Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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Mi nombre es Diana Irma, tengo 64 años (agosto 2024) y vivo en San Martín de los Andes, Argentina. El 7 de enero de este año me diagnosticaron un Herpes Zóster Severo (culebrilla).
Me salió una erupción que creí que era la reacción a un antibiótico que estaba tomando. Aparecieron ampollas gigantes, urticantes, punzantes y dolor muscular. La zona afectada era la mama desde el esternón, bajo axila y bajo omóplato hasta la nuca. Imposibilidad de moverme y mover dedos de mano derecha. Hoy, 8 meses después, sigo teniendo marcas en la piel y sequedad.
Mientras buscaba qué hacer, tomé medicación convencional y me dieron la baja laboral. La medicación me hacía dormir todo el día, pero el dolor seguía. La dejé de tomar a los 4 días de empezar.
Me diseñé un tratamiento con limpieza de hígado (protocolo Dra. Clark) con Lisina, 8000 mg diarios en 4 tomas y té de cayena -1 cucharadita de té repartida en 4 tomas-, con zumo de limón y miel en agua tibia. Tintura de nogal negro, Tintura de artemisa, yodo lugol al 10 %. Dieta de verduras y frutas crudas, ayunos de 16 horas y zumo de zanahoria, naranja y manzana. Kitchari (arroz basmati con mezcla de verduras y especias). Me aficioné al mate de ajenjo puro con un poquito de miel. Caldos de verdura con harina de garbanzos. Nada de azúcar, nada de harinas ni féculas. Leche dorada ayurvédica y homeopatía. Trabajo personal y yoga, meditación y decodificación emocional.
En marzo conseguí MMS a través de una amiga y esto mejoró todo el cuadro del día a la noche. Me puse también compresas de agua fría.
Cambié muchas cosas en mí: solté mucha ira, resentimiento, tristeza y frustración. Durante 2 años me habían diagnosticado neuralgias, pero ya no he tenido más (excepto un picor que surge con alguna situación emocional).
Continúo usando ajenjo. No tuve ningún efecto secundario pernicioso, por el contrario, toda la terapia que me hice -inaudible para los médicos alópatas que me trataron y revisaron-, mejoró mi calidad de vida en general porque cambió mi carácter, mi cuerpo y eliminé multitud de parásitos en la primera semana de tratamiento.
Por norma, suelo hacer limpiezas de hígado desde hace 25 años y la recomiendo 2 veces al año si no hay cuadros graves. Tengo vesícula y apéndice sanos. No como carne porque no digiero la proteína animal desde niña, aunque a veces tomo pescado (atún) en ensaladas.
Se me fue una pesadez que no notaba que llevaba conmigo hasta que me liberé paulatinamente de ella.
A fecha de hoy no tomo ninguna medicación alopática. Sigo tomando MMS, infusiones de ajenjo, té de cúrcuma y jengibre con limón y miel, compota de manzana entera con canela, clavo y limón licuado todo con semillas reforzado con ácido málico para eliminar glifosatos; spirulina o chlorella para eliminar mercurio; bórax -pizca en medio vasito de agua 1 vez/semana-, para eliminar otros compuestos químicos, aminoácidos esenciales y, como me sirvo de la homeopatía, tengo mi botiquín para corregir algunas cosas que aparecen. Tomo también Flores de Bach desde el año 90. Y sobre todo, disciplina y consciencia de que mi cuerpo es el envase que me permite aprender en esta vida. Es necesario confiar en nuestro poder de sanación para activar la capacidad regenerativa de nuestro cuerpo; perdonarnos porque hemos venido a aprender, observarnos, corregirnos sin juzgarnos y estar atentos a los avisos del cuerpo. Cuidar nuestra alimentación física, mental, emocional y espiritual aprendiendo de estos "bajones" para no repetirlos.