
L
Lun
|
M
Mar
|
X
Mié
|
J
Jue
|
V
Vie
|
S
Sáb
|
D
Dom
|
---|---|---|---|---|---|---|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
2 eventos,
![]() |
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
2 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
||
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
0 eventos,
|
Si valoramos el hecho de que las tres o cinco comidas al día que nos estamos tomando son una costumbre adquirida desde hace unas pocas décadas y que la media de la población estamos con sobrepeso, podemos deducir que no es necesario comer tantas veces diariamente.
Aparte del descanso reparador que vamos a ofrecer al aparato digestivo y la desintoxicación del cuerpo, los ayunos intermitentes nos permiten obtener más concentración en el trabajo y además regular el peso. Se trata de saltarnos una de las comidas sin que ello suponga pasar hambre ni someterse a ninguna dieta. Los primeros días podemos sustituir el ágape por un caldo vegetal, zumo de fruta o infusión, y más adelante simplemente beber agua.
Si nos saltamos el desayuno los beneficios están en el rendimiento laboral y si evitamos la cena los encontraremos en un mejor descanso.