Mi nombre es Antonio, tengo 62 años (noviembre 2020) y vivo en Benimaclet (Valencia). Rosa, mi mujer, cuando tenía 43 años (septiembre 2015) fue diagnosticada con piedras en la vesícula. Pudimos evitar la intervención quirúrgica gracias a las plantas naturales. El diagnóstico fue en septiembre. Estuvo en lista de espera y la llamaron para noviembre, pero no acudió. Desde el diagnóstico comenzó a tomar la mezcla de: cola de caballo, rompepiedras, vaina de judía y estigma de maíz. Se tomaba 1 litro diario. Los primeros 15 días notó que tenía dificultad para orinar, decía que era una molestia como cuando tienes infección de orina. En abril de 2016, seis meses después, le hicieron una ecografía en Madrid y le dijeron textualmente: “Está usted limpia”. No dábamos crédito y deducimos que las molestias al orinar, que iban y venían, se debían a que estaba expulsando las piedras en forma de arenilla.
Desde entonces no ha vuelto a tener molestias. Aun así, lo toma de vez en cuando para prevenir. Fue efectivo al 100%.