El cuerpo tiene sus razones para actuar de esta manera. El dolor, es el efecto de una causa, que te está diciendo, que algo, no anda bien.
La alimentación, la respiración y el ejercicio, son una importante base para poder llegar a una resolución, junto con las hierbas medicinales, los masajes, los baños, etc., dependiendo de la patología que presentan.
Primero, tendremos que descifrar qué clase de dolor es el que nos aqueja... Puede ser debido a temas musculares, articulares, de piel, vísceras... como golpes, cortes, quemaduras. Se llamaría dolor somático.
Otra clase de dolor que no tiene causa fisiológica, y que es más difícil de diagnosticar, producido por una disfunción del sistema nervioso (Por ejemplo, después de un ictus o en diabetes), es el dolor neuropático.
Y, el que, aunque en su principio sea físico, puede degenerar en estados de depresión y ansiedad, es el dolor psicogénico.
Además están los siguientes grados:
Responde a un dolor fuerte, producido durante un periodo corto de tiempo, a una patología determinada o a una lesión corporal.
Es de duración más prolongada y mantenida, aunque a veces tiene picos de mayor intensidad. Este tipo de dolor suele producirse como consecuencia de estados depresivos, y son más difíciles de aliviar.