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Para solicitud de información e inscripciones, escribe indicando tus datos a: lacalmadepamies@gmail.com
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Mi problema empezó en invierno de 2007. Cuando me quitaba los calcetines por la noche sentía un picor entre los dedos índice y corazón del pie derecho. A medida que se acercaba el verano, el picor empezó a ser más insistente. Ese mismo verano acudí por primera vez a la consulta del médico. Me recetó Canespie crema para aplicarme 2 veces al día después de lavar y secar los pies y unos polvos para que los aplicase en los zapatos. En un principio el picor cedió.
Durante ese otoño y siguiente invierno los picores regresaron y sin acudir al médico yo seguí con el tratamiento. Esta vez no hubo ningún tipo de mejoría. Al llegar el verano el problema empeoró, ya que empezó a picarme entre los dedos de todo el pie y al llegar agosto de 2008 la piel se me abría y sangraba. Al mismo tiempo, en las palmas de las manos me salieron unas pequeñas vesículas blancas que también causaban picor. Regresé al médico y me dijo que lo que tenía era deshidrosis, una enfermedad de la piel de origen desconocido que se suponía tenía que ver con el estrés.
Está vez me recetaron una crema con corticoide y al mismo tiempo me derivó al dermatólogo. Las heridas desaparecieron y el picor de las manos también. El picor del pie no era tan agudo. Cuando fui al dermatólogo corroboró el diagnóstico y me dijo que era algo totalmente aleatorio, que tendría épocas mejores y épocas peores, aconsejándome que utilizase la crema corticoide. Pase el siguiente año muy molesta. El verano de 2009 y el verano de 2010 fueron una tortura con el pie lleno de heridas constantemente.
En junio de 2010 me percaté que las uñas de los pies habían pasado a ser oscuras y sobre todo uñas pulgares y meñiques de ambos pies muy oscuras y gruesas y en parte deformadas. Compre por mi cuenta en la farmacia un producto de Dr. School que aplicaba con un pincel en las uñas después de limar la parte superior. Como por arte de magia el picor desapareció. Me duró una semana.
Volví al médico, le comente mi sospecha que tenían que ser hongos. Me remitió a cremas fungicidas una vez más, también me hizo saber que los tratamientos orales para hongos eran realmente dañinos para órganos internos y me lo desaconsejaba totalmente.
Pasó el tiempo, y yo seguía con el pie hecho un verdadero cromo. En febrero de este año un buen día me empezó a picar entre los dedos anular y corazón del pie izquierdo. De la misma manera que en el otro pie, empezaron las grietas en la piel con un picor muy intenso.
Fue así como me puse a navegar por internet hasta dar con la página de Josep Pàmies en la que aconsejaba el vinagre. Empecé el tratamiento con el vinagre en abril y sumergí los pies en vinagre durante 15 días seguidos. Lo primero que noté fue como una sustancia blanca y gelatinosa se iba desprendiendo del pie junto con piel muerta. Creo que toda la zona de los dedos de ambos pies se renovó de piel nueva durante esos 15 días. Ahora, una vez al mes, coincidiendo con corte de uñas, sumerjo los pies en vinagre durante 3 días. Los picores no han vuelto y noto las uñas cada vez más claras y menos deformadas. Lo más oscuro está en la parte superior de la uña. También he seguido el consejo de no cortar demasiado, sobre todo en las esquinas, cortar en recto.
Mi marido también está siguiendo el tratamiento. Sus uñas eran una verdadera catástrofe. Siguen estando feas, aunque parece que poco a poco van aclarando. Para mi lo más importante es que durante más de 5 meses no he vuelto a sentir picor, un verdadero alivio.
Me encontré con mi dermatólogo el cuál al comentarle el tratamiento dijo: "Un ácido..... tiene sentido". También visité a mi médico de cabecera y me agradeció el consejo diciéndome que lo iba a aplicar a su hijo.
VINAGRE, VIVA EL VINAGRE.