En las últimas semanas, he tenido noticias del nacimiento de dos criaturas libres. Ambos partos han sido naturales, en el hogar y asistidos por sus padres.
Tal como Jesús García Blanca ha explicado en varias de sus conferencias, basándose en el trabajo de Wilhelm Reich, los embarazos y partos medicalizados, junto con la separación madre/criatura, contribuyen a la creación de los llamados "ciudadanos obedientes".
Según Reich, cada sociedad fabrica la estructura de carácter necesaria para que sirva a sus fines de poder, es decir, la sociedad fabrica ciudadanos obedientes.
Uno de los descubrimientos de Reich, es la llamada "coraza caractereológica", que consiste en que cuando una criatura viene al mundo y sus deseos instintivos chocan con el mundo exterior, va endureciéndose con cada pequeño trauma y va creando una coraza que es protectora, pero que al mismo tiempo le impide comunicarse con los demás y consigo mismo.
Para Reich, la solución es prevenir la formación de la coraza desde el principio, preocupándose de cómo es el embarazo, el parto, la crianza y la educación. Si se respetan los deseos y los impulsos instintivos de las criaturas desde el principio, no tiene lugar ese choque, no hay frustración y por tanto, no se da la formación de la coraza. Para ello, hay que respetar la autorregulación de las criaturas y de esta manera, serán ciudadanos libres y no obedientes. De ahí la importancia del parto natural, el respeto del vínculo madre/criatura y la crianza basada en la autorregulación.
Hoy día la gran mayoría de mujeres paren en hospitales, perpetuando así la fabricación de "ciudadanos obedientes" que da lugar a una sociedad neurótica introduciéndose aquí otro descubrimiento/concepto de Reich: " la plaga emocional", que no es ni más ni menos, que esa sociedad neurótica que obedece todas las órdenes de la autoridad, incluyendo las que van contra su salud y sus derechos fundamentales y que actúan de forma agresiva y con odio, contra los que no obedecemos.
La única manera de romper este círculo vicioso es promoviendo el embarazo y parto natural, la lactancia materna, la criatura pegada a su madre al menos los dos primeros años de vida (Reich denomina a los bebés en estos dos primeros años "fetos extrauterinos") y la autorregulación.
De esta forma, seremos capaces de crear una sociedad libre, donde los niños libres se conviertan en adultos libres.
Es importante informar a los futuros padres y madres, de todo esto.
Es un error pensar que las criaturas son adoctrinadas en la escuela. La escuela, por supuesto, es otra herramienta que cumple su función, pero hay que ir al comienzo. No puede ser que sea un señor desconocido de bata blanca quien decida cuando tiene que venir al mundo una criatura. El parto, lo desencadena el bebé, no un médico. Respetar eso, es respetar la vida. No puede ser que un pediatra diga que al bebé hay que dejarlo llorar en la cuna o hay que darle biberón para reforzar la alimentación o hay que no cogerlo en brazos porque se acostumbra….La criatura decide cuando necesita la teta de su madre, cuando tiene hambre y cuando no, cuando necesita estar abrazado y cuando quiere gatear en el suelo, cuando tiene sueño y cuando no, cuando necesita asearse y cuando no….solo hay que acompañarle y respetar sus ritmos. Sólo así serán niños y niñas libres y con la suficiente capacidad crítica como para replantearse todas aquellas mentiras que sustentan el sistema y no caer en ellas.
Por todo esto, Jesús García viene insistiendo desde el comienzo de esta última falsa pandemia, que no podemos centrar la clave en premisas médicas y científicas solamente, la clave es analizarlo desde un punto de vista social y político y entender que la sociedad está fabricada para que triunfen todas las mentiras que sustentan el poder.
Mi enhorabuena a todos esos padres y madres, que pese a tanta presión a través del miedo, deciden ir por el camino de lo natural y de la libertad.
Charo García Blanca
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