Mi nombre es Pere, tengo 71 años (octubre 2017) y vivo en Reus (Tarragona). El año pasado me encontré con el caso de una amiga de la familia, de unos ochenta años, que tenía cálculos en la vesícula biliar. Ya hacía unos años que había sufrido un cólico y ahora volvía a notar síntomas. Y efectivamente, el médico al hacerle una ecografía, le dijo que tenía unos cuántos y la puso en lista de espera para una intervención de urgencia. Como no le hacía ninguna gracia operarse y perder la vesícula, me preguntó por la Limpieza Hepática del Dr. Moritz. Al repasar la información este método fue descartado en seguida, ya que no es adecuado para personas mayores.
Entonces pensé que si sus cálculos eran de oxalato de cal (la mayoría de los casos lo son) y si el Lepidium latifolium (rompepiedras) consigue llegar a la vesícula, esta hierba podría ser la solución. Aceptó enseguida la propuesta y entonces me informó que estaba tomando, recetado por el médico, un medicamento para los cálculos, al comprobar el prospecto se vio que no había ningún peligro de interferencia con la hierba y que este producto solo es eficaz si los cálculos no son visibles por radiografía (no están calcificados). En la herboristería encontró Lepidium latifolium concentrado en gotas (hay varias marcas y cada una ya indica la dosis adecuada a su concentración) e inició a continuación el tratamiento, que siguió durante 7 días (sólo se pueden tomar de 7 a 9 días seguidos y suelen ser suficientes).
En el último día tuvo el susto de notar molestias en la vesícula, pero pronto desaparecieron. Después de estos 7 días, dejó de tomar las gotas de Lepidium, pero continuó tomando el medicamento recetado por el médico durante unos 30 días más hasta que el médico le hizo la ecografía previa a la operación. El resultado fue: Ni rastro de los cálculos. El Lepidium había deshecho la cal y el medicamento había deshecho el resto.