Inicio de Estancias y Formación Libre en Agricultura 2024
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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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Contagio del virus A-B-C-D o de otras circunstancias que provocan una inflamación del hígado. Según el Padre Cesar Fernández de la Pradilla, en un artículo de la revista Memorando, declara que la hepatitis C se produce por mal funcionamiento de los riñones. Esto aumenta el nivel de transaminasas, por tanto, hay que tratar los riñones.
Mi nombre es Raquel, tengo 58 años (junio 2020), soy Argentina y hace 12 años que vivo en Barcelona.
En el 2005 me diagnosticaron Hepatitis C, después de donar sangre. Es cierto que cuando comía mal o me excedía en el alcohol tenía molestias, pero nunca imaginé que fuera hepatitis.
Mi primera reacción al enterarme fue hacer un cambio fundamental en mi vida. Decidí hacerme ovolactovegetariana. Dejé de comer carnes, fritos, alcohol, café y chocolate, éste último es lo que más me costó.
Mi teoría era, si el virus está en mi hígado haré que duerma una larga siesta y no lo despertaré por desarreglos.
Mientras tanto empecé a averiguar qué método natural podía curarme. Una amiga me habló del MMS y empecé a leer artículos y a investigar sobre él.
Empecé a consumirlo sin seguir ningún protocolo. Tomé 6 gotas activadas cada noche durante 3 meses. Luego me informé que había un protocolo llamado 1000 y comencé a hacerlo.
Al cabo de unos 10 días me sentí fatal y lo suspendí tal y como me aconsejaron.
Decidí empezar a preparar mi cuerpo desparasitándolo. Al cabo de un mes comencé nuevamente con el MMS, pero esta vez lo hice sin activar y pude terminarlo por completo a pesar que algunas veces sentía nauseas, pero esa sensación pasaba muy rápidamente.
En ese entonces conocí personalmente a Josep Pàmies y le comenté lo que acababa de hacer. Él me recomendó que hiciera una novena de infusiones de Artemisa Annua, una novena de Boldo y una novena de Cardo mariano.
Tengo que decir que el médico que me trataba, siempre me decía que debía entrar en algún programa de tratamiento, pero yo me negaba, pues sabía que eran tratamientos muy agresivos.
En la siguiente cita con el médico éste me mira con cara de asombro teniendo en sus manos mis estudios y me dice: “Esto es increíble, tus valores son muy bajos, estás casi curada. Con estos resultados no entras en ningún tratamiento”.
Debo confesar que nunca me animé a decirle que había hecho el tratamiento con MMS y con las hierbas, ya que cuando yo les comentaba algunas de mis investigaciones naturales ellos se reían de mí.
En estos momentos estoy muy bien. Sigo con mi alimentación alcalina, ahora soy casi vegana (a veces me como una pizza de cuatro quesos, que es mi debilidad) y sigo haciendo mis novenas con hierbas medicinales a cada cambio de temporada.
Me llamo Carolina, tengo 45 años (febrero 2017) y vivo en Tercui (Lérida). Me encontraba muy mal, estaba con un cansancio extremo, diarrea, la vista cada día peor, terribles dolores de espalda debido a mi escoliosis, manchitas en la piel, el pelo seco y se me caía mucho, la rodilla derecha no me dejaba subir y bajar escaleras, la regla me venía dos o tres veces al mes, me despertaba por las noches un par de veces, orinaba poco y muchas veces, asma, que tenía desde nacimiento, iba muy mal, con 15 dosis de aerosol diarias. No tenía fuerzas ni ganas de nada. Debido a mi alergia, por las mañanas, me pasaba media hora estornudando y gastaba medio rollo de papel durante 40 años. Cuando fui al médico con mis primeros síntomas me mandaron para casa diciendo que no tenía anemia ni ningún valor alterado de hígado o riñón y que, seguramente, las deposiciones flojas serán debido a mi dieta vegetariana, por lo que me aconsejó comer carne. Al cabo de unos días sentía que me moría. Fui a urgencias, me hicieron una radiografía en el abdomen (lo tenía inflamado y me dolía), pero me dijeron que estaba muy bien, que no tenía nada.
Un amigo me había hablado del MMS por lo que fui pedírselo. Empecé tomando una gota, pero me dio diarrea por lo que empecé por media. Al siguiente día no volví a usar el aerosol, ni en el año y medio siguiente. Tomé MMS durante 4 meses (empecé por media gota y terminé por 10 tomas al día de 4 gotas cada hora). Desde entonces sólo lo he utilizado al cambiar de hemisferio en un viaje y al cambiar de estación (primavera y otoño), que era cuando tenía alguna crisis de asma. Los dolores de espalda ya no eran los mismos. Yo “desayunaba”, “merendaba” y “cenaba” antiinflamatorios y ya no los he vuelto a probar.
El dolor de la rodilla desapareció, las manchas de la piel desaparecieron en un 80%, las encías crecieron, solo quedó un diente moviéndose un poco, pero menos que antes. El resto están muy fuertes y no he sufrido caries. En el tema de la vista pase de usar 2,5 o 3 dioptrías, a usar 2 para leer. El pelo se me puso más brillante y suave, dejó de caer y hasta he visto menos canas. Las deposiciones empezaron a normalizarse. Empecé a dormir de un tirón y mi ansiedad y falta de concentración fueron desapareciendo casi del todo. Mis ojos se volvieron más limpios, me empezó a venir la regla una vez al mes otra vez. Como yo veía todos estos cambios, era indudable que algo pasaba, así que volví al médico a pedirle exámenes y al fin los resultados dieron una hepatitis c, la cual la empecé a atacar con más agresividad con: MMS + DMSO, artemisa annua, cola de caballo (que sustituí por tomillo al tiempo) y cardo mariano.
Hace un año que no tomo nada, me he sentido perfecta de todo. Ahora haré un examen a ver cómo estoy de todo. Tengo que decir que no hice lo del hipoclorito de calcio que está recomendado para estas cosas, ni los baños de MMS porque no tengo bañera y vivo en un pueblo sin agua donde bañarse en bañera es un lujazo. No he vuelto a tener alergias por las mañanas.