Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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He utilizado cataplasmas de Kalanchoe dagreimontiana para los cánceres de piel de mi abuelo que tiene 98 años (2013) y, aunque le vuelven a salir, favorece que caigan las ulceraciones y le dejan la piel sana.
La aplicación de las cataplasmas es el punto más complicado. Un especialista del ambulatorio local que le venía a curar una ulceración en el talón dos veces a la semana nos facilitaba unos apósitos especiales. Cuando no hay herida le ponemos la hoja de kalanchoe picada en un mortero, si no, empapamos una gasa con el zumo de la planta y se lo ponemos. Idealmente le sustituimos la cataplasma dos veces a la semana, pero cuando no teníamos suficientes plantas espaciamos el tratamiento, a pesar de que siempre lleva los apósitos puestos.
Con este tratamiento hay que esperar un mes para que caigan, lo que llamamos los “medallones”. Ahora le ponemos unos apósitos que se llaman 'Allevyn adhesive', de 17.5x17.5, que recortamos a medida y le ponemos en las piernas y al pecho, que son los más graves, a pesar de que también tiene en la cara y brazos.
Recuerdo que una vez el especialista se quedó impresionado porque de una semana a otra se notó mucho el cambio. Uno de los apósitos que llevaba en la pierna era enorme, de unos 17x8 cm, casi negro, y había cambiado de color, como si se hubiera reabsorbido.
Las ulceraciones vuelven a aparecer, es como que siempre van saliendo, pero yo diría que tardan más en desarrollarse. En los momentos en que le aplicábamos con más intensidad y frecuencia sí que recuerdo que a temporadas tenía la piel casi del todo sana, el problema es que el tratamiento no es regular (no llegamos a todo...).
Espero que pueda ser útil esta información.