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Cáncer de pulmón

Proliferación de células llamadas malignas, producto de un descontrol en el reloj biológico y genético de la célula. Se propaga a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático y sanguíneo, produciendo más tumores (metástasis).

Testimonios de Cáncer de pulmón

Todavía no hay testimonios para esta enfermedad. Si lo deseas puedes enviar el tuyo aquí.

Eugenia, Barcelona - Cáncer de pulmón

Mi nombre es Eugenia Rius, tengo 55 años (enero 2021) y vivo en Barcelona. Hace 6 años me diagnosticaron un cáncer en el pulmón izquierdo de células pequeñas. Le pregunté al oncólogo cuántas probabilidades había de supervivencia. Estimó un 34% (esto me pasa por preguntar). El tumor era inoperable.

Pasé la terrible quimio (ya no creo en la quimioterapia) y después me hicieron radio en el pulmón (sí creo en la radioterapia) y luego en el cráneo.
Tuve la gran suerte de conocer a una doctora (creo que es cirujana y traumatóloga) que sana con medicina holística. Entre otras cosas me recomendó que me hiciese cada día un zumo de remolacha, manzana y zanahoria.
También tuve la suerte de hablar con Aleix Pàmies. Me habló de la kalanchoe pinnata. La compré y la tomé durante 8 meses. Investigué en la web de Dolça Revolució y seguí algunas recomendaciones.

El año pasado visité de nuevo a la doctora y le pregunté si durante las sesiones que hacía con ella durante los tratamientos del cáncer me había hecho algo que yo no supiera y me dijo que sí. Estas fueron sus palabras: "te hice una intervención en el pulmón a un nivel energético". Estoy convencida que todo esto me curó. La información de la Dolça Revolució me ayudó mucho. Este diciembre pasado tuve visita con el oncólogo. Me dijo que el resultado del TAC y los análisis estaban perfectos.

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Nieves, Alicante - Cáncer pulmón y cerebro con metástasis

Mi nombre es Nieves, tengo 45 años (enero 2020) y vivo en Ibi (Alicante). En junio de 2018 Pepe (con 68 años) empezó a notar dolores de cabeza todas las tardes, no le dio demasiada importancia y lo achacaba a los problemas que tenía con la dentadura porque tenía una infección en las muelas. Así pasó el mes de junio y el mes de julio. Durante el mes de agosto además de los dolores de cabeza, empezó a encontrarse mal, tenía náuseas, vómitos y poco a apetito por lo que empezó a perder peso. Fuimos al médico en varias ocasiones, pero no nos daban ningún diagnóstico.

Teníamos cita en el dentista y se lo dijimos al médico, nos dijo que una vez que el dentista lo tratara, si a los 15 días no se encontraba mejor, que volviéramos a su consulta. Fuimos al dentista, le quitó los dientes de la parte superior que le estaban ocasionando problemas y le pusieron dentadura postiza. A pesar de esto, seguía encontrándose mal. Durante todo el mes de septiembre fue un ir y venir del dentista al centro de salud y al hospital y Pepe seguía perdiendo peso y deteriorándose.

Fue a mitad de septiembre en una de estas visitas al centro de salud, que mientras esperaban para consulta, un médico, conocido de la familia, lo saludó y le preguntó qué hacía allí. Le explicó todo lo que estaba pasando y como se sentía y este médico lo envió a rayos para hacerle una radiografía. En la radiografía aparecía una mancha en el pulmón derecho, en seguida lo ingresaron en el hospital para hacerle más pruebas, entre ellas un TAC en el pecho y ahí estaba. Un tumor en el pulmón derecho. Estuvo ingresado una semana. Durante su ingreso empezaron a medicarlo con corticoides para la inflamación y notó mejoría, ya no le dolía la cabeza, ni tenía vómitos. Le hicieron un nuevo TAC, esta vez en cerebro para saber si había metástasis y desgraciadamente sí que había. Comenzó con el tratamiento de quimioterapia la última semana de septiembre 3 días seguidos, los días 25, 26 y 27, de martes a jueves. No tuvo apenas efectos secundarios de esta primera quimioterapia.

El diagnóstico era muy grave, los médicos nos dijeron que iban a hacer todo lo posible, pero que teníamos que estar preparados porque iba a ser muy duro. No fueron específicos en el pronóstico, pero no era nada positivo.

Cuando nos dan la noticia de que tiene un tumor en el pulmón derecho, un tumor que mide 8 cm con metástasis en el cerebro y que le quedaban pocos meses de vida y con mucho sufrimiento, nos hundimos, pero después de unas horas pensamos que no podíamos quedarnos de brazos cruzados, que teníamos que hacer algo. Durante los días que estaba ingresado, no paramos de investigar, leer, ver vídeos, testimonios de otras personas que habían superado el cáncer y cómo lo habían hecho.

El cáncer es una consecuencia de malos hábitos que contaminan el cuerpo y esto crea un entorno tóxico para las células, así que había que cambiar los malos hábitos por otros buenos y depurar ese cuerpo para que las células cancerígenas desaparecieran. Así que lo primero que había que hacer era eliminar las toxinas a través de una alimentación adecuada. Hace unos cuatro años estuvimos en una conferencia que hablaban de alimentación y enfermedades. Unos de los ponentes era un nutricionista que tiene su consulta en Castalla. El 25 de septiembre nos pusimos en contacto con él y nos dio cita para el 1 de octubre.

El viernes día 28 de septiembre le dieron el alta y nos fuimos a casa. Estábamos hundidos, tristes, impotentes, pero nos negábamos a aceptar la noticia, a aceptar que no había nada que hacer. Esa misma tarde fuimos a Alicante a la consulta de un médico homeópata al que hace años que visitamos cuando tenemos cualquier problema de salud o queremos hacerle alguna consulta relacionada con la salud. Cuando leyó el informe médico, nos confirmó el diagnóstico del médico del hospital: “la situación es muy grave y no hay nada que hacer. Va a morir de este cáncer. Os esperan tiempos muy duros. Disfrutarlo mientras esté con vosotros”.

La noticia nos cayó como un jarro de agua fría. Habíamos acudido a él con la esperanza de que nos dijera que había terapias y tratamientos alternativos o complementarios para luchar contra el cáncer y que nos dijera qué podíamos hacer o dónde acudir. Sin embargo, eso no pasó. Nos dijo que lo sentía mucho y que nos daba mucha fuerza y ánimo. Que le diéramos mucho amor y cariño y nos dijo algo muy importante: “permitiros y permitirle llorar. Soltar todos esos sentimientos y esa pena porque es muy necesario para sentir alivio y poder seguir día a día. No pretendáis hacer como que no pasa nada, haciéndoos los fuertes y no exteriorizando lo que lleváis dentro porque es peor y podéis enfermar”. Salimos de la consulta destrozadas ¿Cómo podía ser? ¿Ya estaba? ¿Eso era todo? ¿Era este el fin? La única persona que pensábamos que nos podía ayudar nos acababa de decir que no se podía hacer nada, FIN. En ese momento nos hundimos más todavía, no podíamos hacer nada más.

El día 1 de octubre fuimos a nuestra primera consulta con el nutricionista y a partir de ahí, empezó una dieta para limpiar y depurar su cuerpo y su organismo. Había que cambiar el hábitat de acidez donde vivían las células por un hábitat alcalino.

A principios de octubre un amigo de la familia, Paco, se ofreció para hacerle sesiones de Reiki. Nosotros aceptamos porque creemos mucho en la fuerza sanadora de la energía y eso sería una ayuda más para conseguir detener el tumor. Venía todos los días a casa a hacerle reiki, él sabía que estábamos investigando y buscando respuestas, por eso nos habló de Josep Pàmies, un señor de Cataluña que había demostrado que el cáncer se podía curar a través de plantas medicinales. Nosotros habíamos oído hablar de él anteriormente y por eso nos sonaba el nombre.

Los días 15, 16 y 17 de octubre le dieron la segunda sesión de quimioterapia, pero en esta ocasión sí que hubo efectos secundarios. Le bajaron las defensas y tuvo una infección que le provocó fiebre. Le salieron llagas por la boca y la garganta. El miércoles 24 de octubre por la mañana, al no bajarle la fiebre lo llevamos al hospital e ingresó en estado muy crítico. El médico nos dijo que la infección lo había debilitado mucho y que podía fallecer. Así estuvo durante 48h. El viernes 26 de octubre salió de peligro y el lunes 29 de octubre le dieron el alta. Durante el tiempo que estuvo ingresado, nosotros seguíamos investigando y leyendo todo lo que caía a nuestras manos. Paco iba al hospital a hacerle Reiki todos los días.

Estando en el hospital conseguimos el email de Josep Pàmies y el 25 de octubre nos pusimos en contacto con su sobrino Aleix, le enviamos el historial y los informes médicos y nos sugirió un tratamiento a base de infusiones y extractos de plantas, entre ellas la graviola. El día 27 de octubre hicimos el pedido de plantas y a principios de noviembre empezamos con el tratamiento de Pàmies. Casualmente, hablando de la enfermedad con una amiga, nos dijo que su hermana tenía una herboristería en Galicia, que conocía la graviola y que la tenía en cápsulas de manera que el concentrado de graviola era mayor que tomarla en infusión. Nos pusimos en contacto con ella para comprarle las cápsulas y nos recomendó que tomara también cúrcuma para la inflamación y moringa para mejorar sus defensas.

El 8 de noviembre, Paco, vino a casa con un producto llamado MMS, Clorito de Sodio. Es un concentrado depurativo para hacer el agua potable. Nos explicó que había sabido que puede combatir el cáncer y quería que lo conociéramos. Nos pusimos a investigar durante los días siguientes para saber más y tener más información. Pepe estaba dispuesto a tomarlo, así que hicimos el pedido y empezó a tomarlo el 12-13 de noviembre. Lo estuvo tomando desde noviembre de 2018 a mayo de 2019. Empezó con 3 gotas activadas y fue subiendo hasta una dosis máxima que en él, fueron 15 gotas diarias.

De esta manera empezamos el tratamiento complementario al tratamiento del hospital para acabar con el tumor: nutricionista, tratamiento a base de plantas, Reiki y MMS.

 El día 15 de noviembre le hicieron el segundo TAC. El día 22 de noviembre, nos llamó el oncólogo y nos dio los resultados del TAC, el tumor había reducido y la metástasis tampoco había ido a más. ¡Fue una gran noticia! Cuando fuimos a consulta, decidieron no seguir con el tratamiento de quimioterapia porque no la había tolerado bien, y decidieron darle 10 sesiones de radioterapia en el cerebro.

Mientras tanto, nosotros seguíamos leyendo e investigando y aprendimos mucho sobre la enfermedad y el funcionamiento del cuerpo y la mente de las personas. Aprendimos que una persona no está formada solamente de un cuerpo y unos órganos, las personas somos también energía, poseemos una mente que es muy poderosa y que nuestros pensamientos, emociones y experiencias pasadas influyen de forma muy significativa en nuestra vida y nuestra salud.

Analizamos todo lo que estábamos haciendo:

Estábamos trabajando el cuerpo a través de la alimentación, las infusiones y los concentrados de hierbas y la energía a través del reiki y la meditación. Pero teníamos que sanar también una parte muy importante: la mente, a través de los pensamientos y las emociones. A principios de diciembre hicimos una terapia familiar con caballos para ayudarnos a detectar y liberar problemas, emociones y traumas que arrastrábamos del pasado. Esta terapia fue solo un paso más en este proceso, fue hacernos más conscientes del poder que tienen las experiencias pasadas en nuestra vida y cómo aprender a soltarlas para que no nos afecten en nuestra vida actual. Hacernos más conscientes también de que es un trabajo constante el gestionar las emociones y los pensamientos que son muy poderosos y pueden ocasionarnos enfermedades y no vivir una vida plena, sana y feliz.

Durante el mes de diciembre recibió el tratamiento de las 10 sesiones de radioterapia que acabó el 24 de diciembre. En enero le hicieron un nuevo TAC y el 8 de febrero nos dieron los resultados. El tumor había reducido de 8cm a 3cm, la metástasis del cerebro también había reducido. Se consideró darle otras 10 sesiones de radioterapia en la zona paratraqueal porque ahí quedaban células cancerosas activas. Pero las noticias fueron muy buenas y animaron a Pepe a seguir luchando porque todo el esfuerzo estaba valiendo la pena y estaba dando resultados.

En marzo le dieron las sesiones de radio y en abril le hicieron un nuevo TAC, en mayo nos dieron los resultados y en esta ocasión fueron extraordinarios. En el cerebro y en la zona paratraqueal no quedaba casi nada y el tumor del pulmón apenas medía 1 cm, medía 9mm. La alegría fue inmensa. El médico en esta ocasión decidió no darle ningún tratamiento más y esperar a ver cómo el cuerpo reaccionaba por sí solo. En julio le hicieron un nuevo TAC y los resultados fueron mejorando, el tumor ya solo medía 8mm. Estábamos consiguiendo que el cáncer fuera desapareciendo.

El último TAC ha sido en octubre y en esta ocasión el oncólogo confirmó que el tumor había desaparecido totalmente. Su cuerpo está limpio de tumor y metástasis.

Durante 8 meses seguimos al pie de la letra todo lo que el nutricionista nos recomendó. Actualmente sigue cuidando mucho su alimentación tomando productos sanos y ecológicos.

En junio realizamos una sesión de Constelaciones familiares.

Ahora estamos siguiendo un tratamiento de biocuántica que consiste entre otras cosas, hacer una dieta para que el fórnix ayude a limpiar el cuerpo de toxinas, patógenos y virus, bacterias, etc.

Desde hace un mes ha comenzado a hacer ejercicio físico para fortalecer el cuerpo y recuperar masa muscular.

Tenemos que destacar que Pepe ha sido muy buen enfermo, ha tenido una actitud muy positiva durante todo el tiempo y ha estado muy predispuesto a tomar y a hacer todo lo que hiciera falta. También ha tenido mucho apoyo y mucho amor de la familia y amigos.

Tratamientos llevados a cabo:

  • MMS durante 6 meses (no podemos asesorar sobre ello).
  • Baños de sal durante 20 minutos 4 veces a la semana.
  • Sesiones de Reiki diarias durante 6 meses.
  • Sesión de constelaciones familiares.
  • Tratamiento Par Biocuántico desde abril 2019 y continuamos

A continuación, detallamos el tratamiento de hierbas que nos recomendó Aleix Pàmies:

  • Vaso en ayunas de ARTEMISIA ANNUA (1 cucharada de postre por elvaso de infusión).

  • Durante el día beber de 0,5L a 1L de la mezcla para el cáncer (ortiga, caléndula y milenrama).

  • Graviola (en lugar de infusión se las toma en capsulas, 3 al día).

  • Una cápsula de Cardo mariano.

  • Cataplasmas de COLA DE CABALLO y arcilla en la zona afectada.

  • SEMILLAS DE ALBARICOQUE: 2 mañana y 2 tarde.

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Elisabet, Manresa - Adenocarcinoma pulmón

Mi nombre es Elisabet, tengo 64 años (abril 2019) y vivo en Manresa (Barcelona). Hace alrededor de 2 años me detectaron un adenocarcinoma de 9 cm en el pulmón con ganglios afectados en el mediastino y en la cavidad abdominal y metástasis en el cerebro y en el colon. Era cáncer en estadio IV. El pronóstico no era muy reconfortante: no me daban más de 1 año de vida.

Empecé el tratamiento con quimioterapia. Después de 6 sesiones tuve que dejar el tratamiento, pues me causaba anemia. El tumor había reducido 2 cm. Fue entonces cuando empecé a seguir los consejos del señor Pàmies tomando kalanchoe todos los días, infusiones de la mezcla de: hojas de ortiga, flores de caléndula y flores de milenrama, infusiones de Artemisa annua. También tomaba cápsulas de cúrcuma (500 mg).

Cambié completamente mi alimentación, eliminando los fritos, los productos procesados, las carnes rojas, reduciendo a 2 días por semana la ingesta de carnes blancas o pescado, tomando agua de mar y extracto de cannabis. Pasé a una alimentación alcalinizante.

La metástasis del cerebro desaparició y también las adenopatías. La metástasis del colon se resolvió con cirurgía y me recuperé de la anemia. El tumor primario fue reduciendo de tamaño. En cada tomografía se detectaba una reducción de 1 a 2 cm. hasta que llegó a medir 2,5 cm. En este momento se decidió eliminar lo que quedaba del tumor mediante radioterapia.

Después de más de 2 años de finalizar los tratamientos, el cáncer no se ha vuelto a manifestar. Sigo con la alimentación alcalina, las infusiones , los baños de sal y los productos ecológicos, intentando eliminar al máximo los tóxicos. También sigo tomando kalanchoe, alternándola con infusiones de graviola.

Recomiendo al cien por cien la medicina natural y complementaria, no como sustituta de la convencional, sino como una ayuda muy valiosa que, junto con una dieta correcta, ejercicio físico y una actitud positiva, pueden ayudar a la recuperación e incluso la curación de enfermedades para las cuales la medicina convencional no ofrece resultados definitivos. Estoy convencida de que los consejos de Pàmies y su equipo me han ayudado mucho en este sentido.

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Sofía, Madrid - Linfoma No Hodgkin

Me llamo Sofía, tengo 36 años (enero 2017) y vivo en Madrid. En junio de 2010, con 29 años de edad, me diagnosticaron un Linfoma No Hodgkin de células B, con alto grado de agresividad, y un tumor que los médicos describieron como "enorme, del tamaño de una naranja" en mi pulmón derecho.

La situación era muy grave, eso me dijeron desde el principio. "Estás fatal, tía, vete directa de aquí al hospital, ni pases por tu casa, ya hemos avisado a tu médico" fueron textualmente las primeras palabras que recibí, cuando me hicieron unos rayos-X del pulmón en el ambulatorio, antes de que se supiese aún qué me sucedía exactamente. A mi familia, ya en el hospital, les avisaron de que se preparasen para todo, puesto que yo ingresé un 10 de junio y a ellos les dijeron que yo posiblemente no llegaría a vivir para finales de aquel mes.

Aun así, comenzó a dárseme una quimioterapia que parecía ser muy buena, lo mejor y lo más innovador, para los linfomas de mi tipo, un CHOP-R. Había que esperar a ver cómo reaccionaba aquella quimio en mi cuerpo. De funcionar, las probabilidades de recuperarme podían ser altas, eso dijeron.

Los síntomas que manifesté: Tos persistente desde hacía seis meses (tuve un catarro en Navidades... que yo pensaba no acababa de curarse), sudores profusos nocturnos (hasta tener que cambiar las sábanas por completo tres veces en una noche, pero nunca lo relacioné con la tos, y no sucedía siempre), pérdida de apetito y pérdida de peso, la sensación de una contractura enorme en el omoplato, como si tuviese un puñal clavado todo el tiempo en la espalda. En una ocasión, intenté estirarme en el suelo haciendo unos ejercicios, pero me dio un dolor tan fuerte de repente que tuve que parar de inmediato el ejercicio. Pensé en ir a urgencias aquel día, pero me dolía tanto que no podía moverme. Aquella noche apenas pegué ojo, pero al día siguiente o en algún momento el dolor había cesado o ya no era tan fuerte. Solo fui al médico un día, cuando subiendo una pequeña calle de mi barrio escuché que me silbaba el pecho al respirar. Fui al médico entonces, me habló de hacerme unas pruebas, pero quedamos en que me las haría en unos días, porque yo tenía un pequeño viaje programado para las próximas fechas, así que cuando volviese solicitaría las citas, y mientras tanto me recetó unos inhaladores para el asma. Empecé a usarlos... y a los pocos días acudí de nuevo a mi médico de cabecera porque por tres días seguidos había escupido algo de sangre (cada día un poquito más) al lavarme los dientes, y por más que me revisaba la boca, las encías, no me veía heridas. Fue cuando me remitió al ambulatorio. Y allí la chica joven de rayos X me dijo: Estás fatal...

Durante casi seis meses (la idea era darme la forma de ese tratamiento más agresiva: quimio cada 15 días, pero a veces tenía las defensas tan bajas que se tenía que posponer). Estuve recibiendo los 8 ciclos máximos de esa quimioterapia. Al mismo tiempo, acudía habitualmente a un centro donde me daban reiki, otro grupo de personas a las que no conocía me estuvieron también haciendo reiki a distancia, y un amigo terapeuta comenzó a aplicarme cosas que él había estudiado, kinesiología, terapia de polaridad... me habló de las setas reishi o shiitake, que empecé a tomar, y en algún momento también me remitió a un iridiólogo-homeópata... aunque este me recetó cosas que al final me parece que compré pero ni tomé.

Con la primera quimio que me dieron el linfoma reaccionó y empezó a remitir. Primero de una manera espectacular con lo que empezaron a hablarme de que igual con 6 ciclos de quimio podría ser suficiente. Sin embargo luego decreció más despacio. Y me terminaron dando los 8. Al final de los 8 ciclos el PET seguía dando algo de actividad. Pero no se sabía si la actividad correspondía a tejido cicatricial o a enfermedad activa. La quimio que me habían dado era la mejor, eso decían. Y no se me podía dar más, porque con más me mataban, eso dijeron también. Así que se me dijo que íbamos a esperar a ver qué pasaba, repitiéndome pruebas cada muy poco tiempo.

Las primeras y las segundas pruebas salieron bien. La enfermedad estaba quieta. Y se empezó a hablar de posible remisión en mis informes. Pero en abril de 2011, cuatro meses después de finalizada mi quimio, una de las pruebas PET salió mal. Los índices marcaban una captación SUV máx. de 12,5 (antes 2,7, en el PET anterior) en una zona que afectaba a mi pulmón y mi mediastino. El informe hablaba de alta probabilidad de malignidad. Y aquí empieza la historia que en verdad os vengo a contar...

Se me hizo una broncoscopia. Pero no se alcanzó a confirmar resultados con la broncoscopia. Me dijeron que mi lesión estaba en una zona de muy difícil acceso. Mi caso lo llevaba un equipo médico, que incluía entre otros a una hematóloga, que llevaba mi caso, y algún neumólogo. Me di cuenta de que entre ellos no estaban de acuerdo en cómo proceder ante mi caso. Mi hematóloga solicitaba que se me quitase el pulmón derecho, que se confirmase en laboratorio la malignidad de mi lesión, y una vez confirmado, que se me hiciese un trasplante de médula ósea y se intentase tratar mi caso con una nueva quimioterapia. Ella me explicó que el resto de quimioterapias, estadísticamente, no eran tan efectivas, pero que no se sabía, quizás en mi caso podían funcionar. Los neumólogos opinaban que para ellos la operación no era aconsejable. Era muy arriesgada, la cirugía no es efectiva contra los linfomas. Mi tumor, o mi lesión, afectaban a mi pulmón, a mi mediastino, a mi nervio frénico, al que habían paralizado por lo que la lesión no iba a poder extraerse con una cirugía, y dados los riesgos, para ellos era mucho más recomendable directamente dar quimio sin plantearse más.

Tras 4 meses desde el final de mi quimioterapia, yo ya sentía todos los efectos secundarios en mi cuerpo de ese tratamiento. Entre otras cosas, se me había diagnosticado una enfermedad autoinmune, el lupus, que puede llegar a inflamar cualquier parte de tu cuerpo y ser mortal, y esto como consecuencia de los tratamientos recibidos, los propios médicos lo reconocieron. Además, cómo explicar, la angustia, el pánico, el shock en que te quedas, cuando te dicen que te quieren quitar tu pulmón y que vivas sin él el resto de tu vida. Yo me veía incapaz de afrontar todos esos tratamientos. Si no me mataban los mismos, me iba a morir yo de un simple infarto, del miedo que me daba pensar en todo eso. Intenté que mi hematóloga me explicase por qué la necesidad de operarme, si desde el principio me habían dicho que los linfomas no son operables. Yo quería a toda costa evitar una operación similar. Parece ser que mi doctora estudió mucha medicina, pero olvidó la humanidad por el camino. Y no tuvo paciencia para explicarme. Tu vida en juego, en manos de esa gente, tú, tu familia, sin pegar ojo, a expensas de unos resultados... y esos médicos que no tienen un minuto para darte una explicación. Me negué a operarme, le pedí tiempo, le dije que iba a intentar otras cosas y pedir resultados pasados unos días. La médico me llamó loca. Salí de la consulta avisándole de que iba a solicitar un cambio de médico y ponerle una reclamación, cosa que hice, con lo que me quedé sin médico, y sin explicaciones, en esas fechas... y sin saber los riesgos que asumía, porque no me informó. Los neumólogos, aunque no estaban de acuerdo con operarme, finalmente habían acatado la imposición de mi hematóloga. Ella se negaba a darme más quimio sin previa operación. Yo sentía que no sabían cómo repartirse el muerto los unos a los otros...

Salí de la consulta sin saber qué iba a hacer. Los médicos habían decidido que había que operarme, confirmar los resultados en laboratorio, y hacerme el trasplante y la nueva quimio. Para los neumólogos estaba claro que una operación confirmaría la malignidad, pero bajo su propio punto de vista no la recomendaban. Me dieron unos 15 o 20 días hasta repetirme nuevas pruebas, y se me informó que se me asignaría un nuevo médico. Yo me fui a mi casa en estado de shock, blanca y en alerta, sin saber qué hacer, presa del pánico y también creyendo que había otra solución, otra opción, que tenía que encontrarla. Confiaba en las plantas, no sabía cuál tomaría, tenía que investigar, pero ya había observado para otras dolencias que podían ser mucho más efectivas e inocuas que los fármacos. Y sabía, en lo más profundo de mí, la relación que tiene esta enfermedad con el aspecto emocional, psíquico, vital, energético, relacional, con la toxicidad a veces del entorno y con todas esas emociones que nos permitimos sentir y que no sabemos a veces cómo gestionar. Decidí calmarme, respirar profundo, alejarme de las últimas discusiones familiares que se habían producido y que tanto me afectaban, decidí decirle al Universo que entendía de nuevo su mensaje, que sí, que lo entendía, que había sido un desliz enfrascarme de nuevo en aquellas discusiones, en ese estado. Le pedí al Universo con todo mi corazón que me diese de nueva una oportunidad, le prometí que haría las cosas de otra manera. También asumí que pasaría lo que tuviese que pasar. Y que si era mi hora, alguna vez nos llega, qué triste, pero lo aceptaría en paz. Y decidí meterme en internet en busca de la planta que podría tomar como refuerzo a toda esa comprensión sanadora de las cosas.

Intenté el preparado con Aloe de fray Romano. Licué los ingredientes, lo tomé, lo guardé en la nevera. Pero cuando quise volver a tomarlo... la mezcla había tomado un color negruzco. No supe si se había oxidado, si era normal, si se había dañado. El color era feo, y por miedo, lo dejé de tomar. Descubrí por internet, también,... que en A Coruña tenemos a uno de los mejores equipos médicos de cirugía de pulmón del mundo, que operan con técnicas de cirugía mínimamente invasiva. Solicité una cita con ellos, me atendieron, viéndome dos días. Ellos me indicaron igualmente, que mi situación era muy complicada, mi lesión muy difícil de extraer. Me aconsejaban que se me diese quimio directamente, pero si mi hematóloga se negaba estaban dispuestos a operarme ellos. No podían asegurarme la cirugía mínimamente invasiva, podrían intentarlo, y quizás durante la operación tendrían que abrirme por completo. En A Coruña yo viví de pequeña. Me fui a ver el mar, que siempre me ha sanado. Un mar que me recuerda a mi abuelo, que fue marinero allí. Decidí que de operarme, aquel sería un buen lugar, viendo aquel mar, aquel océano bravío. Que en caso de morir, también allí, sería un buen lugar. Pero aun así, yo no quería operarme. Aunque en todo caso, esta opción me dio tranquilidad.

De vuelta a Madrid, empecé a ver a una terapeuta que me recomendaron. Ella había pasado por un cáncer muy agresivo años atrás. Hablábamos mucho, me hacía reiki, me daba flores, trabajaba con el péndulo, con cuencos tibetanos, me ayudó a resolver uno de mis grandes conflictos vitales, y trabajó aquellos días conmigo intentando hacerme aceptar lo que decían los médicos, convencida de que finalmente yo me tendría que operar...

Un día, entonces... sucedió para mí el milagro. Quedamos una tarde en casa de unos amigos. Mi amiga me preguntó: ¿Cómo estás? En relación a esto del cáncer. Le conté: Los médicos quieren hacerme todo esto, yo he pedido tiempo, pensando en tomar plantas, y aún no sé qué planta puedo tomar. Su novio (cubano) nos escuchaba. Y entonces él me dijo: "A mi padre años atrás le detectaron un cáncer de próstata, le dijeron que le tenían que operar, mi padre le dijo al médico que no se operaba, él conocía el árbol de la guanábana, de hecho tenía uno en su patio y sabía que se utilizaba para curar el cáncer. Empezó a tomar el té de las hojas de la guanábana. Cuando volvió al médico, el cáncer había desaparecido".

Yo no me lo podía creer. Aquello era un testimonio de primera mano, de una persona cercana. No era un testimonio de un desconocido en internet que no sabes ni cómo rastrear. Me quedaban no sé si 7 o 10 días para repetirme las pruebas. Enseguida busqué la planta en forma de extracto en el herbolario. Y empecé a tomar Graviola (Guanábana) 6 cápsulas (500 mg) diarias + Uña de gato 3 cápsulas diarias (antitumoral también, y que regula el sistema inmunitario) + Unas ampollas bebibles que llevaban diversos minerales y vitaminas fundamentalmente y algún componente más. La cuestión era reforzar, fortalecer, el sistema inmune. Porque el cuerpo es capaz de mucho más que las quimioterapias, que se dedican a matar lo que se encuentran por delante.

Cuando volví al médico a por los resultados de mis pruebas, tras el tiempo que me habían dado, tras los 7 o 10 días tomando aquellas plantas, y con el corazón en vilo, el nuevo oncólogo que me vio puso los ojos como platos al verme. Me dijo: "No esperaba verte por aquí". Fue cuando me enteré, a esas alturas, pasados 15 días, me daban por muerta.

Abrimos los resultados de mi PET. La sorpresa fue que tras 7 o 10 días tomando aquellas plantas, más el reiki, más mis conversaciones con el Universo, tras ese tiempo de volver a hacerme consciente de la importancia de la respiración profunda y del sosiego emocional y de tomármelo en serio, porque en ello me iba todo: LA VIDA. La sorpresa fue, que yo solo no estaba muerta a esas alturas sino que la captación en mi PET se había reducido a la mitad. El oncólogo me dijo: "No sé qué estás tomando, pero sigue tomándolo" Yo intenté explicarle: He tomado guanábana y uña de gato, pero ni siquiera me miró, ni apuntó el nombre de las plantas. Seguí tomando las plantas hasta completar los 30 días. Mi enfermedad desapareció por completo. Sin cirugía de pulmón, sin transplante, sin quimio.
No tengo duda, que si me hubiesen operado, alguna célula cancerígena habrían encontrado ahí, que habría justificado toda aquella tortura posterior. En el informe de mi PET, y los distintos neumólogos, tampoco la tenían.

Han pasado casi seis años de todo aquello, desde que en mayo del 2011 se confirmó la remisión espontánea de mi enfermedad. Hace varios años que no he vuelto a pisar el médico y no me hago revisiones. No tengo la menor duda de que hay mil formas mejores, más efectivas y mucho menos dañinas de enfrentarse a un cáncer que someterse a los tratamientos tan agresivos que la medicina occidental propone y que ataca a todo nuestro organismo (lo curioso es que los que hacen estudios en los distintos laboratorios, lo saben de sobra también. Cuando empiezas a revisar estudios en PubMed te das cuenta, cómo uno y otro estudios confirman muchas veces -cuando lo estudian- que la planta es más efectiva que un fármaco concreto). Es estresante de repente darte cuenta de que aquellos en los que confiabas tu salud si algo te pasaba, ya no confías en ellos, en todo este sistema, y ahora depende de ti y de esta increíble naturaleza que nos da todo lo que necesitamos. Por suerte hay apoyos, testimonios, gente, arriesgando mucho, para hacerlo saber. Y lo más difícil, quizás, es creer en uno mismo, no tener miedo, y asumir la responsabilidad de la decisión. Pero yo tengo claro el camino que he tomado. Y ahora sé las emociones y toxicidades vitales que no me puedo permitir y que claramente estuvieron ligadas a la manifestación de mi enfermedad, sé los alimentos y varias de las plantas a los que puedo recurrir en un momento dado. No me permito relaciones tóxicas. El cáncer vino a despertarme para decirme: Ámate, ama la vida, cada segundo, agradece el presente, lo único que existe, este ahora, este cielo, este sol, no albergues victimismos ni emociones destructivas que solo te dañan a ti, despréndete, de todo lo que te hace daño, no te apegues, vive tu vida, toma tu poder, tienes derecho, exprésate, sé, y siéntete conectado a todo lo demás, porque todo es uno, y no te atormentes con tu psique, deja que te guíe el corazón y acalla esa mente que a veces tanto te daña, y esas voces en tu mente que no son tuyas y que te están destrozando, las de aquellos que te hirieron con sus palabras. Tantas cosas se aprenden con un cáncer. Esas, básicamente, son las formas en que sostengo mi salud. Puntualmente, si he manifestado algún síntoma (ganglios inflamados, etc) en alguna ocasión, breve, he tomado plantas otra vez. Es lo único que hago. Eso... y saber, que si mi vida emocional está "tranquila", mi vida celular, sin duda, lo estará también.

Confiad en el Universo, Sentíos, Amaos, Amad la vida, Todo está bien.

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Ramón, Lérida - Nódulos en pulmón

Me llamo Ramón, tengo 51 años (enero 2017) y vivo en Lérida. La historia de mi amigo Joaquín (fumador de 2 paquetes / día) y de 43 años de edad, comienza en agosto de 2013 cuando, tras días de fiebres nocturnas (hasta 40º) tratadas con potentes antibióticos, se le declara una disfagia (no puede comer sólidos). A los 10 días y 7 kg menos le hacen un TAC (04/10/13) donde encuentran varios nódulos (más o menos de 1 cm) junto a la arteria aorta, otro en la tráquea y otro en el pulmón izquierdo de 0,7 cm, muy sospechosos. Él es extranjero y, para conservar el trabajo pide el alta y, sin recetarle medicación por petición propia, le programan otro TAC pasadas las Navidades (07/01/14), para ver “si han crecido o están igual”.

Aterrados, él y su mujer me llaman y esa misma tarde, estábamos en la Dulce revolución. Allí hablamos con Josep Pàmies y se tranquilizaron mucho. Decidieron empezar con todo lo que les dijo esa misma noche (16/10/13).

Él tomó durante dos meses y medio los siguientes suplementos:

  1. MMS: 6 gotas en un vaso de agua. Tres tomas al día separadas de las comidas (total 18 gotas al día).
  2. Infusiones de Preparado de hierbas para el cáncer (ortiga + caléndula + milenrama + galio) + stevia para endulzar la infusión. La cantidad de 1,5 litros de agua con dos cucharadas soperas de preparado, para ir bebiendo durante el día. Él se llevaba la infusión a trabajar.
  3. Kalanchoe: 3 trozos de hoja al día, del tamaño de una tarjeta de crédito, en las comidas.
  4. Magnesio: complemento alimenticio. 1 dosis recomendad al día en zumos o infusiones.
  5. Dieta alcalina estricta, sin azúcares, lácteos, refinados, carnes….
  6. Extracto concentrado de Cannabis: 5 gotas al día para ir a dormir
  7. Miel con Canela (1:1). Una cucharadita al día salivando bien.

Gracias a su mujer que le preparaba todo, siguió estrictamente todas las tomas. Al segundo día ya pudo ingerir sólidos y a la semana se encontraba muy recuperado. Redujo el tabaco a 1/2 paquete al día.

Al cabo de los 2 meses y medio le hacen el TAC que tenía programado (07/01/14) y en la visita para conocer los resultados (10/01/14), el médico se pensaba que el nombre del paciente de las imágenes del TAC estaba equivocado, porque todos los nódulos habían desaparecido!! Incluso hizo entrar a dos colegas para que vieran las imágenes, muy sorprendidos preguntaron varias veces si había tomado algún medicamento, cosa que él negó.

Él no dijo nada de lo que había tomado durante estos dos meses por miedo a perder el derecho de futuros análisis…, yo sé cómo funciona la sanidad pública oncológica, cuando no quieres hacer lo que marcan los protocolos, te dejan en la calle, y lo digo por experiencia propia.

Él expresa que los efectos secundarios de todo lo que ha tomado durante estos meses son: dormir como un tronco y despertarse con hambre. Ha recuperado los 10 kg. que perdió y dice que respira mucho mejor. Hay que decir que él, en todo momento, creyó que todo lo que estaba tomando le funcionaba.

No tenemos pruebas de que los nódulos fueran malignos, pero creo sinceramente que el hecho de no empezar enseguida con dolorosas biopsias, agresivas quimios, radios y dar una oportunidad a terapias alternativas y cambios de hábitos, le han salvado la vida.

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Ramón, Lérida - Tumor pulmonar

Me llamo Ramón, tengo 51 años (enero 2017) y vivo en Lérida.

La historia de Mº Rosa, madre de un compañero de trabajo, de 49 años, (fumadora de paquete y medio de tabaco) empieza a finales de primavera de 2016. Tras varias semanas con tos persistente y dolor pectoral, acuden al médico.

18 de Junio: 1er TAC.
25 de Julio: Visita para conocer los resultados. Le dicen haber visto una mancha en el pulmón y le programan un PET-TAC con más definición.
29 de Julio: 2º PET-TAC. Le diagnostican un tumor de 22 mm en el pulmón. Le programan una broncoscopia y una biopsia para determinar si es maligno o no.
10 de Agosto: Le hacen la broncoscopia, pero como la mayoría de médicos estaban de vacaciones, ese día suspendieron la biopsia. La citan para comienzos de septiembre para hacerle la biopsia.
14 de Agosto: Ese día me cuentan la historia y, por la tarde, ya estábamos en la Dulce Revolución hablando con Josep Pàmies. La tranquilizó y esa misma noche empezó a tomar:

  • CDS (Dióxido de cloro): Cuatro tomas al día de 6 gotas (24 al día).
  • Extracto concentrado de Cannabis: 4 o 5 gotas al acostarse
  • Kalanchoe: 3 hojas al día con las comidas
  • Dieta alcalina estricta, sin lácteos, sin azúcares, sin refinados,…
  • Infusiones de preparado de hierbas para el cáncer (ortiga + caléndula + milenrama + galio) + stevia para endulzar la infusión. La cantidad de 1,5 litros de agua con dos cucharadas soperas de preparado, para ir bebiendo durante el día.

1 de Septiembre: Le hacen un 3er TAC para localizar el tumor y para biopsiarlo. Suspenden la biopsia porque el tumor había REDUCIDO A LA MITAD (de 22mm. a 11mm. Llevaba 16 días de tratamiento alternativo). La doctora no se explicaba la reducción y le preguntó si estaba tomando algún medicamento o algo complementario, cosa que ella negó. La citaron a principios de octubre para seguir la evolución.
5 de Octubre: Le hacen un 4º TAC.
24 de Octubre: Resultados EL TUMOR HA DESAPARECIDO “solo se ve una pequeña cicatriz”.

Hasta el día de hoy Mª Rosa está muy bien.

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María Laura, Argentina - Cáncer de pulmón

Soy María Laura Sabatier. Tengo 57 (2016) años y vivo en Rosario, Rep. Argentina.

En agosto de 2009 hice una consulta médica por tos y dificultad al respirar. Se me diagnosticó una neumonía, pero al clínico se le ocurrió indicar una TAC (digo que se le ocurrió porque fue cuando ya me estaba retirando). Gracias a eso se detectó un pequeño nódulo pulmonar. En setiembre me hicieron una lobectomía (quitaron medio pulmón izq.) y resultó ser un adenocarcinoma. Me dijeron que había buen pronóstico, dado lo precoz del hallazgo. No me indicaron ningún tipo de tratamiento, sólo controles periódicos (TAC, análisis y examen clínico) que cumplí al pie de la letra.

No obstante, a fines de 2011 comencé a sentir una molestia en el brazo izquierdo. Pensando que podría ser algo circulatorio, consulté y me indicaron una ecografía. En síntesis: una extraña metástasis de partes blandas, o musculoesquelética. Cirugía, 4 ciclos de quimioterapia (8 aplicaciones) y 30 aplicaciones de rayos. La nueva biopsia nos dio una sorpresa: no era un cáncer sino dos en uno. Adenocarcinoma más cáncer de células neuroendocrinas. (grandes y pequeñas). NO hace falta que les diga que el panorama ya no era tan alentador. Es más, recientemente me jubilaron por invalidez, por enfermedad terminal (yo lo quise así, mi trabajo era sumamente estresante).

Todo el tratamiento concluyó en mayo de 2012. En ese momento decidí concurrir a la Fundación Salud, ubicada en provincia de Buenos Aires, dirigida por Stella Maris Maruso (Uds. la mencionan). Hice el Programa Avanzado de Recuperación y Apoyo (P.A.R.A.) que es una especie de "curso" de una semana, luego del cual me entregaron un plan de salud personalizado. Es difícil de explicar en pocas palabras, pero pueden obtener información en la web.

Allí me enseñaron diversas técnicas para trabajar con las emociones, me dieron herramientas para mejorar mi sistema inmune y también trabajar el plano espiritual, que aún hoy sigo aplicando cada día.

A eso le agregué un cambio en mi alimentación, no demasiado riguroso, pero tratando de alcalinizar. Disminuí la ingesta de carnes, harinas y azúcar refinada, aumenté frutas y verduras, agregué frutos secos, etc. Pero no eliminé totalmente la carne ni azúcar ni harinas, ya que me resultaba demasiado estresante.

Además, hago un tratamiento con un médico antroposófico. Me va dando algunas medicinas naturales según necesidad, pero específicamente para el cáncer me indica inyecciones de viscum album (extracto de muérdago). En este momento, hago un ciclo por año, pero antes fueron más, ya no recuerdo.

Tomé en algún momento una mezcla depurativa y también aloe vera con miel y alcohol.

Me interesó lo de las kalanchoe, ya que el riesgo sigue en pie, por eso me comuniqué con Uds.

Ya conseguí algunas semillitas, hoy mismo las plantaré.

Mi salud actual es extraordinaria. Diría que mejor que antes de enfermarme. Debo mi salud a estas personas que estuvieron cerca, sobre todo a la que me ayudó en el curso que hice. También me ayudaron sus libros. Estoy a su disposición por cualquier inquietud y les agradezco enormemente su atención.

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Antonio - Cáncer de Pulmón

Queremos compartir nuestra experiencia con todos aquellos interesados en la curación de un cáncer.

JULIO 2013: Unos síntomas de confusión aguda en nuestro padre (71 años) hacen que vayamos a urgencias. Allí se diagnostican claros síntomas de cáncer originados por el consumo excesivo del tabaco. Tras los análisis y pruebas, el diagnóstico es claro: Cáncer matriz de 3 cm en el pulmón izquierdo en fase de Estadio 4/Irreversible. Metástasis en la glándula suprarrenal izquierda y en el hemisferio cerebral izquierdo (3cm), que es el que  provocaba los efectos más palpables de su atrofia motriz, incontinencia urinaria y pérdida del habla y entendimiento entre otros.

AGOSTO – OCTUBRE 2013: Se le realiza una radio-cirugía de 20 minutos en el cerebro que, con éxito, provoca la quemadura del tumor. Se detectan nuevas lesiones en huesos. En estos momentos seguía una medicación a base de corticoides. Posteriormente se extrae en una operación la metástasis suprarrenal con éxito y empiezan las sesiones de quimioterapia cada 21 días.

VERANO 2014: Nuestro padre ya no hace vida normal, totalmente dependiente de terceros y con claros síntomas de desmejoramiento físico y  psíquico. Pérdida de reflejos, psico-motriz e ilusión. Por primera vez dice "no quiero comer".

OCTUBRE – DICIEMBRE 2014: Se decide eliminar el tratamiento de quimioterapia porque no hay mejoría de ningún tipo en el tumor y se decide hacer una pausa antes de comenzar otras sesiones con un medicamento diferente para las quimioterapias... paliativas. Físicamente desgastado, moralmente bajo y con la necesidad de ir siempre bajo los efectos del corticoide que le anulan la personalidad, nuestro padre más que vivir, subsiste a la espera de... no sabemos qué.

ENERO 2015: Visitamos la Dolça Revolució en Balaguer y escuchamos la experiencia de terceros con resultados increíbles. Allí se nos sugiere una dieta alcalina (nada de azúcar ni sal, todo integral, nada de carne roja. Sí estevia, carne blanca, un poco de vino tinto y pescado blanco) y baños de sal cada dos días (solo de pies ya que no tenemos bañera).

Durante todos estos meses de tratamiento mi padre ha estado tomando ininterrumpidamente:

A diario:
1- Un macerado de ACEITE DE OLIVA + MARIHUANA: 12 GOTAS AL DÍA (4 después de cada comida) que sustituyen a la perfección los corticoides y sin dejarle efectos secundarios ni el cuerpo hinchado.
2- KALANCHOE 80GR AL DÍA Y unos 30 gr ALOE VERA crudos en una ensalada.
3- Dos pastillas de Omega3
 
Durante un mes natural, alternábamos:
- Durante 10 días, 2 vasos de infusión de ARTEMISA (3/4 de cuchara sopera) + MUÉRDAGO  (1/2 cuchara sopera)
-Durante 20 días, 1litro de infusión de ortiga + caléndula + milenrama (3/4 de cuchara sopera) +  MUÉRDAGO (1/2 cuchara sopera)
 
FEB/MAR/ABR 2015: Desde la primera semana el color de la piel, las ganas de comer y la vitalidad aumentan. ¡¡¡La marihuana+aceite de oliva sustituye a los corticoides... y sin efectos secundarios!!!! Va desapareciendo lógicamente, la hinchazón en su cara y cuerpo. La dieta alcalina junto a las infusiones y el kalanchoe actúan milagrosamente, mejor dicho, naturalmente.

MAYO 2015: Los doctores NO DAN CRÉDITO a lo que ven. Las metástasis óseas se han calcificado. De hecho, antes controlaban el tumor con radiografías y ahora necesitarán PET y TAC para poder hacer seguimiento. La mancha del cerebro ha disminuido un 55% y no saben dar una respuesta. A todo esto, nuestro padre hace ejercicio diario, come con normalidad y sus reflejos mentales están a un 90% como antes de la enfermedad. Nos dan una nueva revisión ¡¡para finales de septiembre!! De revisiones quincenales a revisiones cada 16 semanas.

29 SEPTIEMBRE 2015: Tras la resonancia magnética y TAC pertinentes se observa que ¡¡las lesiones han cicatrizado!! y los doctores comentan que cabe la posibilidad de que se cure totalmente, los mismos que lo desahuciaban 11 meses antes. La lesión cerebral es a día de hoy una cicatriz y la pulmonar también.

Hasta diciembre 2015 mantendremos el mismo tratamiento. A partir de enero tomará lo mismo pero con dosis menores.

Estos son los hechos detallados cronológicamente del caso de nuestro padre. Estamos convencidos de que se han sumado varios factores: Amor, genética, intervención de la medicina tradicional y la dieta + los consejos de Dolça Revolució y su excelente equipo.

También estamos seguros que se podrían reducir sufrimientos, gastos y malos momentos si poseyéramos la información que ustedes proporcionan y que es eclipsada por el sistema médico-capitalista. Es por esto que queremos hacer este testimonio y hacer el desierto menos grande con nuestras predicaciones.

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Marta, Ponferrada - Cáncer de pulmón

Me llamo Marta y vivo en Ponferrada, en el Bierzo, y quiero compartir el caso de mi marido. Hace un año (2011) tuvo un cáncer de pulmón, con un tumor de 9 centímetros de extensión y con 5 metástasis en la pleura intercostal. Esta situación hacía inútil la cirugía porque la pleura no se opera. Le dieron quimioterapia muy fuerte. Mientras, yo me documenté cómo lo podía ayudar con plantas y le di hojas de graviola que me las mandaba una conocida desde Brasil. También le di aloe vera y unos batidos con limón, miel y perejil.

A los tres ciclos de quimio, junto con las plantas y los batidos, le hicieron una resonancia y el tumor se había reducido de 9 cm a 0,5 cm. Lo más impresionante es que la metástasis en la pleura se había curado. Ahora está perfectamente. No puedo decir que la quimio no actuase, pero tengo la convicción de que la graviola hizo la curación; es más, la pleura es casi imposible que se cure con quimio y fue espectacular. Los médicos estaban muy sorprendidos.

Los detalles del tratamiento son los siguientes:

La graviola se la tomaba en cápsulas. Le daba una dosis diaria de 1.200mg que es la máxima recomendada, pero es que nuestro caso era muy grave. La dosis mínima es de 600 mg al día. La tomó 3 meses a diario, la primera toma por la mañana en ayunas y la segunda a media tarde, a poder ser con el estómago vacío y media hora antes de comer, así el organismo la absorbe mejor.

Además de la graviola le di aloe vera preparada como sigue: Se seleccionan dos hojas grandes o tres más pequeñas de aloe, se lavan, se les quitan las púas de alrededor y se trituran con la batidora. A este batido se añade medio kilo de miel (mejor que no sea industrial) y 4-5 cucharadas soperas de aguardiente, coñac u otro licor. Este preparado se guarda en un tarro de cristal tapado y en un sitio fresco que no le dé la luz (puede ser en la nevera). Se toma una cuchara sopera en ayunas y una media hora antes de cada comida, hasta finalizar el preparado. Si se quiere repetir hay que descansar diez días antes de volver a tomarlo. Para sucesivas tomas hay que esperar 6 meses. Se puede tomar aunque no se tenga ninguna patología, está muy rica.

En cuanto a los batidos, se los daba cuando no estaba tomando el aloe, pero se puede tomar a la par una con la otra. Se prepara así: Se licua o se bate (yo lo batía) una hoja entera de apio fresco (el tallo y las hojas) junto con 4 ramitas de perejil, medio zumo de limón y 1 cucharada sopera de miel. Este batido se puede tomar en ayunas el tiempo que uno quiera.

He comentado que la graviola me la mandaba una amiga desde Brasil. Aquí no se conoce esta planta y si se pide en la farmacia lo que te dan es extracto de la fruta, que es parecida a la chirimoya blanca. El polvo de las cápsulas es blanco y en las que me mandaba mi amiga del Brasil es verde, del color de la hoja. De hecho lo que cura es una sustancia que se llama acetogenina, que es lo que se usa en la quimio, solo que en estas hojas es natural y no daña a las células sanas, mientras que en la quimio se ataca a las células enfermas y a las sanas. De ahí el gran deterioro físico. Resulta que la mayor concentración de acetoninas está en las hojas de la graviola. En su fruto también hay, pero en mucha menos cantidad. Es muy conveniente tomar graviola con cualquier tratamiento médico que se esté tomando y, por supuesto, con la radio o la quimioterapia. La graviola no tiene ningún efecto secundario, ni ninguna incompatibilidad.

Otra cosa interesante de comentar es que hubo un premio nobel que ya dijo que a la industria farmacéutica no le interesa que sanemos. Y es que en un cuerpo hay dos estados, uno es el ácido y el otro el alcalino y deberíamos tener siempre una alcalinidad alrededor de 7,4 aproximadamente, ya que es el estado ideal para no enfermar. Este premio nobel descubrió que las células cancerígenas solo proliferan en un organismo ácido, no alcalino. Uno mismo puede saber a diario su estado. Hay unas tiras de papel en las farmacias que en contacto con la saliva, y según el color que coge, te dice si estás en estado más alcalino o más ácido. La forma de controlar este estado es a través de la alimentación. Casi siempre se está más ácido que alcalino y la acidez es el terreno de cultivo ideal para las enfermedades.

Un cordial saludo.

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Ferrán - Cáncer de pulmón

La historia de mi amigo (fumador de 2 paquetes/día) empieza en agosto de 2013. Después de días de fiebres nocturnas de hasta 40º, que fueron tratadas con potentes antibióticos, se le declara una disfagia (mucha dificultad para tragar sólidos). A los 10 días y 7 kg menos le hacen un TAC (4/10/13) y detectan varios nódulos sospechosos de 1 cm junto a la aorta, la tráquea y uno en el pulmón izquierdo de 0,7 cm. Para conservar el trabajo, puesto que es extranjero, mi amigo pidió el alta y, sin recetarle ninguna medicación, le programaron otro TAC para dentro de dos meses, "para ver si se hacen más grandes o se quedan igual...", le dijeron.

A partir del 16/10/13 inician el siguiente tratamiento alternativo:

1º- MMS: 3 gotas por la mañana, a mediodía y por la noche, 1/2 hora después de comer. Un total de 9 al día durante 2 meses. Lo tomaba mezclado con un vaso de agua.
2º- Preparado de hierbas para el cáncer: ortiga + calèndula + milenrama + galio (+ estevia para endulzar). Se preparaba 1,5 litros para ir bebiendo durado el día. Se lo llevaba a trabajar.
3º- Kalanchoe: 3 trocitos de hoja, la medida de una tarjeta de crédito, en las tres comidas del día (unos 30gr./día)
4º- Magnesio: como complemento alimentario, 1 cucharada al día en zumos o infusiones.
5º -Dieta alcalina, sin azúcares, sin leches...
6º- Extracto concentrado de Cannabis Indica (tipo Rick Simpson): 5 gotas al día para ir a dormir.
7º -Miel con canela (1:1). Una cucharadita al día salivándola bien. Se hace una mezcla a partes iguales de miel y canela en un potecito de vidrio y se toma como un caramelo, es decir, que no se tiene que tragar enseguida.

El extracto del aceite de cannabis tipo Rick Simpson se hace de la siguiente manera:

1- A 100 gr. de cogollos de cannabis Indica, en un bote grande de vidrio con tapa, se añade 1 litro de alcohol alimentario de 96º y se deja macerar durando varías semanas, mezclándolo de vez en cuando.
2- Se cuela la maceració con filtros de papel (tipo "melitta") y en una olla grande se calienta la mezcla a fuego muy lento durante unas 3 o 4 horas. Es muy importante hacerlo con vitrocerámica y ventilar muy bien porque HAY RIESGO DE EXPLOSIÓN por la acumulación del gas. Se deja que se vaya evaporando el alcohol hasta que el litro inicial se reduce a unos 100 cl. (1/10 parte) o menos. Rick Simpson todavía reduce más la mezcla haciendo evaporar por completo el alcohol, pero es mejor que no quede tan espeso porque es más fácil de dosificar.
3- El aceite resultante se pone en potecitos con dosificadores de goteo (30 cl.). Por cada 100 gr. de cannabis salen unos 3 o 4 potecitos.

Mi amigo durante dos meses tomó 1 potecito entero de aceite (equivale a unos 30 gr. de cogollos) en tomas de 5 o 6 gotas cada noche.

Al segundo día de este tratamiento completo ya pudo ingerir sólidos y a la semana se encontraba muy recuperado, a pesar de no dejar de fumar (redujo a 1/2 paquete al día).

Al cabo de poco más de 2 meses (07/01/14) le hicieron el TAC que tenía programado y en la visita para conocer los resultados (10/01/14), el médico, al abrir las imágenes en el ordenador, exclamó: "me parece que me he equivocado de paciente, aquí no hay nada....anda, pues no, no me he equivocado,no....pero cómo que no hay nada!!". Incluso hizo entrar a dos colegas para que se lo miraran... nada de nada. "¿...y no le has recetado ningun medicamento?", le preguntaba uno al otro. Él no dijo nada de lo que había tomado durante estos dos meses por miedo a perde su derecho a futuros análisis.

Según dice mi amigo, los efectos secundarios de todo lo que ha tomado durante estos dos meses son: dormir como un tronco y despertarse con hambre de lobo. Ha recuperado los 10 kg. que perdió y dice que respira mucho mejor; incluso, me decía entre risas, se le había despertado el deseo sexual. Se tiene que decir que él, en todo momento, creyó que todo aquello que se tomaba le funcionaba.

Es cierto que no tenemos pruebas de que los nódulos fueran malignos, pero creo sinceramente que el hecho de dar una oportunidad a terapias alternativas y cambios de hábitos, le han salvado la vida.

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