Mi nombre es Paco, tengo 69 años (mayo 2020), soy profesor jubilado de secundaria y vivo en Les Pallargues (Lérida). Quería explicar mi experiencia con el CDS.
La segunda semana de marzo, cuando empezó el confinamiento, mi mujer, un hijo mayor de edad y yo, nos cogió con estado físico muy bajo. Toses, mucosidad, malestar y dolores.
Mi mujer, que es de riesgo según la propaganda oficial, entró en pánico. Mi hijo cabreado por los síntomas y por la encerrona y yo, preocupado. Tenía a mi favor una carta: CDS recién elaborado, según el método Kalcker. Así que después de probar en mí, durante dos días, el protocolo F, del libro “Salud prohibida “ de Andreas Kalcker, propuse a mi mujer e hijo empezar a tomar el tratamiento.
Mi mujer estuvo de acuerdo, mi hijo prefirió otro protocolo, el de nariz y oídos.
Así que sobre el día 12 de marzo empezamos todos a tomar la preciada sustancia.
Sobre los días 18 a 19 de marzo, ya podíamos decir que los síntomas más molestos habían desaparecido. Mi hijo súper contento de estar sin dolor de oídos y poder respirar. Mi mujer ya no tenía pánico, aunque aún con preocupación, continuamente, me advertía que me pusiera los guantes, la mascarilla, que me lavara las manos, etc y cuando volvía de la compra a desinfectar todos los paquetes con agua oxigenada. Ella también se encontraba mejor y sorprendida de que dolores anteriores a la situación de confinamiento por el Covid19 también le habían desaparecido.
Yo también había experimentado todo ese tipo de mejorías y mi euforia iba en aumento.
El protocolo lo hicimos durante 15 días. Ni malestares de estómago ni diarreas, al contrario, sensación de energía y ganas de comer.