Mi nombre es Ángel González, he trabajado en la construcción toda mi vida, y, a mis 28 años, debido a un accidente laboral, me detectan tras una resonancia magnética una estenosis en el canal medular, en la L5-S1.
A partir de ese momento me recetan para combatir el dolor 2 tomas de 200mg al dia, de una medicación denominada ADOLONTA retard, la cual contiene un principio activo llamado TRAMADOL, el cual resulta ser, además de un opiáceo, una solución muy nociva por su composicion, pero me resultaba imprescindible para el dolor de lumbares, y no aceptar el tener que moverme con la ayuda de una silla de ruedas, tal y como la medicina me proponía, o te medicas de forma crónica o no volverás a andar sin dolor.
Dada las opciones que me daban, mi mente se reveló de tal manera que empecé a sentir ansiedad y mucha dificultad para conciliar el sueño. Esto hizo que me añadieran benzodiazepinas a discreción.
Diazepan 10mg para la ansiedad o también denominado VALIUM y para conciliar el sueño; STILNOX 10mg, y años mas tarde fue sustituida por NOCTAMID 10mg La suma de los analgésicos opiáceos junto con las benzodiazepinas se escapa a una suma exacta debido a que las tomas eran en consecuencia al momento presente y a la ansiedad del momento.
Con todo esto, debido a un accidente de trafico se me protusionan las vertebras cervicales desde la C2 a C7, recetándome un analgésico a base de buprenorfina, siendo igualmente un opioide, transdérmico denominado TRANSTEC, que posteriormente, debido a la irritación cutánea que me produjo, pasaron a sustituirlo por el conocido opiáceo sintético FENTANILO, en formato aplicador bucal, lo más parecido a un caramelo con palo, y con sabor a fresa.
Este químico, viene en un formato muy cómodo y a la vez muy peligroso, pues esto te daba la opción de consumir el fentanilo a tu libre albedrio, a discreción, con lo cual, la adicción se hace más severa puesto que puedes dormirte con un aplicador en la boca.
En RESUMEN: Durante ese periodo, puedo llegar a contar hasta 3 décadas tomando 2 pastillas de TRAMADOL con un equivalente de 10.950 días, que, por dos 2 pastillas diarias, resultarían en unas 21.900 pastillas de OPIACEOS a lo largo de este periodo, además de dos dosis diarias de FENTANILO durante 10 años y los últimos 5 años de tres dosis de, en ambos casos, 600 microgramos por día, del denominado FENTANILO, sin olvidar una buena parte de benzodiazepinas que sin ser en dosis fijas, no por ello dejan de sumar, hagan cuentas.
Estás tan inmensamente enganchado a esos dos tipos de drogas que te sientes un esclavo, te sientes preso de ti mismo. ¿Cómo se plantea uno dejar esa cárcel?
PRIMEROS PASOS: decisión
1º es querer salir de esa horrible espiral impulsado por tu corazón.
2º tu mente, o intelecto deberá hacerte fuerte para ser muy disciplinado, pero el primer paso, es tenerlo claro desde tu lado más espiritual, desde el corazón de tu propio corazón… Para eso es la meditación.
3º contacté un con médico naturista. Don Enrique Costa Vercher (tengo permiso para nombrarlo)
SEGUNDOS PASOS: continuidad
4º el tratamiento empezaba, la palabra mágica era FITOTERAPIA y era la principal base de todo, junto con la continuidad o disciplina de seguir a rajatabla con el tratamiento, y para ello me apoye de la meditación y el control de la respiración.
5º. Así pues, empezamos por depurar mi hígado de tantísimo material pesado acumulado en este órgano, (mi hígado estaba muy inflamado)
Un litro de infusión diaria durante un año de:
RABO DE GATO, ORTIGA MAYOR, EPILOBIO, COLA DE CABALLO, esta infusión de 1 litro debía de tomarse a lo largo del día, todos los dias, durante un año.
A su vez, tras cada comida debía de beber una infusión de 25cl de las denominadas plantas carminativas, en mi caso fueron:
ANIS ESTRELLADO, COLA DE CABALLO, YERBA LUISA, y BOLDO tras cada comida.
Añadiendo a mi organismo también tras cada comida un elixir hecho a base de muchas plantas, elixir ya preparado, denominado AMARGO SUECO, de María Treben.
TIEMPOS y PROTOCOLOS:
Los primeros 3 meses, fue importante tomar AMPOLLAS DE ALCACHOFERA, y a los 3 meses siguientes tenía que sustituir esas ampollas por unas gotas de CARDO MARIANO (gotas de concentrado) a un vaso de agua tres veces al día.
A partir del 4 mes, el dr Enrique me añadió y me hizo mucho hincapié de que el siguiente paso del tratamiento era muy importante, así como de importante, lo era también de "pesado" y tedioso.
Pues en total tomé cuatro clases distintas de unos granulados homeopáticos, denominados Lycopodium, los cuales cada 2 horas debía de cambiar de un tipo a otro.
Con el tiempo comprendí la importancia de este paso en el tratamiento, pues todo consistía en reprogramar mis patrones mentales a través de la disciplina y no dejar la posibilidad de pensar durante el día en la adicción a la que me había llevado la decisión médica.
Al cabo de apenas 7 meses desde el inicio del tratamiento, manteniendo siempre ese litro de infusión antes mencionado, y sumando los distintos cambios que mi medico me refería, mi mente y cuerpo ya jugaban en el mismo equipo y sin apenas darme cuenta, esas sustancias empezaron a darme repulsa, de tal modo que fui suprimiendo el tramadol poco a poco, al ritmo de 50mg cada semana y en menos de un mes, el tramadol ya no formaba parte de mi vida.
En la penúltima fase del tratamiento de un año, (8º mes) añadimos al tratamiento un vaso de Clorela diario.
El fentanilo fue dándome más y más repulsa, y sin apenas darme cuenta, pasé de estar todo el día con el chupachup en la boca, a sobrarme uno cada día.
Un mes más tarde ya me sobraban dos chupachups al día, y cuando ya ví que era capaz de pasar un día entero con UNO solamente, empecé a sentir que iba ganando esta batalla.
Durante algo más de un mes, cada noche me limitaba a tomar un cuarto de ese veneno, pues mi cuerpo ya no lo necesitaba, pero mi dichoso intelecto seguía metiéndome miedo a la hora de dormir. Volví a la consulta de mi doctor y le pedí permiso para completar el tratamiento con CDS. No hubo ningún problema.
Un día cualquiera, sin más, decidí dormirme tomando me únicamente los somníferos. Mi sorpresa fue que dormí sin despertarme con el conocido síndrome de abstinencia. Repetí al día siguiente, y la 2ª noche que conseguí dormir sin absolutamente nada de fentanilo, comprendí que la misión había casi terminado, en tiempo récord, 8 meses y 3 semanas.
A continuación, hice lo mismo con las pastillas denominadas somníferos.
Estuve un par de noches con cierta dificultad para poder dormirme, pero a partir del tercer día, empecé a dormir sin ayuda química. UFFFF, BINGO….
Y por fin me volví a sentir libre, libre para irme donde quisiera. Así lo hice. Y me fuí para África.
Un año después de haber hecho el proceso descrito, no tomo absolutamente nada de lo que conocemos a día de hoy como la big-pharma.
Dejando de tomar:
El ADIRO para licuar la sangre.
EL BISOPROLON y/o ENCONCOR para la correcta tensión.
LA SIVARSTATINA para el colesterol.
LA ANAGASTRA para la protección del estómago.
EL NEUROFEN/PARACETAMOL para dolores de cabeza.
A día de hoy, todavía sigo purgando mi cuerpo de todos esos materiales pesados que se fueron acumulando en mi cuerpo durante tantos años. Con la ayuda de las terapias Oxidativas Quelantes. (otro capítulo)
PUES HAYAS TOMADO LO QUE HAYAS TOMADO A LO LARGO DE TU CORTA O DE TU LARGA VIDA, ES POSIBLE SALIR DE ESE INFIERNO SIN MUCHA MUCHA COMPLICACION, PERO SI CON MUCHA DECISION Y DISCIPLINA.
Todos estos temas se pueden desarrollar.