro y en la zona paratraqueal no quedaba casi nada y el tumor del pulmón apenas medía 1 cm, medía 9mm. La alegría fue inmensa. El médico en esta ocasión decidió no darle ningún tratamiento más y esperar a ver cómo el cuerpo reaccionaba por sí solo. En julio le hicieron un nuevo TAC y los resultados fueron mejorando, el tumor ya solo medía 8mm. Estábamos consiguiendo que el cáncer fuera desapareciendo.
El último TAC ha sido en octubre y en esta ocasión el oncólogo confirmó que el tumor había desaparecido totalmente. Su cuerpo está limpio de tumor y metástasis.
Durante 8 meses seguimos al pie de la letra todo lo que el nutricionista nos recomendó. Actualmente sigue cuidando mucho su alimentación tomando productos sanos y ecológicos.
En junio realizamos una sesión de Constelaciones familiares.
Ahora estamos siguiendo un tratamiento de biocuántica que consiste entre otras cosas, hacer una dieta para que el fórnix ayude a limpiar el cuerpo de toxinas, patógenos y virus, bacterias, etc.
Desde hace un mes ha comenzado a hacer ejercicio físico para fortalecer el cuerpo y recuperar masa muscular.
Tenemos que destacar que Pepe ha sido muy buen enfermo, ha tenido una actitud muy positiva durante todo el tiempo y ha estado muy predispuesto a tomar y a hacer todo lo que hiciera falta. También ha tenido mucho apoyo y mucho amor de la familia y amigos.
Tratamientos llevados a cabo:
A continuación, detallamos el tratamiento de hierbas que nos recomendó Aleix Pàmies:
Vaso en ayunas de ARTEMISIA ANNUA (1 cucharada de postre por elvaso de infusión).
Durante el día beber de 0,5L a 1L de la mezcla para el cáncer (ortiga, caléndula y milenrama).
Graviola (en lugar de infusión se las toma en capsulas, 3 al día).
Una cápsula de Cardo mariano.
Cataplasmas de COLA DE CABALLO y arcilla en la zona afectada.
SEMILLAS DE ALBARICOQUE: 2 mañana y 2 tarde.
Me llamo Francisco, tengo 37 años (febrero 2017) y vivo en Granada. Deseo contar mi testimonio que tiene como protagonista la Artemisia Annua.
Hace aproximadamente un año me acosté como cualquier otra noche (me duché y lavé la cabeza sin notar nada raro). A la mañana siguiente mientras me peinaba me noté un pequeño bulto fijo, del tamaño de media canica, sin movilidad, en el interior del cuero cabelludo. Al principio no le di importancia, pero esa misma tarde, asustado, acudí a urgencias.
El médico después de palparlo, presionarlo y comprobar que parecía que estaba fijo al cráneo, me dijo que era probable que padeciera principios de cáncer óseo. Me envió a mi médico de cabecera para que me hiciera un volante al neurocirujano y que éste me hiciera las pruebas oportunas. Así lo hice, fui a mi médico de cabecera que lo primero que hizo fue mandarme una analítica completa. No me la hice, ya que no me hacen gracia las agujas.
Dejé pasar los días y, además de seguir creciendo el bulto inicial hasta el tamaño de media pelota de tenis, se me empezó a abultar también la parte del cráneo, no sé si del mismo bulto inicial o de otro alrededor del primero.
También noté que en la parte superior del paladar, en la boca, apareció otro pequeño. De nuevo me acerqué a urgencias y otro de los médicos me dijo que eso era normal de mi propia fisionomía. Algo que no comparto, ya que nunca antes me lo había notado. Regresé a la mañana siguiente a mi médico de cabecera, pero ya estaba de vacaciones y en su lugar había una sustituta que también me fue diciendo cosas diferentes al anterior. Me preguntó por qué no me había hecho el análisis y me mandó otro para salir de dudas.
Cansado de que cada uno me contara una cosa distinta. Sin ganas de analíticas ni neurocirujanos que hicieran conmigo pruebas de conejillos de indias me dije: “Tengo dos opciones”: Pedirle a Dios (soy creyente cristiano) o buscar una alternativa natural.
Por aquel entonces ya conocía algo la Dulce Revolución y empezaba a ver vídeos de las charlas de Josep Pàmies. Lo primero que hice esa tarde fue pedir a Dios. Por la noche empecé a notar pinchazos y cosquilleos por toda la zona abultada. Al día siguiente me toco y el asunto parecía haber mejorado un poco, pero tan poco que apenas era apreciable.
Como había escuchado hablar tan bien de la artemisia como una planta poderosa contra el cáncer, me decido a salir en busca de la misma por los herbolarios. Decidí por mí mismo, hacerme una infusión diaria, después de las comidas. Después de mes y medio tomando infusiones (lo que me duró la bolsita), poco a poco fue desapareciendo el abultamiento y el bulto (que ya me estaba deformando el cráneo completo).
A día de hoy ya tengo que esmerarme mucho para buscarme la chispa que me sigue quedando. No se nota absolutamente nada ni al tacto. Respecto al bulto del paladar, está a menos de la mitad del año pasado.
La verdad es debería haber seguido tomando otro mes más, pero se me acabó la bolsa y no compré más al verme bien. Realmente no sé si recibí ayuda divina, fue cosa de la planta o ambas cosas. No obstante, la naturaleza en sí misma es obra de Dios. De una forma u otra yo lo he vivido como un milagro.
Por tan sólo 2 euros resolví el 99% de mi problema. ¿Realmente hacen falta gastarse millones en quimioterapias absurdas, que más perjudican que ayudan?
Mi nombre es Marga y vivo en las Islas Baleares, el año pasado (2015) me operaron de un tumor cerebral y a los pocos meses me recidivó. Las expectativas no eran muy buenas, por lo que decidí ponerme en contacto con la Asociación Dulce Revolución. Ellos me contestaron muy rápido y me puse manos a la obra a seguir sus indicaciones, además de seguir con el tratamiento de quimioterapia.
Lo que me pautaron desde Dulce Revolución fue:
Dieta alcalina y baños de sal (hago un par por semana), agua de mar (voy bebiendo chupitos a lo largo del día), aceite de cannabis (6-6-12 gotas), aloe vera y kalanchoe que tomo con licuados de fruta y verdura por las mañanas. También la mezcla para el cáncer (ortiga, caléndula y milenrama). Me hago un litro diario y voy bebiendo entre las comidas. El cloruro de magnesio no me sentaba bien y lo tuve que dejar.
A los dos meses mi tumor se había reducido casi un 80%, por lo que no puedo hacer otra cosa que felicitarles, agradecerles y animarles a que sigan con sus investigaciones.
Me llamo Carlos Enrique, tengo 60 años y soy de la Ciudad de Mar del Plata, República Argentina. Hace más de dos años cambiamos la alimentación para intentar mantener un cuerpo alcalino, puesto que mi esposa (actualmente con 58 años) sufrió en el año 2010, un sarcoma retroperitoneal, que fue quitado por completo en una operación, y tratado con radioterapia.
Cuando había superado los cinco años de post operatorio, nuestra felicidad de superar el tiempo del protocolo médico duró muy poco tiempo, dado que se descubre un nuevo tumor a través de una resonancia indicada por el oculista. Su ojo izquierdo estaba más hacia afuera por la presión que esa masa ejercía. Los tres cirujanos especialistas más eminentes de nuestra ciudad fueron consultados, con la respuesta negativa, ante la imposibilidad técnica de llevar a cabo la operación en la ciudad.
Fuimos a Buenos Aires la segunda semana, a partir del estudio, y Dios nos puso en manos de un gran neurocirujano, y excelente ser humano, que renovó nuestras esperanzas. Mi esposa fue operada, durante 7 horas y media, el 10 de agosto de 2015, de un sarcoma intra extracraneal, situado detrás de su ojo izquierdo. Pudieron extirpar un 50% del tumor aproximadamente. Al acabar el tratamiento de 31 sesiones de radioterapia de amplitud modulada, de traumática aplicación y resultados adversos dado que no se había logrado detener el crecimiento (estaba 1,5 cm. más grande).
Con un fuerte desánimo y siempre en nuestras cabezas de aceptar el diagnóstico, pero rechazar los pronósticos médicos, iniciamos primero un tiempo de la cura con Aloe o sábila de la receta, del Padre Romano (mientras recibía radioterapia). Habiendo conocido a través de internet, los videos de Josep y los testimonios, intentamos conseguir plantas para para comenzar el tratamiento con Kalanchoe Dragremontiana y Kalanchoe Pinnata (una toma por día de cada una de estas, en la medida propuesta en los videos del tamaño de una tarjeta de crédito). Empezó a tomarlas de forma ininterrumpida, en licuados con algún cítrico el 18 de febrero de 2016.
Licuados:
- 2 cítricos (exprimidos)
- 1 cucharada sopera de Clorofila
- 1 cucharada sopera de Aloe vera envasado (dice su frasco, refuerza las defensas)
- 7 semillas secas de calabaza
- 1 cucharada de semillas de lino
- y con el licuado preparado, toma 2 cápsulas de Spirulina en cada toma (4 por día)
Además y con la esperanza de que todo sume, al mismo tiempo, conseguimos, pepitas de la semilla de damasco (vitamina B17), y está tratando de hacer 4 o 5 tomas de dos semillas por toma de este antitumoral natural. Que, a pesar de su contenido de cianuro, dice que suelta esa molécula en el tumor, lo mata y las enzimas resultantes no afectan en bajas dosis a ninguna célula ni función del organismo.
Con este procedimiento, y la fe y el buen ánimo de mi esposa, conseguimos notar resultados favorables, antes de empezar con la quimioterapia.
Comienza la quimioterapia el 1 de marzo de 2016. Empezaron a verse resultados positivos antes de que la quimio pudiera hacer su efecto. Gracias a la virtud curativa de estas plantas, se notó una mejoría en su voz nasal que tenía en aquel momento. Había perdido la visión de luz o imagen alguna de su ojo izquierdo, hoy fisonómicamente recompuesto, tiene una visión periférica que está dando una esperanza para una mejoría. El día 10 de abril de 2016, después de su segunda quimio, el oncólogo que la atiende, realiza una evaluación con imágenes comparativas, y "por primera vez el tumor, se va reduciendo en tamaño", gracias a Dios. No puedo decir cuánto se redujo, porque no nos informaron, pero era claramente visible.
También decir que gracias a reforzar sus defensas entre la alimentación y los licuados, las quimios fueron toleradas casi perfectamente, sólo un poco de náuseas, cansancio y falta de apetito los dos o tres días después de la aplicación.
Vamos a tratar de implementar lo de los baños de inmersión de agua salada, que a pesar de haber llegado también esa información aún no lo habíamos implementado. También el magnesio.
Nuestro objetivo inmediato es ayudar de todas las maneras posibles al organismo, para que pueda tener las mejores opciones para sanar.
A través de un profesional que reside en Barcelona, pero que da cursos en Argentina, conocimos también la carga emocional de las herencias. Ana, mi señora vivió la fuerte y movilizadora experiencia de un transgeneracional, que ojalá haya podido también, transmutar esas posibles cargas, que puedan haber sido el origen de esta enfermedad, ya que de ninguna manera encontrábamos explicación para desarrollarse, con su modo de vida y alimentación.
Una vez más, un profundo agradecimiento a todos ustedes, los tendremos al tanto del desarrollo de nuestras vivencias y de los resultados después de las seis quimios.
El día 30 de enero de 2015 le hicieron una resonancia a mi hija de dos años, Paula, para descartar que tuviera nada en el cerebro. Nos derivó el oftalmólogo ya que desde muy pequeña ha tenido nistagmus y problemas de visión. Vieron que sí, Paula tiene un tumor en la cabeza en forma de flor y del tamaño de un tomate...
Empezamos tratamiento con quimio en el Parc Taulí de Sabadell con una duración de dos años y medio... No nos quedamos sólo con la quimio y empezamos a investigar otras maneras para ayudar a nuestra hija.
La primera persona que nos informa de otras terapias es la homeópata. La visitamos desde hace casi un año, pues no somos muy partidarios de vacunas y medicina convencional. Ella nos habla de D. Pàmies, alimentación bio y otros.
Paralelamente tenemos la gran suerte de conocer a Jose, nuestro chaman, que nos habla también de las emociones, de la conciencia, la constancia y del amor. Ya sabemos que nuestra niña no nos dejará pero no deja de ser una agonía verla que tan pequeña tenga que sufrir...
Visitamos las instalaciones del Sr. Pàmies, vemos vídeos en los que se habla de las plantas como método de curación efectivo, todo ello nos empieza a interesar mucho. Empezamos a darle a Paula infusiones de Ortiga + Caléndula + Milenrama, Artemisa annua, Kalanchoe, Aloe vera y unas gotitas de aceite de Cannabis.
Preparamos un licuado con los siguientes ingredientes:
- Infusión de media cucharada de café de Artemisa annua + media cuchara de una mezcla de Ortiga + Caléndula + Milenrama. La cantidad de agua es de un litro.
- 9 gotitas de aceite.
- 5 gramos de Kalanchoe.
- Cada 15 días añadimos un poco de Aloe vera (el tamaño de un dedo pequeño).
Todos estos ingredientes los pasamos por la batidora y lo que hago es incorporar este líquido resultante (unos tres sorbitos) en un vaso de bebida de avena con colacao (BIO - lógicamente) Le encanta... Le doy esta bebida cada día por la mañana, junto con la homeopatía que son dos bolitas de phosforus 30 por la mañana en ayunas.
Aparte, de vez en cuando, le pongo un casco de una infusión a base de Cola de caballo. Durante el tratamiento, que son 3 unes seguidos y descansamos 3 semanas, durante las 3 semanas de tratamiento en las duchas le pongo un poco de agua de mar para limpiar, directamente cogida del mar. Lo más importante es que intentamos que esté siempre contenta y feliz, aunque es una niña muy agradable para todos. Cambiamos, en la medida de lo posible, nuestra alimentación a una más sana.
Jose nos visita cada tres / cuatro semanas, le hace imposiciones de manos y, desde el principio, también le estoy dando a Paula un jarabe recetado por él con lo siguiente: 1 bote de 500 de miel, 3 hojas de Aloe Vera, 1 limón exprimido, un poco de canela y 3 chupitos de whisky. Revuelto todo ello, le doy una cucharilla de postre 3 veces al día, 1 antes de cada comida.
Desde que empezamos todo esto, Paula no ha tenido ni una recaída, está muy fuerte, pesa más de lo que pesaba cuando empezamos el tratamiento de quimio, es decir, no ha perdido ni un gramo, no ha perdido el apetito, salta, baila y ríe normalmente. Es una niña muy divertida y animada, le encanta bailar. Sólo se pone malita la noche que le dan la quimio y unos días después está un poco malhumorada, pero ya está, nadie por la calle diría que está con tratamiento de quimio y las analíticas que le van haciendo cada dos por tres son de una niña que no parece que esté haciendo quimio.
Me da mucha rabia ver en el hospital de día cuántos niños lo están pasando mal y no conocen la mitad de lo que conocemos nosotros, que no es nada de lo que existe...
Quiero que mi niña se cure, no puedo imaginarme estar así durante dos años y medio que dura el tratamiento porque, aunque ella no esté muy mal, a mí me duele el alma sólo ver que la noche de la quimio vomita y no descansa... Yo y mi pareja vamos a todas, no dejaremos que Paula caiga y seguimos con fuerza todo lo que vemos que le puede ir bien, siempre bajo información y productos naturales que sabemos que sólo le harán bien.
Aparte de todo esto la visita el cardiólogo, el oftalmólogo, el otorrino, el dermatólogo... está bien de todo... ni una llaga, no le ha caído ni el cabello... Estamos muy contentos.
En julio le hicieron una resonancia a Paula y el tumor había reducido en casi un 20% por todo su alrededor, lo que la oncóloga nos dijo que no había visto nunca en un tumor de las características del de Paula, que redujera tanto y en tan poco tiempo.
La próxima resonancia será en febrero. Sería mucho pedir que hubiera desaparecido del todo pero me conformo con otro 20% más!!
A finales de julio de 2014 nos detectan un tumor y digo "nos" porque esto ataca a toda la familia en donde entra. A mi hija de 7 años le diagnostican un glioma difuso de tronco de encéfalo. El planteamiento de nuestra medicina “tradicional” es: quimioterapia, más radioterapia y tratamiento paliativo cuando proceda, pues el tumor es intocable, inoperable. Ahí es nada...
Se inicia así un proceso de recibir y buscar toda la información. Un buen día, sobre la segunda semana de agosto, encontramos las dietas alcalinizantes a través de un vídeo colgado en internet del Dr. Alberto Martí Bosch. Iniciamos consultas sobre este tema a un buen amigo y comenzamos a introducirla junto a complementos nutricionales. Fran Serrano nos pone en el buen camino y lo estamos comprobando día a día. Un pequeño resumen de lo que nos enseñó es: Dieta casi al 100 % vegetariana y buena ingesta de fruta. Azúcar, leche y derivados y sal son “veneno”. Y también complementos nutricionales para aumentar sistema inmunitario.
Sobre finales de septiembre, primeros de octubre, realizamos una consulta sobre una planta en la asociación Dulce Revolución de las plantas medicinales. Nos preguntan sobre nuestro caso y directamente nos remiten a Tania de Madrid. De este modo Tania, de “Curarte en Verde”, entra en nuestras vidas. Nos pone en orden lo ya iniciado de dieta y complementos y las formas de combinarlo.
A partir de primeros de octubre, el tratamiento homeopático y los suplementos, junto con una estricta dieta alcalinizante, fueron los siguientes:
NOTA 1: 7 y 8, alternos entre ellos cada 3 horas y distanciados de las comidas y de otros suplementos y/o medicación 30 minutos.
NOTA 2: 11 y 12 NO administrar junto a quimioterapia. Aprovechar períodos de descanso y reintroducirla a los 3 días de iniciar el descanso.
Modo de administrar los comprimidos
Para la evolución me centraré en LAS PLAQUETAS ya que es uno de los datos que primero se valoran:
A día de hoy, y a pesar de la “tralla” que lleva metida, mi hija está realizando una vida normal, salvo que ha cambiado su dieta y añadido sus complementos junto a los seguimientos de los protocolos de sus facultativas, manteniendo así su sistema inmune “a tope” y las famosas plaquetas en niveles más que óptimos, al igual que el resto de los parámetros de las analíticas.
La ciencia de la nutrición se divide en dos: la convencional y la ortomolecular. Los dietistas o nutricionistas tradicionales consideran que las vitaminas se necesitan en pequeñas cantidades. Los ortomoleculares indican que se precisan dosis altas para lograr una salud óptima, que la nutrición es un factor fundamental para una buena salud y que no debe ser secundario de las intervenciones basadas sólo en los fármacos o la cirugía.
Aun así, y para quien proceda, la poderosa presión de los gigantes farmacéuticos, junto con el conservadurismo de médicos y científicos, pueden hacer que permanezcamos en gran medida sin examinar los grandes beneficios de una adecuada combinación de lo indicado. Y todo por no tener o no querer tener una imagen y mente más abierta.
Por cierto, soy personal sanitario.
Diciembre 2014
En enero del 2009 diagnosticaron a mi marido un cáncer bucal. El maxilofacial que nos atendió la única solución que nos daba era la extirpación quirúrgica de media mandíbula, además de las sesiones de quimio y radio habituales en sus protocolos. Le pregunté si con eso tendría posibilidades de supervivencia y me dijo que no, que eso no aseguraba nada.
En vista del panorama, nos fuimos sin concretar ningún tratamiento. Como soy habitual de la revista DSalud, por medio de ellos contacté con un médico homeópata en San Quirze del Vallés. Allí después de examinarle y ver las pruebas que le habían hecho le recetó una serie de complementos alternativos como uña de gato, cúrcuma, brócoli, etc... además siguió la dieta de la Dra. Budwig, tomó Renovén, etc... pero el cáncer siguió avanzando. En julio de ese mismo año se había extendido por toda la mandíbula inferior. Pensando que quizás me había precipitado al negarme al tratamiento convencional, fuimos a Granada, para que le vieran los especialistas de allí. La recomendación de ellos fue la extirpación completa de la mandíbula, un trozo de lengua y los ganglios linfáticos. Además me culpabilizaron totalmente por la evolución que había tenido el cáncer (aunque en uno de los informes que leí después, ellos mismos estaban sorprendidos de que no hubiera avanzado todavía más).
Con esas perspectivas y viendo la calidad de vida que le iba a quedar en el futuro, al llegar a casa decidimos pedir uno de los productos que nos faltó por probar del médico homeópata: UKRAIN, producto semisintético hecho con Celidonia Mayor como principal componente. Como el mismo era para nuestra economía un poco caro, lo habíamos dejado como última alternativa. Además, yo por mi cuenta empecé a investigar y pedí en una clínica de Canadá BIO-BRAN, específico para las defensas, que está hecho a base de salvado de arroz. Ahora ya se puede conseguir aquí en España.
En septiembre, y por medio de un ATS, le empezamos a inyectar Ukrain, 20 dosis. El médico nos recomendó 2 sesiones de 20 dosis cada una, pero nuestro presupuesto no daba para más.
En enero de 2010 volvimos a la consulta del maxilofacial. El cáncer había desaparecido totalmente. Si esto le sorprendió, lo ignoró en absoluto, porque no se interesó por nuestros medios alternativos para curarlo. Hasta ahora, no ha vuelto a tener recaídas del cáncer en ningún órgano.
Tengo que decir también que además de aquello en 2010 tuvo un infarto cerebral que le dejó medio cuerpo "casi” paralizado, pero a pesar de ello, consiguió superarlo. Ahora anda con dificultad, tiene insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal, es hipertenso y tiene arterioesclerosis, la cual le ha producido un aneurisma de aorta de 4,5 cm.
A pesar de todo esto, el único medicamento que toma son las pastillas para dormir, ya que todavía no he dado con nada alternativo para que duerma.
Toma extracto de alcachofa, para el colesterol. Ajo y olivo para la tensión y la circulación y ahora para la tos le he comprado un jarabe de Llantén.
Sé que ahora el creador de Ukrain, el Dr.Nowicky, ha tenido problemas legales (normal cuando hay de por medio un producto que elimina las células cancerígenas sin afectar a las sanas y no está en manos de las farmacéuticas). A pesar de que hay una carta de este médico en la que en el año 2009, creo, escribió a la directora de la OMS, ofreciéndolo como medio para curar el cáncer. Decía que nunca había recibido contestación.
Septiembre 2014
A mi madre le diagnosticaron en julio del año 2010 un glioma al quiasma óptico (un tumor cerebral). Nos dijeron que no había ningún tratamiento a hacer, ni operar, ni quimioterapia, ni radioterapia. Nos enviaron a casa a morir, nos dieron de máximo un año de vida, con un pronóstico del año horroroso. A mi pregunta de si podíamos hacer algo, algún tratamiento alternativo, el médico fue tajante: nada, no hay nada que hacer.
Por suerte no me lo creí. El día siguiente de la noticia pedimos el alta voluntaria del hospital y subiendo hacia casa (somos del Pallars Sobirà) pasé a recoger la planta Kalanchoe y buenos consejos de los profesionales que me la vendieron. Durante este año hemos hecho muchas cosas alternativas: fitoterapia, hidroterapia, masajes, homeopatía, medicación ortomolecular, imposición de manos, visualizaciones por parte de toda la familia...
El tratamiento ha sido y es complicado. Nuestro director de orquesta y médico de referencia es un oncólogo naturista. Mi madre ha estado tomando media hoja de Kalanchoe cada día en tandas de 3 meses de toma y 1 de descanso. La toma a la hora de comer, cortada junto con la verdura o la ensalada. En lo referente a las otras plantas, todo es homeopatía y productos con diferente composición. La planta principal que ha tomado por el tumor cerebral en forma de homeopatía es la ruda. Este tratamiento específico para el cáncer es de unos doctores indios (protocolo Banerji). Todo el resto de tratamiento creo que es para limpiar el cuerpo y reforzar el sistema inmunológico.
Mi madre ahora (enero 2012) está fantástica, llena de energía y no ha perdido más visión desde hace un año, cuando empezamos con el tratamiento. De hecho ha mejorado mucho. Los análisis son mucho mejores que antes del diagnóstico.
Estoy agradecida por todo esto y querría compartirlo con quien lo necesitara.
Ánimos y no os dejeis convencer por la prepotencia de algunos médicos que creen tener la única verdad.
Yo me he recuperado de un tumor cerebral de los más malignos (glioblastoma multiforme) mediante radio y quimio. Pero hay más. Cuando empecé los tratamientos sabía que el hígado iba a sufrir.
Mi profesión es ingeniero agrónomo, especializado en horticultura y mejora genética de plantas y había trabajado con la alcachofa y el cardo de huerta. Sabía que las semillas de ambas plantas son ricas en silymarina que parece ser un protector hepático. Antes de mi enfermedad, después de alguna comilona, me hacía bien tomar un extracto de semilla de cardo mariano (Silybum marianum), también rico en silymarina por ser un pariente próximo de la alcachofa y el cardo de huerta. Había localizado el producto en EEUU. Ahora supongo que también se podrá encontrar en España.
Así que empecé a tomar una píldora al día mientras duró la quimio (tres años y medio). Cada píldora pesa 1000 miligramos, de los que 250 son activos. Según el fabricante se pueden tomar hasta 2 píldoras por día con ocasión de las comidas. Yo siempre he tomado una píldora en la comida principal. Luego dejé de tomarlo durante períodos largos de tiempo (1 año) pero lo he vuelto a tomar y descansar con esa cadencia.
Los médicos son muy prudentes y les cuesta hacer pronósticos. En neurocirugía, me dijeron que el tumor no era operable, por estar alojado en una zona de acceso difícil, pero fueron los primeros, creo que a los 6-8 meses, que me dijeron que el tumor estaba en regresión. En neurología me comentaron que mis variables hepáticas eran perfectas, después del tratamiento.
Ahora, después de ocho años de que me lo detectaran, sólo queda una cicatriz del tumor en el cerebro. Y salvo secuelas soportables me considero curado. No sé si fue mi actitud vital positiva, el temodal con el que me trataron o también el cardo mariano. Yo puedo decir que éste no me ha hecho daño. El cardo mariano, la alcachofa y el cardo de huerta, muy próximas las tres, están consideradas como algunas de las especies de mayor contenido en antioxidantes.